Saltan las alarmas: la inflación en EE.UU. sorprende al alza

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Foto: Artemuestra, Flickr, Creative Commons

La inflación general del IPC estadounidense sorprendió al alza en mayo, situándose en el 8,6%, un nuevo récord en más de 40 años. Las presiones sobre los precios fueron generalizadas en mayo, lo que sugiere que la inflación se ha mantenido rígida. No solo los precios de la gasolina se aceleraron al comienzo de la temporada de más tráfico, sino que los aumentos de precios fueron muy superiores a la tendencia en los servicios y bienes básicos. Los precios subyacentes (excluyendo la energía y los alimentos) siguieron siendo fuertes de forma secuencial, registrando un aumento mensual del 0,6%, igual que en abril. En consecuencia, la inflación subyacente bajó menos de lo previsto en términos interanuales, hasta el 6% en mayo, desde el 6,2%, y el descenso se debió a efectos de base favorables.

Para Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes, es probable que la inflación se mantenga en niveles elevados durante el resto del año, lo que refleja las considerables presiones externas e internas sobre los precios que aún se están gestando. “El impacto total del aumento de los precios de las materias primas debido al conflicto de Ucrania aún no se ha trasladado a los precios de consumo, y es probable que los alimentos y los servicios de transporte registren nuevas subidas importantes en los próximos meses. El mercado de trabajo también está tenso, lo que significa que las presiones salariales se mantendrán, por lo que el aumento de los costes laborales presionará al alza los precios de consumo”, augura.

La inflación persistirá en EE.UU. más de lo esperado

La inflación americana sorprendió al alza, alcanzando un nuevo pico. El impulso fue generalizado, pero el aumento en los precios de la alimentación y la energía fueron las principales fuentes de sorpresas. Sin embargo, más allá de la alimentación, la energía y la vivienda, los precios de los automóviles nuevos y usados ​​también fueron robustos (+1% y +1,8%, respectivamente). “Esto sugiere que el entorno de inflación actual seguirá persistiendo más de lo esperado anteriormente. Es razonable esperar que los bloqueos recientes en China tengan repercusiones en las cifras de inflación de economías avanzadas”, advierte Elida Rhenals, gestora de fondos y experta en renta fija de AXA Investment Managers.

Las cifras de inflación han sido una sorpresa poco grata para el mercado, como reflejan las fuertes caídas sufridas por los mercados. Según Allison Boxer, economista para EE.UU. de PIMCO, el reto para la Fed no es sólo la magnitud de la sorpresa, sino el origen de la misma. “Las medidas de inflación de renta, que suelen ser coherentes con la tendencia subyacente de la inflación, saltaron significativamente más de lo esperado. El reto para la autoridad monetaria americana es que hay un gran desfase entre los cambios en el entorno macroeconómico y las medidas de inflación de los alquileres. Incluso si la economía se ralentiza significativamente y los precios de la vivienda caen o el desempleo aumenta, eso tardará en aparecer en el IPC”, advierte.

Perspectivas de crecimiento en el aire

En la firma americana esperan que la Fed se posicione en modo hawkish, algo que -a su juicio- plantea aún más dudas sobre si las perspectivas de crecimiento de EE.UU., ya de por sí estancadas, son alcanzables. Con una inflación obstinadamente alta, Rhenals espera una reducción en el gasto de los consumidores que limitará el crecimiento económico. “El indicador de crecimiento de la Fed de Atlanta ya indica un crecimiento del PIB de EE.UU. en el segundo trimestre por debajo de niveles confortables. En este entorno, es posible que los mercados comiencen a descontar probabilidades de recesión o estanflación en 2023 tan pronto como este verano”, advierte la gestora de AXA IM.

Y es que el endurecimiento monetario está empezando a afectar a las partes de la economía más sensibles a los tipos de interés y los inversores empiezan a preocuparse por el impacto en el crecimiento. En particular, es probable que el aumento del coste de las hipotecas frene en cierta medida la actividad del sector de la construcción y el mercado inmobiliario. “El problema es que nadie sabe cuánto tardará la economía real en sentir estos efectos ni con qué intensidad lo hará. Así que podemos esperar algo de ensayo y error”, argumenta Christian Scherrmann, economista para EE.UU. en DWS. “Pero si la inflación sigue aumentando, la Fed no solo tendrá que actuar, sino que tendrá que dejar claro que está actuando”, concluye.