Por ahora la exposición a criterios sostenibles entre los fondos de pensiones se ha concentrado en aspectos medioambientales y de gobernanza. ¿Qué podría acelerar la ola de lo social?
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La ola de la ASG también ha llegado al mundo de los ETF. Según cifras de DWS los activos en ETF UCITS ASG han escalado a los 122.000 millones de euros. De ellos, 97.000 millones están en productos de renta variable. Otros 26.000 millones en ETF de renta fija. Pero si desgranásemos aún más esos datos, veríamos que la ola ASG es en realidad una historia de la A y la G. Los inversores tienen en cuenta criterios medioambientales en sus carteras, pero flaquea una pata específica de criterios sociales.
Y eso que hay demanda, según un estudio de DWS y CREATE-Research a inversores institucionales. “El factor social es el menos intuitivo”, reconoce Simon Klein, responsable global de Ventas Pasivas. “La S analiza cómo las compañías gestionan su relación con sus trabajadores pero también con la sociedad”, explica.
Es un pilar cada vez más relevante para la sociedad. Los consumidores comienzan a tener estándares éticos para los productos que compran. Como revela el informe, la pandemia ha puesto sobre la mesa de los inversores institucionales la importancia del impacto social. Dos tercios de los fondos de pensiones encuestados afirma que planean invertir más en criterios sociales en los próximos tres años.
¿Qué tiene que cambiar para ver la S en las carteras institucionales?
Pero de momento no se está reflejando en sus carteras. Al menos a través de la asignación a ETF. Los fondos de pensiones se han abierto a los ETF como vehículo. El 65% así lo afirma. Pero casi el 50% reconoce que solo se está comenzando a concienciar de los fondos pasivos ligados a factores sociales. El 67% de la parte pasiva de las carteras tiene un 0% en fondos relacionados con lo social. Si se tiene en cuenta la cartera total esa cifra se reduce pero se mantiene alta en un 33%. Y otro 23% apenas tiene un 5%.
De hecho, cuando se pregunta a los fondos de pensiones por cuál es el elemento más importante cuando consideran inversiones ASG, el 58% contesta que lo medioambiental. Otro 31% afirma que es la gobernanza. Un freno principal que comentan desde DWS es que ciertos aspectos del acceso a datos dificulta su inversión. A diferencia de criterios ambientales o de gobernanza, es más complejo medir la satisfacción de los empleados o de la comunidad local con una empresa. Así, el 56% de los institucionales prefiere gestionar su exposición a la S vía temáticas ASG más amplias.
La clave está entonces en el futuro. En que, como apreciamos en el gráfico anterior, las previsiones de los institucionales es aumentar su exposición a fondos pasivos relacionados con criterios sociales. Y ese crecimiento vendrá principalmente de dos manos. Uno, los productos ligados a índices de temática social. Dos índices relacionados con objetivos de desarrollo sostenible.
¿Y qué tendrán en cuenta los institucionales al seleccionar un fondo S? Lo más importante es la capacidad y el track record de una gestora de cumplir con su agenda social. Importa mucho también el historial de stweardship y votos en la junta de accionistas. Curiosamente, la cultura del negocio es incluso más importante que los costes y comisiones del producto.