“El cliente ya no busca tanto un único fondo que actúe como una cartera completa porque ya tiene una selección de tres o cuatro fondos que le ha aconsejado su asesor”, explica el responsable de distribución retail e institucional de la gestora para Europa.
La gran pregunta que se está haciendo la industria en estos momentos: ¿devolverán las bajadas de tipos de interés el apetito por fondos de inversión más allá de los monetarios y de rentabilidad objetivo? Los últimos cuatro años no han sido ejercicios fáciles para las gestoras internacionales en casi cualquier mercado europeo, reconoce Sasha Evers, responsable de distribución retail e institucional para Europa de BNY Investments.
Las gestoras locales han vivido una historia muy distinta ya que han concentrado el grueso de las captaciones en productos de muy bajo riesgo, pero las firmas extranjeras han sufrido el doble impacto de la falta de flujos hacia activos de riesgo y hacia productos perfilados, su principal puerta de entrada al segmento wealth. En este contexto, una de las categorías más afectadas han sido los fondos mixtos. “Los últimos tres años han sido la tormenta perfecta para los multiactivos, con salidas de capital mes a mes”, reconoce Evers.
Back to basics
Sin embargo, mirando más allá de la conyuntura reciente, la apuesta a largo plazo de las entidades bancarias para el segmento wealth y retail sigue siendo la gestión discrecional. Dicho esto, el directivo percibe un cambio en la demanda de los selectores y gestores de carteras discrecionales.
“Los clientes están buscando más building blocks, mayor especialización geográfica o por estilos de inversión, que soluciones completas, como lo eran los multiactivos. El cliente ya no busca tanto un único fondo que actúe como una cartera completa porque ya tiene una selección de tres o cuatro fondos que le ha aconsejado su asesor”, detecta.
Además, siente que ha habido algo de back to basics en los últimos años, una vuelta a asginaciones a estrategias más clásicas como crédito europeo, renta variable global. No ha sido un entorno propicio para estrategias muy distintas, como los temáticos o incluso la inversión sostenible. Esto ha llevado a su vez a un menor ritmo de lanzamientos. ¿Por qué? “Una de las razones puede ser que está costando conseguir escala en los nuevos lanzamientos. De las estrategias lanzadas en los últimos años, ¿qué porcentaje llegan en un año a conseguir los 100 millones mínimos necesarios para ser económicamente viables?”, plantea Evers.
Apetito por diversificar
Sin embargo, Evers se muestra optimista cuando nos sentamos con él a escasas semanas de terminar 2024. En su opinión, las bajadas de tipos serán un catalizador importante como lo han sido en cada ciclo económico. “Insight, una de nuestras filiales, no descarta que los tipos en Europa puedan caer al 1%”, cuenta.
Otra de las razones del optimismo de Evers es que ve movimiento también en las carteras de los perfiles más agresivos. “Los inversores en renta variable están incómodos con la concentración de sus carteras. Si tomamos como referencia el S&P 500 o incluso el MSCI World, que debería ser un índice global, el peso de unos pocos valores como son los Siete Magníficos es muy influyente”, explica el directivo.
Así, detecta cómo en los últimos seis meses está habiendo apetito por diversificar la exposición en renta variable tanto por capitalización como por geografía y estilo. En el caso concreto de BNY Investments, por ejemplo, han tenido bastante interés en su BNY Mellon U.S. Equity Income Fund, un fondo de bolsa estadounidense centrado en la generación de rentas, pero que se diferencia de sus homólogos por su sesgo value.
Ese interés por diversificar su exposición tradicional es, en opinión de Evers, una señal positiva para la gestión activa. “Además, la mayor volatilidad que estamos viendo estas semanas supone mayor dispersión en el mercado, lo que en teoría de nuevo es bueno para los gestores activos como nosotros”, defiende.
ETF: una nueva etapa para la distribución
El contexto de mercado no es el único reto al que se enfrenta una gestora internacional. El debate sobre la gestión indexada frente a la gestión activa no es nuevo, pero desde luego ha evolucionado a una nueva fase. Los ETF, que hace unos años eran sinónimo de gestión pasiva, ahora se están consolidando como una herramienta más entre las opciones del inversor, siente Evers. “El ETF es solo una cuestión de carcasa. Hay estrategias en formato fondo, como nuestra gama Efficient Beta, que se puede adaptar perfectamente a un ETF”, explica.
En opinión del directivo, la creciente adopción de los ETF como vehículo no debería cambiar demasiado la estrategia de una gestora. “Nuestro rol sigue siendo el mismo, el de proponer soluciones que con cierta consistencia logren batir el benchmark”, explica. Lo que sí siente es que en todo caso refuerza el papel del fondo indexado como referencia a batir. “Hay clientes que siguen apostando muy fuerte por gestión activa y otros que están prácticamente ya totalmente con carteras indexadas. No es ni bueno ni malo. Es otra herramienta para los selectores y gestores y depende de los objetivos que tenga cada uno”, argumenta Evers.