Qué está pasando realmente con la inflación: una mirada profunda a los datos

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Fuente: Ankush Minda (Unsplash).

2023 ha empezado con los miedos de 2022 prácticamente olvidados. Los activos de riesgo, sobre todo la renta variable europea, se mueve con subidas superiores al 5% en apenas cuatro semanas de ejercicio. La razón: el mercado cree que los bancos centrales se vuelven a equivocar. Que al igual que en 2022 menospreciaron la fortaleza de las subidas de precios, en 2023 se darán cuenta demasiado tarde de que la inflación se ha calmado. En opinión de Matthieu Grouès, director de Inversiones de Lazard Frères Gestion, quizás es pecar de optimismo.

Es cierto que la inflación subyacente (core inflation) en términos interanuales se ha estabilizado. Que incluso se puede afirmar con comodidad que el pico de inflación se ha quedado atrás. Pero, ¿es el fin de las subidas de precios como problema? No, sentencia Grouès.

La clave: el sector servicios

El gráfico en el que hay que fijarse es el siguiente. Refleja tres componentes cruciales que entran en juego en la inflación: bienes (excluyendo alimentación y energía), rentas y servicios ex rentas. Como bien apunta el experto de Lazard, los precios de los bienes se han moderado. Incluso el último dato estadounidense refleja deflación. Pero la clave para los bancos centrales está en el sector servicios. Y aquí es donde aún hay presión.

Fuente: Bloomberg vía LFM

“Existe una correlación casi perfecta entre salarios y servicios. Así que para desacelerar la inflación en servicios, la Fed necesariamente tiene que frenar las subidas de sueldos”, explica Grouès. El problema es, ¿cómo hacerlo en un mercado laboral tan ajustado como lo es el estadounidense? Y aquí entra en juego el siguiente gráfico. Para que disminuya la presión salarial tiene que ampliarse el diferencial entre oferta y demanda de empleo. Sin embargo, a pesar del histórico ritmo de subidas de tipos, apenas se ha movido de niveles altos. “La Fed no lo puede afirmar en público, pero sabe que tiene que enfriar el mercado laboral. Y eso va de la mano de una recesión”, prevé el director de Inversiones.

Fuente: Bloomberg vía LFM

Atentos a las solicitudes de desempleo

Por eso, para Grouès la pregunta no es si va a haber o no recesión en Estados Unidos sino cuándo. Un indicador al que él estará atento es al repunte de las solicitudes de desempleo (jobless claims). Según el histórico, hasta que no empieza a subir el desempleo, no comienza la recesión.

Curiosamente, es algo que le está costando a la Reserva Federal. El experto de Lazard tiene una teoría de por qué. “Lo que nos cuentan las compañías es que les resultó tan difícil contratar durante los últimos dos años que temen despedir a gente por no volver a pasar por lo mismo cuando vuelva la demanda”, cuenta. Por eso, uno de los principales cambios que el equipo ha introducido a sus previsiones macroeconómicas para 2023 es la posibilidad (actualmente del 45%) de que la Fed al final tenga que hacer una segunda ronda de subidas de tipos a finales del segundo trimestre.