Aunque el índice S&P 500 ha subido menos de un 1% en el año (aunque ha llegado a cotizar por encima de la barrera de los 2.100 puntos), que se mantenga en terreno positivo basta para mantener vivo el que está siendo el tercer mercado alcista más largo de la historia de EE.UU. La renta variable estadounidense sigue sacando músculo a pesar de lo inflado de las valoraciones (ya cotiza con un PER de 17 veces) y de la fortaleza del dólar. Queda por ver si se cumple la previsión de que la Reserva Federal suba los tipos por primera vez en nueve años a la vuelta del verano, y cómo pueden reaccionar las acciones estadounidenses a este evento en un entorno en el que ha repuntado la volatilidad.
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