Reacciones de las gestoras internacionales a la reelección de Shinzo Abe

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CSIS: Center for Strategic & International Studies, Flickr, Creative Commons

Abe-san ya tiene preparado el carcaj con más flechas para seguir disparando sobre la economía nipona, ahora que ha salido reforzado políticamente de las elecciones celebradas el pasado domingo en el país. La opinión unánime de las gestoras es que los japoneses han dado un respaldo histórico a las políticas de estímulo y reflación conocidas como Abenomics. “La victoria de Abe en las elecciones de este fin de semana no fue una gran sorpresa, pero sí supone un refuerzo, ya que ahora tiene cuatro años más para llevar a cabo un cambio estructural”, indica Mark Tinker, responsable del AXA Framlington Axia. En base a esta visión, el experto de AXA IM declara que están invirtiendo tanto en Japón como en China “más en un cambio estructural que su política monetaria o fiscal”. 

No obstante, Tinker advierte de que “las tensiones entre el Gobierno y el Ministerio de Hacienda, que fueron en parte la razón de que se celebraran elecciones anticipadas, es probable que vuelvan a resurgir el próximo año”. Un ejemplo de este conflicto es el segundo tramo de subida del IVA, que se ha aplazado a 2017. “Será interesante ver si Abe se prepara para asumir otras políticas de Thatcher en el cambio estructural y se enfrenta a los intereses de otros grandes sectores de la economía”, aventura el experto, que expresa su esperanza en que Shinzo Abe y su gabinete se centren en la economía “en lugar de distraerse con el nacionalismo simbólico que dominó los últimos 18 meses”. 

Tinker también cree que deberían realizarse más avances en otras cuestiones que quedaron fuera de la campaña electoral, como la Alianza Trans-Pacífico o la reapertura de las plantas de energía nuclear. “En concreto, para impulsar acuerdos comerciales el poderoso lobby agrícola necesita asumir la necesidad de una reforma constitucional. En la actualidad un voto en las zonas rurales equivale a dos en Tokio, pero para cambiar se necesita una mayoría en ambas cámaras y un referéndum nacional. Lo cual es totalmente posible, pero no rápido”, concluye el representante de AXA IM. 

“Habiendo ganado un voto de confianza, se espera que el primer ministro Abe gobierne al menos otros dos años, o hasta cuatro años”, indica el equipo de inversiones de Fidelity Worldwide Investment en Tokio. Para ellos ha supuesto una pequeña sorpresa el hecho de que el Partido Comunista duplicase sus escaños, hasta 21. “Es todavía significativo en términos de poder político, pero refleja en parte la oposición a las iniciativas del Partido Liberal Democrático (PLD) de reiniciar las plantas nucleares e implementar contratos colectivos de defensa”, indican.  

Al contrario que el experto de AXA IM, desde Fidelity manifiestan su esperanza en que los mercados empiecen a prestar más atención a la agenda política y la implementación de la tercera flecha. El primer reto es la aprobación del presupuesto suplementario para el año fiscal 2014 y el presupuesto general para el año fiscal 2015; Abe ha sugerido incrementar en un billón de yenes el primero (hasta los 3 billones), poniendo énfasis en revitalizar la economía regional. En cambio, el presupuesto general será debatido entre enero y febrero.  “Después de que se apruebe el presupuesto para 2015, esperamos que las prioridades del gobierno serán la reforma del impuesto de sociedades, las negociaciones con la Alianza Trans-Pacífico y el reinicio de la actividad en las plantas nucleares”, declaran desde la gestora. 

Todos estos cambios llevan al equipo de Tokio a ser constructivos con el sector corporativo nipón, que ya está reflejando las reformas estructurales: “La nueva administración de Japón y los códigos de buen gobierno están dirigidos hacia la mejora de los retornos. A medida que los beneficios corporativos continúen creciendo y las compañías se centren más en la eficiencia de capital, esperamos ver más mejoras en el valor para los accionistas y en los ROE”. Asimismo, insisten en que, desde el punto de vista de las valoraciones, “las acciones japonesas están históricamente baratas y cotizan con descuento por PER respecto a Estados Unidos”. “El bajo múltiplo de valor en libros está justificado por el ROE relativamente bajo, pero los cambios estructurales a nivel micro están llevando a una mayor atención a los retornos para los accionistas”, añaden desde Fidelity, que expresa su confianza en que la historia de la renta variable nipona es atractiva para el medio plazo. 

Escepticismo con el futuro

“Dado lo poco que ha cambiado el entorno político, es razonable preguntarse cuál era el objetivo de convocar elecciones. De hecho, a juzgar por el mínimo récord de concurrencia (en torno a la mitad del electorado), parece que muchos japoneses se han preguntado a sí mismos esta cuestión”, indica desde Schroders Andrew Rose, gestor especializado en renta variable nipona. Rose concluye que el fin aparente que tenía la convocatoria a las urnas del domingo era para “conseguir el veredicto público de la posposición de la siguiente subida del IVA, pero en la práctica nunca fue un punto de contención”. Para el experto, el auténtico motivo que ha llevado al partido gobernante a adelantar elecciones ha sido “un acto de pragmatismo político: la campaña se centró en si los dos años de Abenomics han sido un éxito o no”, ya que en la campaña no se habló de nuevas iniciativas políticas. 

El experto interpreta la caída del 3% de la bolsa nipona durante los dos días siguientes a los comicios y la apreciación del yen más como resultado de la inquietud de los mercados que como una reacción a los resultados electorales. “También puede haber un elemento de recogida de beneficios, que ha seguido a un flujo de noticias macro positivas sobre Japón que incluyeron estímulos monetarios adicionales, la posposición de la subida del IVA y la caída de los precios del petróleo”, indica. 

¿Qué debe esperar el inversor para el próximo año? Los expertos de Schroders van a centrarse en si “se destierra la deflación de forma convincente”; para sacar conclusiones, Rose afirma que “la tendencia de los ingresos reales será un indicador importante”. Al igual que las otras gestoras que han expresado su visión, desde la firma británica confían en que se incrementará el interés micro por la mejora de los niveles de eficiencia y la sostenibilidad de los beneficios corporativos nipones. 

Los expertos de Insight (parte de BNY Mellon IM) también acogen con escepticismo el futuro para la economía nipona: “Abe ahora tiene un mandato claro, pero la cuestión sigue siendo si las Abenomics pueden curar las enfermedades económicas de Japón”. Enumeran hasta cuatro problemas o inconvenientes que deberá atajar Abe-san en la próxima legislatura: la vuelta a la recesión (por cuarta vez desde que empezó la crisis financiera global), el éxito limitado de las políticas puestas en marcha hasta ahora, el difícil perfil demográfico (según la ONU, la población nipona podría reducirse hasta un 25% en los próximos 40 años) y el hecho de que el Banco de Japón y el propio Abe “se están quedando rápidamente sin opciones, al haber lanzado casi todas las herramientas monetarias y fiscales a la economía japonesa”.