La gestora ha reunido a cinco expertos de primera fila de la casa para debatir sobre los pros y los contras del entorno económico actual en los países emergentes y hacer un exhaustivo diagnóstico de la situación actual de sus mercados.
BlackRock somete a estudio el comportamiento de los países en desarrollo, en un debate celebrado en febrero en el que han participado varios expertos de la casa: Russ Koesterich, jefe de estrategia de la gestora; Jeff Shen, responsable de mercados emergentes; Sergio Trigo-Paz, responsable del equipo de renta fija de mercados emergentes; Sam Vecht, responsable del equipo especializado en mercados emergentes y Ewen Cameron Watt, director de estrategias de inversión del Instituto de Inversiones de BlackRock.
Los cinco expertos han debatido pros y contras de las naciones en proceso de industrialización partiendo de una base común: estos países siempre han sido volátiles, aunque la fuerte inyección de liquidez de los bancos centrales en los últimos años han aportado al inversor una falsa sensación de seguridad. Para apoyar este argumento recurren a esta estimación del Banco Mundial: factores globales como el QE fueron responsables de más del 60% de los flujos de capital hacia mercados emergentes entre 2009 y 2013. La gestora plasma las 15 conclusiones a las que llegaron estos expertos tras una sesión de debate.
1. Crecimiento
“El crecimiento en el mundo emergente está listo para ralentizarse más a medida que China reequilibra su economía. Es clave la diferenciación entre países, clases de activos y sectores”, explican los expertos. Éstos prevén que las divergencias entre naciones se ensanchen en 2014 y que este fenómeno se refleje en los precios de los activos. Asimismo, realizan una observación sobre los mercados de deuda local que tiene que ver con el crecimiento: “Los mercados de deuda local emergente con un tamaño considerable están haciendo mucho del trabajo atribuido a la política monetaria: los tipos al alza tienen una forma de ralentizar el crecimiento del crédito. El riesgo es que esta medicina agridulce reprima el crecimiento emergente”. Algo que de hecho ya está sucediendo: de media, los países en vías de desarrollo crecieron un 4,7% en 2013, la tasa más baja desde 2009.
2. Divisas
“Los movimientos de la divisa son lo primero, lo segundo y lo tercero a tener en cuenta al invertir en emergentes”, afirman rotundamente los expertos. Éstos señalan que las divisas “con frecuencia maquillan los embates en los retornos de activos”, que son “el gatillo para las acciones de los bancos centrales” y que, en definitiva, constituyen “el mecanismo principal para el ajuste económico”.
Por otra parte, el conjunto de responsables de BlackRock observan que las divisas se han debilitado mucho – “son raras las depreciaciones de más del 30% en divisas flotantes, lo que sugiere que haya pasado lo peor”-, aunque los tipos de interés todavía están en niveles preocupantemente bajos, “y más subidas de tipos conllevan el riesgo de matar al crecimiento”. Para Koesterich y compañía, la solución más adecuada sería subir los tipos de interés, dado que “la elevada inflación supone que los tipos reales de países emergentes todavía están demasiado bajos, dando de media un irrisorio 0,8%”.
Sin embargo, el riesgo viene del lado de que muchos países –y entre ellos naciones significativas como Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica o Turquía- celebran elecciones generales este año, por lo que una política monetaria más dura contravendría los intereses electorales de los partidos gobernantes. Asimismo, destacan el hecho de que no exista la figura de un banco central que abarque todos los emergentes y esto dificulta la coordinación de políticas monetarias.
3. Emisión de deuda
El comité de expertos de BlackRock comienzan este apartado constatando que, con frecuencia, la concesión de préstamos en estos países ha estado infracubierta y la información proporcionada también ha sido baja y a través de subsidiarias offshore. “La volatilidad de las divisas ha cortado este canal y creado un bucle de retroalimentación desagradable. Esto se podrá convertir en un ciclo virtuoso sólo cuando los inversores sientan que están siendo adecuadamente compensados por el riesgo que asumen y/o cuando haya pruebas de que esté volviendo a emerger el crecimiento emergente y el momento de reformas”, señalan.
Dentro de estas conclusiones hay una llamada a la precaución: en algunos países se está interviniendo el sistema financiero y los mercados de capital. Los representantes de BlackRock recuerdan que las emisiones de deuda en divisa local se han duplicado desde 2008, alcanzando los 9,1 billones de dólares, según estimaciones del Banco de Pagos Internacionales. En el mismo periodo, el número de propietarios no residentes también se ha duplicado, hasta el 27%. “Esto crea riesgos. Una manada de inversores extranjeros entró en activos emergentes en parte por las elevadas expectativas de crecimiento, y estas expectativas ahora se están desinflando”, advierten.
Aunque el más destacado, no es el único riesgo que acecha al mundo corporativo emergente. Desde BlackRock recuerdan que muchas compañías han emitido deuda en divisa extranjera sin cobertura, valorada en unos 800.000 millones de dólares, de la cual casi la mitad de la emitida entre 2009 y 2013 ha sido a través de filiales de ultramar, por lo que no está reflejado en las estadísticas. “Si las divisas emergentes se vuelven a tambalear, estas compañías pueden tener problemas para refinanciarse”.
Dicho esto, el comité de sabios de BlackRock contrapone otro dato para difuminar los riesgos del boom del crédito en estos países: desde el año 2000, el crecimiento del PIB se ha quintuplicado, por lo que los niveles de crecimiento de la concesión de crédito se ajusta a los ratios de deuda sobre PIB.
4. Quantitative Easing
De la misma manera que los programas QE han ayudado a reducir la volatilidad en estos mercados, su retirada puede provocar repuntes. “Este retorno a la normalidad significa más riesgo y mayor dispersión de los retornos”, advierten dese la gestora. Los expertos descartan un contagio al mundo desarrollado, a no ser que China frene en seco y paralice todo el comercio panasiático, algo que descartan que suceda.
5. Hay buenas noticias
Los cinco expertos participantes en el debate no son del todo negativos: también encuentran buenas noticias en este entorno. La primera, que los países en vías de desarrollo pueden utilizar la depreciación de las divisas para mejorar su competitividad y ajustar su balanza de comercio; a un tiempo parte del ajuste económico se ha materializado a través de las alzas de tipos en los mercados de deuda local.
La segunda buena noticia es que no se repetirá una crisis asiática como la de 1997, pues el mundo emergente ha hecho sus deberes: reservas de divisas más elevadas, divisas con un tipo de cambio flotante, fomento del ahorro doméstico…
6. Oportunidades en renta fija
Las fuertes ventas registradas en los últimos meses han devuelto a la renta fija emergente a niveles convincentes. La preferencia de BlackRock se centra en la deuda denominada en una divisa fuerte, donde la mayoría de emisiones tienen grado de inversión y se ofrece un rendimiento medio del 6%.
En cambio, la deuda en divisa local ofrece de media un 7% pero creen que esta rentabilidad no compensa el riesgo que asume el inversor. Eso sí, creen que este mercado presenta un gran potencial de desarrollo en el futuro gracias al crecimiento de los ahorros domésticos y al envejecimiento de la población, por lo que consideran esta clase de activo “un diversificador útil para los inversores estratégicos de largo plazo”.
7. Oportunidades en renta variable
La postura en este punto bascula entre el escepticismo y el pragmatismo. La previsión es que, en base a la media histórica, las bolsas emergentes no se comportarán mejor que las desarrolladas. “El problema es que las acciones emergentes sólo parecen gangas si se comparan con las desarrolladas”, explican. Tampoco ayuda la baja calidad de las acciones (por fundamentales y liquidez) ni la fortaleza del dólar.
Sin embargo, el comité de expertos de BlackRock cree que “las valoraciones ahora reflejan mejor la realidad del crecimiento más lento” y creen que el sentimiento de los inversores se ha vuelto bastante negativo, por lo que estiman que éste es un buen momento para comprar. “Esto hace de la renta variable emergente nuestra elección contrarian más destacada para 2014”, concluyen.