¿Qué pasa si aplicamos criterios ASG a un ETF sectorial de energía?: análisis de un caso práctico

Fuente: Appolinary Kalashnikova (Unsplash).

Los ETF sectoriales se han erigido como una pieza clave para las carteras. “Han demostrado ser una herramienta útil para expresas una convicción de manera táctica y con precisión”, afirma Laure Peyranne, responsable de ETF de Invesco para Iberia, Latinoamérica y el mercado offshore de EE.UU. Y dentro de la misma, una nueva tendencia está emergiendo: los ETF sectoriales ASG.

Los inversores están buscando soluciones más precisas con las que integrar en sus carteras criterios de sostenibilidad”, detecta Sam Whitehead, responsable de EMEA ETF ESG Product Management de Invesco. Es un movimiento que también está percibiendo Peyranne: “Hay clientes que planean replicar sus carteras a través de productos ASG. Y esto incluye la exposición a sectoriales”. En respuesta a esa demanda, la gestora prepara el lanzamiento de una gama completa de ETF sectoriales ASG. En una primera fase ha centrado sus esfuerzos en cuatro sectores: el sector salud, el de tecnologías de la información, el financiero y el energético.

¿Por qué estos cuatro? “Primero, porque con estos cuatro sectores cubrimos el 55% del índice global. Segundo, que con estos cuatro permiten jugar cualquier punto del ciclo económico. Expansión temprana con financieras y tecnología, expansión tardía con energía o recesión con salud. Tercero, que tienden a ser los sectores más volátiles, por lo que ofrecer ETF damos la oportunidad para que el inversor se pueda posicionar tácticamente con rapidez y transparencia”, explica Whitehead.

¿Qué pasa si aplicamos criterios ASG a un ETF sectorial de energía?

Merece la pena detenerse en el caso concreto del ETF sectorial de energía. El energético es tradicionalmente el sector más infraponderado en estrategias amplias de ASG. “Típicamente por los criterios de exclusión de combustibles fósiles y generación de energía”, explica Whitehead.

La rentabilidad también ha sido un viento de cara. Mientras que el índice sectorial ASG se mueve en línea con la rentabilidad generada por el sector tradicional (sin esa capa ASG) en el caso de las financieras, salud y tecnologías de la información en el caso de la energía el underperformance de la versión ASG es notable. Sobre todo, debido al rally en las materias primas el año pasado.

Sin embargo, es un underperfomance marcado por el corto plazo. A largo plazo, según los datos de S&P, el proveedor de índices con los que Invesco ha trabajado para estos ETF, la diferencia en rentabilidad se reduce. Por ejemplo, mientras que a un año el índice tradicional ha generado una rentabilidad del 19,53% frente al 13,5% de la versión ASG, a cinco años la diferencia es del 7,73% frente a 5,95%. Además, aporta otros elementos positivos a la cartera como una menor volatilidad tanto a tres como a cinco años. “Y lo logra a la vez que se reduce la intensidad de carbono de la cartera”, añade en esa línea Stephanie Rowton, de S&P Dow Jones índices.

Qué cambia en una cartera de energía ASG

¿Qué puede esperar entonces de una cartera sectorial de energía con enfoque ASG? Otra diferencia entre ambos índices es una mayor concentración en el caso de la versión ASG. Mientras que el S&P Developed exKorea LargeMidCap Energy Sector Index cuenta con 59 acciones, el ESG Enhanced tiene 38 nombres.

En cuanto a las razones de exclusión, si analizamos las 10 principales destacan razones como una baja puntuación ASG (el caso de Chevron, EOG Resources, Diamondback Energy o Coterra Energy), alta intensidad de carbono (Shell, Marathon Petroleum o Repsol) y la exposición a arenas petrolíferas (Canadian Natural Resources, Suncor Energy o Cenovus Energy).

Con el filtro de exclusión se queda fuera hasta un 34,46% del índice no ASG. Principalmente por baja puntuación ASG. Después de las exclusiones, el proceso de S&P incluye una capa propia de optimización. Las compañías se sobreponderan o infraponderan en base al índice no ASG, o incluse se excluyen directamente, en base a puntuación ASG de S&P DJI y a la intensidad de carbono.