Qué rentabilidad extra ha dado el capital riesgo en los últimos años

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werner-du-plessis (unsplash)

A medida que aumentan las dudas sobre el crecimiento económico, las tensiones geopolíticas y, sobre todo, ante la expectativa medio confirmada por parte de los principales bancos centrales, de que la era de tipos bajos se mantendrá al menos a medio plazo, crece también el interés por la inversión en capital riesgo como vía para ofrecer esas rentabilidades que cada vez cuesta más conseguir con los activos tradicionales.

El gancho que utilizan las gestoras para recomendar destinar cada vez una parte mayor de la cartera al capital riesgo es que a cambio de esa prima de iliquidez que soportan este tipo de inversiones se consigue una rentabilidad adicional a la que se obtiene con los activos más tradicionales. Igor Ostrowski, director de real estate y capital riesgo de Goldman Sachs AM, expuso en una reciente presentación que la gestora realizó con inversores institucionales en Madrid, las cifras de esa rentabilidad extra que se ha conseguido en este mercado a lo largo de los últimos años y ésta se sitúa entre el 9,5% de alpha que se vio en años como 2001 al 1,1% que se consiguió en el ejercicio 2007 (ver gráfico).

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La duda está en si esas diferencias a favor de este tipo de inversión se mantendrán en los próximos años. Este experto considera que dependerá del trabajo que el equipo gestor de la compañía realiza con ese negocio. “Los mercados privados solo funcionan si además de convertir a una compañía en privada el gestor es capaz de añadir un valor que no habría conseguido en caso de haber mantenido esa empresa como pública”, apunta Ostrowski. Además, incide en que para que el inversor se beneficie del potencial que presentan los fondos de capital privado es clave una buena selección. “Cada año se lanzan al mercado más de 2.000 fondos privados pero hay mucha dispersión de rentabilidad ellos”, apunta.

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De momento, lo que se prevé es que el interés por este tipo de activos, que ha sido creciente en los últimos años, también se mantendrá en los próximos años, al igual que lo hará la oferta de empresas privadas. “El número de compañías públicas está cayendo a medida que crece el mercado privado y eso reduce la diversificación que se puede obtener invirtiendo solo en el mercado público”, afirma Ostrowski.

De hecho, según los datos de Ernst&Young durante 2018 el número de salidas a bolsa a escala global se redujo un 21% con respecto al año anterior debido sobre todo a la fuerte caída en OPV que se vio en el último trimestre del año pasado, que coincidió con un periodo nada positivo para los mercados. Esta tendencia se está repitiendo también este año. Según los datos de Baker McKenzie las OPV a nivel global cayeron han caído un 37% en el primer semestre del año  en comparación con el mismo periodo del año pasado y esa caída también se ha repetido en términos de recaudación ya que se han conseguido 69.800 millones de dólares a través de 514 operaciones, mínimos desde 2016.

Este paso atrás en lo que a oferta en OPV choca de pleno con el aumento de la oferta que se está viendo en el mercado de capital riesgo. “El mercado secundario ha contribuido a una liquidez algo mayor en la clase de activos de capital riesgo. Ofrece a los inversores acceso instantáneo a una cartera altamente diversificada de capital privado; proporcionando exposición por años, sectores y geografías, mientras que los vendedores se benefician de un universo de compradores activos por sus posiciones de capital riesgo sin liquidez”, afirma Mark McDonald, responsable de capital riesgo de DWS.

Además, no hay que olvidar que los expertos pronostican que esa prima de iliquidez que el inversor asume cuando acude a activos alternativos sin liquidez diaria se mantenga en un contexto de tipos cercanos al 0%. De ahí que las previsiones que maneja, por ejemplo, BlackRock, otorguen a este tipo de activos las mejores expectativas en cuanto a rentabilidad ya que, según publicaron en el mes de abril, la estrategia de capital riesgo global es la que presenta una mejor expectativa de rentabilidad para los próximos cinco años: un 12,1% anualizado. Le siguen, según la gestora la estrategia de global direct lending y la bolsa emergente de grandes compañías, con estimaciones de rentabilidades a cinco años del 7,2% y 7,1% respectivamente.