¿Pueden las gestoras sobrevivir sin los mercados como viento de cola?

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En menos de diez años la industria de la gestión de activos ha sabido cerrar las heridas de la crisis financiera y resurgir de sus cenizas aún más fuerte, pero la última década también ha venido acompañado de unos mercados boyantes. Ahora que la volatilidad ha vuelto a escena, ¿está en peligro la rentabilidad del negocio de la gestión de activos? “La confluencia de unas expectativas cada vez más crecientes de los clientes, cambios tecnológicos y nuevos modelos de negocio no solo están cambiando lo que hace falta para ganar, sino redefiniendo el terreno de juego por completo”, concluye un reciente estudio de la consultora McKinsey. 

Tomemos como ejemplo 2017; fue un año bandera para la industria de la gestión de activos. “En gran parte gracias al mercado”, explica el informe. Mientras los activos bajo gestión tocaron un récord de 49 billones de dólares, el 75% del crecimiento se explicó por la apreciación del mercado y el resto por flujos netos. 

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Así, los beneficios operativos antes de impuestos crecieron al 24,4%, lo que cimenta al sector como uno de los segmentos financieros más rentables. En Estados Unidos las fuentes de beneficio crecieron un 15%, aupado por la apreciación del mercado, unos tipos de interés al alza y la continua migración de activos hacia cuentas con comisiones. 

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Pero eliminando el impacto de unas condiciones de mercado favorables, se muestra una imagen más sombría: el ritmo de crecimiento orgánico de las fuentes de ingreso es negativo y el crecimiento año a año de muchas firmas está decayendo, como se aprecia en el siguiente gráfico:

Screen_Shot_2019-01-18_at_22La relevancia de la estructura bancaria

Otro apunte interesante que se desprende del informe es el papel del modelo de negocio bancario. Según cifras que maneja McKinsey, las tres subidas de tipos de la Reserva Federal contribuyó 2.600 millones de dólares en fuentes de negocio en Estados Unidos, lo que beneficia a aquellas firmas con una apuesta por la banca. Así, la banca privada y los canales de distribución directo, aquellos con la mayor penetración de productos, vio mejores los retornos.  

“Desde el punto de vista competitivo, tener una oferta robusta que cubre tanto la inversión como la banca se está convirtiendo en un pilar estratégico”, destaca el estudio. A medida que las herramientas rompen las barreras entre las tipologías de cuentas, más clientes pensarán en su vida financiera con el objetive de integración y muestran una preferencia por la simplicidad. Y esto llevará a que muchos consoliden sus relaciones con menores firmas de servicios financieros.