A pesar de la inestabilidad de los mercados y de las dudas generadas entre los inversores por la crisis de deuda soberana, Schroders es “cautelosamente optimista” para la renta variable europea de cara a 2012, en palabras de Rory Bateman, responsable del activo en la gestora británica. Y es que, según el experto, existen varios indicadores que empiezan a señalar un punto de inflexión desde los mínimos de septiembre. “Los mercados de valores han sido muy efectivos a la hora de anticipar los eventos negativos”, explica, si bien podrían empezar a reflejar un escenario de bajo crecimiento –o ligeramente negativo en los países periféricos- pero carente de una recesión masiva y también de una ruptura del euro. Eso sí, manteniendo la volatilidad.
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