Esto es lo que piensan las gestoras que hará la Fed

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En la rueda de prensa posterior a la reunión que celebró el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de marzo, Janet Yellen insistió en que los inversores no deberían descartar sorpresas en la reunión de abril. Un mes después, lo que se plantean los inversores es si la presidenta de la Reserva Federal aprovechará esta cita para señalizar una subida de tipos en junio.

De momento, ciñéndose exclusivamente a las declaraciones de Yellen, lo único que se sabe con certeza es que la Fed prevé continuar con su ciclo de normalización con dos subidas de tipos de interés este año. Sin embargo, cada vez está menos claro que la Fed esté pensando en incrementar el precio oficial del dinero en un par de meses. Así lo opina por ejemplo Andrea Iannelli, Director de inversiones en renta fija de Fidelity International: “El mercado descuenta un 20% de posibilidades de una subida en junio, y buscará confirmación de que el reciente rally de la renta variable y la relajación de las condiciones financieras son suficientes para que Yellen mantenga con firmeza sobre la mesa una subida en junio”.

Sin embargo, “los números de crecimiento del PIB continúan mostrando señales mixtas, al igual que las estadísticas del Gasto en Consumo Personal (PCE por sus siglas en inglés)”. El otro frente que tiene abierto el banco central es el coste de la vida: “La inflación en EE. UU. ha rebotado desde sus mínimos gracias a un dólar más estable y el mayor precio del crudo, pero la inflación subyacente aún se encuentra lejos del objetivo del 2%, por lo que la Fed debería inclinarse hacia la cautela”.

 Es una opinión similar a la que ha compartido Mohamed El-Erian, ex número 2 de PIMCO reconvertido a bloguero de Bloomberg (entre otros medios): “Los miembros de la Fed dejarán claro que sus decisiones, incluyendo si subirán tipos en junio, siguen dependiendo de los datos. Como resultado, señalizarán que una subida en junio no es una certeza, sino que ha evolucionado desde menos probable a más probable”.  A esto se tiene que añadir el nuevo enfoque que ha adoptado la Fed en los últimos meses, prestando atención no sólo a asuntos relativos a la economía estadounidense sino a los efectos que puede causar su política monetaria sobre el resto del mundo. “La vieja Fed – una institución que estaba más orientada hacia asuntos domésticos y que deseaba liderar los mercados- habría decidido subir los tipos en esta reunión”, sentencia el economista.

Argumentos en contra de una subida de tipos en junio

Didier Borowski, estratega y analista de Amundi, recuerda que el modus operandi de Yellen no es ninguna innovación: “Janet Yellen está trayendo de vuelta el buen acercamiento de gestión de riesgos de la vieja escuela. Este acercamiento – que hizo popular en su época Alan Greenspan- consiste en poner en algunos casos más consideración sobre los riesgos que sobre los fundamentales. Bajo este acercamiento, algunos riesgos – especialmente, pero no únicamente, aquellos vistos como potencialmente sistémicos- pueden influenciar la política monetaria, independientemente de los fundamentales habituales (crecimiento, empleo, inflación). Las reglas habituales de la política monetaria (como la Regla de Taylor) pasan temporalmente a un segundo plano”.

El punto de vista del experto es que “se necesitará más que una subida modesta de la inflación para que la Fed cambie de dirección y refuerce su calendario de subida de tipos”. Detalla cuatro razones que refuerzan esta postura, empezando por el hecho de que muchos estudios concluyen que la “tasa natural” o neutral ha caído y ahora está más cerca de cero. Con la perspectiva de que la tasa de inflación subyacente se acerque al 2%, “significa que la Fed tendría que hacer menos para eliminar el exceso de políticas acomodaticias”.

La segunda razón que alega Borowski es que la reunión del FOMC prevista para junio (14 y 15 de junio) está demasiado cerca en el tiempo de la consulta sobre la permanencia de Reino Unido en la UE: “La salida de Reino Unido de la UE podría desatar serias tensiones financieras a lo largo de Europa, pesar sobre la previsión de crecimiento y los mercados financieros globales (al menos en el corto plazo). De acuerdo con el principio de la gestión del riesgo, este es un resultado que la Fed no puede ignorar”, por lo que el experto concluye que “una subida de tipos en la reunión del 15 de junio parece por consiguiente improbable”.

El tercer argumento que esgrime Borowski es que las expectativas de inflación siguen estando excesivamente bajas. Y el cuarto y último, que la medida favorita de la Fed para controlar la evolución de la inflación, el deflactor del PCE, también se ha situado por debajo del objetivo del 2% “casi de forma continua desde que empezó el ciclo actual de expansión hace siete años”. 

Y volviendo al ciclo de política monetaria: Nicolas Walewski ha observado una serie de paralelismos entre los últimos ocho años y los años de crisis posteriores al crack del 29: “La caída ha sido menos pronunciada por la aplicación de políticas de estímulo cuantitativo, pero también la recuperación económica ha sido ligeramente menor. En los años 30, la economía volvía a parecer en buena forma, como es el caso actual de EE.UU., por lo que las autoridades decidieron subir los tipos de interés y provocaron un nuevo crash”. La razón para esta reacción, comenta el fundador de Alken, es debido a que “en realidad había más deuda en el sistema en 1938 que en 1928, y ahora estamos en la misma situación: hay más deuda en el sistema de la que había en 2008”. Es este el motivo por el que Walewski cree que la Fed se está mostrando tan cauta: “Mientras haya tanta deuda en el sistema, va a ser imposible subir los tipos de interés. Se debe recordar que la Fed controla la política monetaria de EE.UU., pero también el 70% de la política monetaria mundial”.

En base a estas observaciones, todas las fuentes del artículo llegan a una conclusión muy similar: los inversores deben prestar en esta ocasión menos interés a la Fed, y más a lo que pueda comunicar el jueves el Banco de Japón.