Responsabilidad inversora: la responsabilidad personal y familiar de ahorrar e invertir

La experiencia nos dice que a las personas nos cuesta ahorrar y que si ahorramos tendemos a invertir a corto plazo y en cosas conocidas (en España en concreto, el 65 % va dirigido a depósitos e inversión directa en bonos y acciones).

El erotismo del consumo se lleva muchas veces una parte importante de nuestra renta disponible y nos olvidamos de guardar para el futuro, posponemos las decisiones de ser previsores.

Como ya comentaba en alguno de mis artículos anteriores, el ahorro y más en concreto la inversión a largo plazo son la esperanza de toda economía, los cimientos del futuro que afianzamos desde el presente. Por eso y aunque humanamente cueste, tenemos que realizar un acto de responsabilidad y tomarnos en serio este asunto.

El 75% del ahorro en España se ha focalizado a la vivienda y esto genera problemas de iliquidez en periodos de recesión como hemos comprobado durante estos últimos años. Por ello, también es responsable diversificar más el destino de nuestros ahorros a otros vehículos de medio y largo plazo como son los fondos de inversión y los planes de pensiones.

En una sociedad en la que no se valora excesivamente el esfuerzo y la renuncia, esto de detraerme recursos del presente para financiar mi futuro y el de los míos, no está muy de moda. Es el compromiso personal con mi futuro y el de mi familia, el que nos tiene que mover a plantearnos con seriedad esto del ahorro y la inversión.

El amor a uno mismo y a los que tiene más cerca, se concreta en las cosas más pequeñas de cada día, y una de ellas es la de ir apartando una parte de nuestros ingresos para financiar necesidades futuras. Necesidades por otro lado cada vez mayores, dado el incremento de la esperanza de vida en cada uno de nosotros.

Hay estudios interesantes que ayudan a superar de manera constante ese rechazo natural de guardar para el futuro (por ejemplo, el “Speedometer “de Blake and Boardman (2010)). Y lo hacen, proponiendo un esfuerzo asequible y vinculado a la evolución de los ingresos profesionales de cada uno.
En definitiva, que la responsabilidad nos ha de llevar a la laboriosidad y ésta a ser una de las fuentes de nuestra seguridad y tranquilidad futura.

Autor de la imagen: Arregui Buzones y Sistemas de Seguridad, Flickr, Creative Commons