¿Quién está vendiendo renta variable? (II)

Inversor
Artemuestra, Flickr, Creative Commons

Mucho se está especulando sobre las causas que están originando la caída de los mercados. ¿Ha sido China? ¿El temor a una recesión? ¿Es la política monetaria? ¿O quizás la corrección se ha debido simplemente a ventas de los fondos soberanos para contrarrestar los efectos que está teniendo la caída del precio del petróleo? Esta última teoría empieza a cobrar fuerza después de que el Instituto de Fondos Soberanos (SWFI) reconociese que el año pasado los fondos soberanos de países exportadores de crudo como Noruega, Arabia Saudí, Rusia y Qatar deshicieron posiciones en activos de renta variable por un valor que superó los 213.000 millones de dólares para hacer frente a sus gastos, una tendencia que –tal y como alertaban desde SWFI- continuaría este año teniendo en cuenta los bajos precios a los que cotiza el barril. En concreto, en el informe estiman que los fondos soberanos podrían retirar hasta 400.000 millones de dólares adicionales si el petróleo se mantiene entre los 30 y los 40 dólares.

No hay que olvidar que los fondos soberanos se encuentran entre los inversores más grandes del mundo. “Su patrimonio supera los siete billones de dólares, de los que cuatro billones proceden de la generación de gas y petróleo”, apuntan Rabah Arezki, Adnan Mazarei y Ananthakrishnan Prasad, economistas del FMI. Este volumen les da una gran capacidad para mover el mercado. Rusia ha estado echando mano de este dinero para financiar sus proyectos a gran escala, mientras que Noruega reconoció que este año podría sacar 10.000 millones de dólares de su fondo para lidiar con el impacto de la caída del crudo. Se calcula que durante los últimos cuatro meses los fondos soberanos han vendido activos por más de 100.000 millones de dólares. Estas ventas no solo estarían afectando a las acciones. También a los bonos. “Están teniendo un impacto sobre la renta fija emergente y podrían alcanzar a la deuda corporativa con grado de inversión”, señala Myles Bradshaw, cogestor del Amundi Funds Bond Global Aggregate.

Tradicionalmente, los fondos soberanos de países exportadores de petróleo mantienen fuertes posiciones inversoras en deuda pública americana. Un estudio de la Fed plantea que si los flujos de entrada extranjeros en treasuries se redujesen en 100.000 millones de dólares en un mes, los tipos de los bonos estadounidenses a cinco años subirían entre 40 y 60 puntos básicos a corto plazo, y unos 20 a largo plazo. Teniendo en cuenta que, según las estimaciones de los economistas del FMI, los países del Consejo de Cooperación del Golfo podrían pasar de contar con un superávit de 100.000 millones de dólares en 2015 a un déficit de 145.000 (que podría ascender hasta los 750.000 en el periodo 2015-2020), la variación en los activos disponibles para la inversión podría tener importantes consecuencias a nivel mundial. Noruega, Oriente Próximo y Asia concentran los principales fondos soberanos del mundo, pero no hay homogeneidad entre ellos. Presentan enormes diferencias entre sí.

Según explica Javier Capapé, investigador de ESADE, de Fletcher School y especialista en la materia, las diferencias no sólo hacen referencia al tamaño (algunos fondos, como el Government Pension Fund Glogal de Noruega, gestionan casi 900.000 millones mientras que fondos del oeste subsahariano tienen carteras valoradas en escasos cientos de millones). El fondo noruego posee un 1,3% de todas las acciones cotizadas del planeta y algo más del 2,5% de la capitalización de las bolsas europeas. Esta concentración de la industria es uno de los elementos clave a tener en cuenta. Los 10 mayores fondos soberanos del mundo acumulan el 70% de los activos totales en manos de este tipo de inversores. Una segunda característica típica de los fondos soberanos permite distinguir entre aquellos que se alimentan a partir de los ingresos que provienen de recursos naturales (petróleo, gas natural, cobre, diamantes) y los que nutren sus arcas a partir de las reservas de divisas o partidas presupuestarias diversas (China, Singapur).

“Estos segundos son menos conocidos o, al menos, el origen de sus aportaciones. Sin embargo, los países ricos en recursos naturales han hecho del uso de los fondos soberanos una especie de mantra. De hecho, de los doce países miembros de la OPEC, once cuentan con fondos soberanos activos: tan solo Ecuador queda fuera. Por su parte, países exportadores como China o Singapur utilizan los fondos soberanos para mitigar el coste de oportunidad que supone almacenar enormes reservas de divisas en un entorno de bajos tipos como el actual”, explica Capapé. Pero es importante subrayar que la creencia generalizada de que los fondos soberanos de países vinculados al petróleo serán los más afectados es errónea. Tal y como recuerda Invesco en el informe Invesco Global Sovereign Asset Management Study 2015, los fondos soberanos más afectados por la situación que vive actualmente el petróleo serán aquellos cuyo objetivo principal es la inversión (frente a los de perfil desarrollo, liquidez y pasivo) puesto que su financiación suele estar más vinculada a las materias primas.

Aunque los fondos soberanos que se financian con las rentas del petróleo suelen asociarse a los emergentes, sobre todo a Oriente Próximo, el estudio revela que la región más afectada desde el punto de vista de la financiación ha sido Norteamérica, donde los estados se enfrentan al doble reto del menor precio del petróleo y el incremento del gasto social asociado a la jubilación de los baby boomers. Las ventas de los fondos soberanos estaría provocando un efecto dominó, al empujar a otro tipo de inversores a hacer lo mismo. Los fondos VAR -aquellos que tienen un límite de pérdidas por folleto dentro de un año natural- se están viendo obligados a cerrar posiciones a medida que se acercan a sus niveles de pérdidas máximos permitidos, revela Jaume Puig, director general de GVC Gaesco Gestión citando fuentes de brokers internacionales. Existen también algunas aseguradoras que han tenido que vender una parte de su cartera por motivos similares. Estas ventas forzadas siempre producen un cierto efecto arrastre en los inversores del tipo seguidor de tendencia, lo que agudiza las caídas.

Fuente del gráfico: Informe Anual de BME y Telefónica: Posición internacional de la empresa cotizada española.