Deutsche Bank revisa al alza sus previsiones para la renta variable en los principales mercados desarrollados. “El avance de la economía mundial, la política monetaria todavía acomodaticia de los bancos centrales y el efecto positivo de la reforma fiscal en EE.UU. deberán impulsar los beneficios corporativos”, señala Diego Jiménez-Albarracín, responsable de Renta Variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank,
Los analistas de la entidad ven mayor atractivo en la renta variable europea por las bajas valoraciones y los bajos riesgos políticos, mientras que los índices en EE.UU. apenas superarían los niveles récord de 2017. En cuanto a la renta variable en países emergentes, se anticipan beneficios próximos al 15% en 2018 como resultado de las reformas económicas y de crecimiento impulsadas en algunos de estos mercados, especialmente en Asia.
“Nuestra previsión es que la renta variable en países emergentes tenga un mejor rendimiento que la de los mercados desarrollados en los próximos 12 meses, pero será clave ser selectivo en la aproximación a estos índices”, explica Jiménez-Albarracín.
Renta fija
A la hora de valorar la renta fija, piensan que el incremento de la inflación y la normalización gradual de la política monetaria deberían impulsar las rentabilidades de los bonos soberanos. Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España, apunta que esperan tres subidas de tipos hasta diciembre de 2018, empezando con una primera en diciembre de 2017.
En Europa, no se espera que el Banco Central Europeo siga los pasos de la Reserva Federal. “Creemos que la Eurozona se encuentra en un ciclo económico unos años atrás del de EE.UU. No esperamos subidas de tipos del Banco Central Europeo hasta, como muy pronto, el primer trimestre de 2019, pero sí anticipamos que pondrá fin a su programa de compra de deuda en la segunda parte de 2018”, asegura Duce.
En este sentido, Jiménez-Albarracín prevé que el crecimiento a nivel global, la baja probabilidad de una recesión y los robustos resultados corporativos resulten en una compresión de los diferenciales de crédito corporativos.
En cuanto a los bonos de alto rendimiento (high yield) los analistas del banco consideran que los europeos tienen menos atractivo que los estadounidenses dado que las valoraciones son menos favorables en Europa.
Dólar y petróleo
“Consideramos que en 2018 la fortaleza inicial del dólar estadounidense se moderará hacia el cierre del año. La volatilidad del entorno político en EE.UU. y un crecimiento por encima de lo esperado en Europa y Japón han mantenido una presión negativa sobre el dólar”, apunta Jiménez-Albarracín.
La entidad prevé que factores como los diferenciales de crecimiento y la expectativa de que la reforma fiscal en EE.UU. finalmente se apruebe apoyen la fortaleza del dólar en los próximos meses, con una cotización más cerca de los 1,15 dólares por euro.
Respecto a los precios del petróleo, esperan que se mantengan en un rango de 50-55 dólares. Desde el punto de vista de Jiménez-Albarracín, la fuerte demanda proveniente de China y la previsión de que la OPEP mantendrá los recortes de producción a lo largo de 2018 deberán apoyar al mercado.