¿Qué está pasando en las bolsas? Las gestoras analizan qué hay detrás de las últimas caídas

broker
JaulaDeArdilla, Flickr, Creative Commons

Las bolsas se están volviendo muy vulnerables. Cualquier dato, cualquier noticia por insignificante que parezca, es capaz de incrementar la volatilidad y provocar caídas en los mercados de renta variable. Tal y como recuerda Igor de Maack, gestor en DNCA (Natixis IM), la última corrección se inició el pasado jueves tras conocerse el arresto en Canadá de Wanzhou Meng, directora financiera de Huawei, de quien Estados Unidos solicita su extradición por violar las sanciones contra Irán. Este hecho amenaza con provocar un conflicto diplomático serio entre Washington y Pekín que podría afectar a las importantes negociaciones comerciales que en los próximos meses van a mantener Estados Unidos y China. ¿Debe ser esto un motivo de preocupación para los inversores? Según Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, no.

“Este asunto no va a tener un gran impacto en las negociaciones entre ambos países. En realidad no veo que vaya a cambiar la dinámica de las negociaciones. De hecho, creo que los inversores, que actualmente están muy sensibles ante la mínima noticia, han sobre reaccionado, de la misma manera que días antes habían sido demasiado positivos tras la reunión del G-20 en Buenos Aires. La economía americana está debilitándose y no creo que quieran tomar riesgos. De todas formas, Estados Unidos seguirá manteniendo una alta presión sobre China. El caso es que es posible que durante los próximos meses no conozcamos mucho del fondo de estas negociaciones, lo que puede provocar nerviosismo entre los inversores”, explica el experto. Paolini se muestra convencido de que éstas serán complejas.

Para Cormac Weldon, gestor de renta variable estadounidense de Artemis, las cuestiones más difíciles están relacionadas con la transferencia forzosa de tecnología si las empresas americanas (u otras empresas extranjeras) desean establecerse en China, así como con el robo, cometido abiertamente, de propiedad intelectual. Además, el anuncio de que el representante comercial más duro de Donald Trump se encargará de las negociaciones durante los próximos tres meses indica que el mercado tendrá que centrarse en este tema durante el primer trimestre de 2019”, asevera. Sin embargo, la batalla que libran actualmente Estados Unidos y China no sería el único foco de incertidumbre que estaría generando nerviosismo en los mercados.

Curva de tipos y error de política monetaria

La curva de rentabilidades a vencimiento global se ha invertido este año y eso, históricamente, ha sido señal de recesión, aunque suele llegar un año o dos después de que tal cosa ocurre. Si la historia se volviese a repetir, la recesión podría llegar a Estados Unidos en 2020. Es el escenario que ya barajan algunas gestoras, como Schroders. “Nuestro análisis de posibles escenarios muestra que la balanza de los riesgos extremos se inclina hacia la estanflación y que el riesgo individual más importante es un contexto deflacionista derivado de una recesión en Estados Unidos en 2020, fenómeno que tendría lugar en caso de que la Fed adoptase medidas demasiado restrictivas en 2019. Un resultado así probablemente desencadenaría un cambio obligado en la presidencia de la autoridad monetaria”, apunta Keith Wade, economista jefe de la entidad.

El peligro de sufrir un patinazo a nivel de política monetaria es aún mayor teniendo en cuenta que parece claro que nos encontramos en la parte final del ciclo económico y es ahí cuando empiezan a surgir problemas de capacidad y la inflación aumenta. “En ese momento, los errores de política monetaria constituyen uno de los riesgos más importantes. El endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales como respuesta al repunte de la inflación podría frenar la inversión y provocar una caída de la confianza y del gasto. Además, unos tipos de interés más altos podrían afectar negativamente a las empresas más endeudadas”, alerta Robert-Jan van der Mark, gestor en Kames Capital.

A medida que nos acercamos a 2019, el abanico de posibles desenlaces, tanto positivos como negativos, es tremendamente amplio. ¿Reducirá la Fed el ritmo de sus subidas de tipos, como interpretó el mercado a partir del último discurso de Powell? ¿O se mantendrá en el tiempo la tregua comercial entre EE.UU. y China resultante de la cumbre del G-20? “Estos dos posibles resultados podrían reactivar la tolerancia al riesgo, al menos a corto plazo. Los inversores que tratan de resarcirse de sus pérdidas también podrían salir a escena y alimentar la apuesta por el riesgo”, afirma James Bateman, director de inversiones del área de multiactivos de Fidelity.

Lo que quita el sueño en Europa

En Europa, las preocupaciones son otras. Uno de los temas principales que ha pesado sobre la eurozona ha sido la incertidumbre política. Por un lado está el Brexit, cuyo desenlace aún se desconoce. Por el otro, la incertidumbre que está generando el proteccionismo de Estados Unidos en la demanda en Europa y la confianza de los empresarios, las cuales se han visto afectadas por una ralentización del comercio global. Por si fuera poco, desde J.P.Morgan AM recuerdan que, en Italia, el enfrentamiento entre el gobierno y la UE en torno a las propuestas de presupuestos ha empujado también al alza el coste de la deuda. “Esto ha llevado a que los dos últimos datos del PMI italiano estén por debajo de 50, lo que indica que la economía del país se está contrayendo”, subrayan desde la firma.

Quizá todavía más preocupante sea la evolución de Alemania, ya que la locomotora económica de Europa registró su peor dato trimestral de producción desde 2013. En términos generales, las gestoras cuentan con una desaceleración económica, pero no con una recesión inminente. DWS está en el consenso. La firma prevé que el crecimiento de la economía global se frene el próximo año, pero no espera una recesión económica. "El crecimiento alcanzó su punto máximo en 2018, pero los principales indicadores siguen siendo sólidos", asegura Stefan Kreuzkamp, director de inversiones de la entidad. Sin embargo, la ralentización de la actividad, cuyo alcance real aún se desconoce, es una inquietud más que añadir a una cesta de preocupaciones que empieza a estar muy cargada.

Todas ellas, sumadas, son noticias que están empujando a los inversores a dar un paso atrás a la hora de aceptar riesgo en sus carteras y generando volatilidad y pérdidas en los mercados.