Scott DiMaggio (AllianceBernstein): “No hay que olvidar que la renta fija es un activo que revierte a la media. El pull to par es muy poderoso”

Scott DiMaggio. Foto cedida (AllianceBernstein)

Ha llegado el momento de poner la liquidez a trabajar en renta fija. De manera progresiva, siempre con un foco en la calidad y conscientes de que aún hay riesgos a la baja, pero, en cualquier caso, hay que ser oportunistas en estos momentos. Es el mensaje que lanza a inversores Scott DiMaggio, director de Renta Fija Global de AllianceBernstein. En su opinión, tras un año de pesimismo extremo estamos entrando en una dinámica donde el mercado de renta fija puede dispararse de manera rápida ante cualquier noticia positiva

Su argumento de peso: las valoraciones de los bonos. “El inversor en bonos aún tardará unos años en recuperarse de las pérdidas de 2022, la tir es el mejor indicador de los posibles retornos futuros”, argumenta. “No hay que olvidar que la renta fija es un activo que revierte a la media. El pull to par es muy poderoso”, recuerda.

El renacer del income vía renta fija

Fruto de esa subida en las tires ha renacido una dinámica en el mercado que el inversor llevaba años sin ver: la generación de rentas a través de los bonos. “Tras años de la llamada caza de yield, ya no hace falta renunciar tanto a la liquidez para encontrar cupones positivos”, afirma el experto. E insiste en poner las valoraciones en perspectiva. “Los bonos están ofreciendo una tir que no veíamos desde 2008”, subraya.

Y a diferencia de entonces, los fundamentales son más sólidos. “Salvo excepciones, las compañías aún no han tenido tiempo de generar un apalancamiento excesivo”, defiende. Así, en el AB American Income, fondo con Rating FundsPeople 2022 que gestiona DiMaggio, están construyendo una cartera barbell (equilibrada) combinando Tesoro estadounidense y crédito. Dos activos, defiende, que ofrecen una generación de rentas consistente y equilibrada dada su correlación negativa.

La nueva era de menor crecimiento, inflación y tipos altos

Esa estrategia barbell es una cartera con la que DiMaggio se siente cómodo en el entorno actual. Porque si bien aboga por ser oportunistas con las valoraciones actuales, de la mano advierte que aún hay riesgos por delante. En un contexto así de complejo, argumenta que el Tesoro de la cartera se activa como protección en el segundo escenario mientras que el crédito captaría el rally.

En opinión de DiMaggio, nos adentramos en una nueva fase económica. “En los últimos 30 años hemos estado en un mundo muy distinto, ahora nos enfrentamos a problemas con la demografía y un cambio de tendencia en la globalización”, afirma. El mundo se adentra el año que viene en un periodo de menor crecimiento, inflación por encima del objetivo de los bancos centrales y tipos altos.

En el escenario base que maneja el gestor, la Reserva Federal tocará en 2023 el punto en los tipos de interés con los que se siente cómoda y se mantendrá allí un tiempo. Es decir, un rango de 4,5-4,75%. Estamos hablando de una pausa. No una reversión de la política monetaria. “Esperar recortes de tipos al año que viene me parece poco realista”, cree el gestor.

La inflación se templará, vaticina, pero a niveles por encima del objetivo del 2% del banco central estadounidense. Esto se debe a las dinámicas en partes volátiles del indicador. Notablemente, los precios de la energía (donde vaticina aún presión por escasez) y la vivienda (donde prevé descensos de precios por las subidas de tipos).