Seis obstáculos a superar para el desarrollo de las EAFI

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Imagen cedida

Las empresas de asesoramiento financiero españolas se están desarrollado en España al calor de MiFID. Actualmente, hay 118 EAFI registradas en la CNMV, pero los expertos señalan que ese camino está siendo lento porque está lleno de obstáculos. Por eso, más que de crecimiento, Carlos Orduña, presidente de EAF-CGCEE, órgano del Consejo General de Colegios de Economistas creado para coordinar la actividad de los economistas en el ámbito del ejercicio profesional del asesoramiento financiero, destaca sobre todo los retos que atraviesa el sector para poder desarrollarse al mismo nivel que en otros países.

Problemas por parte del cliente, como la falta de disposición a pagar por el asesoramiento, y también por parte del regulador y el supervisor, como los excesivos requisitos que impone a las EAFI, la prohibición de ejecutar órdenes, las dificultades para desarrollar una red comercial propia, la escasa divulgación de la figura o una lucha contra el intrusismo muy poco proactiva.

“Aún queda mucho por hacer”, aseguró Orduña en el marco de la tercera edición de la conferencia “Gestores patrimoniales y agentes financieros de banca privada 2013” organizada por iiR España y patrocinada por Andbank, Bankinter y Hiscox, en la que contextualizó el tamaño de la industria. “De los grandes países, España es aquel en el que menos peso tiene el asesoramiento financiero como vía de canalización de las inversiones”. Descontando patrimonio asesorado a grandes inversores institucionales, mencionó una cifra real de asesoramiento en manos de las EAFI de en torno a 2.000 millones de euros, entre un 3% y un 4% del volumen total invertido en España. Una cifra testimonial que no tiene visos de despegar a menos que algunas cosas cambien.

Seis cambios clave

En primer lugar, la disposición del cliente a pagar por sus servicios. “Convencer al cliente es clave pero cuesta mucho que se entienda el sentido de la figura”, dice Orduña. Y es que la crisis ha jugado en dos sentidos: por un lado ha puesto sobre la mesa la necesidad de un buen asesoramiento y adecuado al perfil de riesgo, pero también ha paralizado la toma de decisiones y la inversión.

En segundo término, tendrían que aliviarse los requisititos que se imponen a las EAFI: “Un 30% de entidades son personas físicas que difícilmente pueden atender a sus clientes y realizar la operativa de back office, es una contradicción”, dice Orduña. Para el experto, no tiene sentido que se exija a una persona física lo mismo que a cualquier otra empresa de servicios de inversión, porque eso solo tiene inconvenientes al obligarle a realizar numerosos ejercicios de auditorías, registros periódicos o cumplimientos normativos. “El back office se come gran parte de la actividad  de la EAFI”, denuncia.

En tercer lugar, Orduña menciona la prohibición de ejecutar órdenes, lo que dificulta la materialización de las recomendaciones en la práctica, y pone a la figura en España en desventaja con la de otros países donde sí pueden asesorar y ejecutar, según explica. Las trabas regulatorias para que las EAFI dispongan de una red comercial es otro de los problemas, que obliga a las entidades a buscar acuerdos de asociación en otros lugares del territorio nacional.

El problema del intrusismo también está sobre la mesa, pues según Orduña la ley deja recovecos de forma que otros despachos que no sean EAFI puedan realizar una actividad similar sin tener que cumplir lo que se pide a los asesores, además de no exigir que el asesor sea economista, lo que en su opinión “diluye la seriedad del profesional”. De ahí su petición de una actitud más proactiva y no solo a posteriori por parte de la CNMV, que aún no tiene un plan específico para esta lucha contra el intrusismo más allá de sus procesos habituales, en los que investiga y paraliza entidades que prestan servicios de inversión indebidos, según indicó Lucrecia Mosquera, técnico de la Dirección de Autorización y Registro de Entidades de la CNMV. La experta aseguró en el evento que no han notado un incremento significativo de peticiones para ser EAFI. “Entran poco a poco, pero no de forma exagerada”.

Orduña también demanda al supervisor esfuerzos de divulgación para impulsar el reconocimiento de la figura, muy lejos del de otros países, a través de campañas de prensa y televisión que ayuden a evitar “desgracias financieras”. Considera que esas campañas están limitadas por la lucha de fuerzas en la industria, entre aquellos que abogan por el desarrollo de las EAFI y a los que no les interesa. “Los bancos tienen que entender que la EAFI no es un competidor, sino un cliente”, apostilla.

EAF aglutina cerca de 70 de las entorno a 110 EAFI reales existentes, tras el proceso de baja de algunas entidades.