Sophie del Campo (Natixis IM): “La razón de ser de la regulación no es que todo tenga que ser artículo 8 o 9, sino que haya mayor transparencia para el inversor final”

Sophie del Campo
Foto: cedida por Natixis IM.

A nivel profesional, Sophie del Campo ha iniciado una nueva etapa en Natixis Investment Managers, con la asunción de nuevas responsabilidades. A su cargo de directora general de la gestora para Iberia, Latinoamérica y Estados Unidos Offshore se le une ahora la responsabilidad del mercado italiano, donde la entidad cuenta con una oficina de representación en la que trabaja un equipo de 11 profesionales. “El reto es importante. Se trata de un mercado aproximadamente tres veces y medio más grande que el español, donde tenemos un potencial de crecimiento muy elevado. El objetivo allí es seguir creciendo, ayudando a nuestros clientes a construir carteras duraderas. Porque ahí está la clave”, asegura en una entrevista con FundsPeople.

Del Campo tiene muy claro que la manera de conseguir poner a una gestora en el radar del cliente no es a través de la venta de producto. “Puedes tener los mejores fondos de la industria, pero si no eres capaz de explicarles qué les va a aportar y cómo posicionarlos en una cartera, te conviertes en una commodity”, advierte. Para ella, lo importante es que el inversor vea a Natixis IM como un socio que le ayude en su labor. Su experiencia poniendo a funcionar negocios (además de la oficina en España también abrió distintas delegaciones en América Latina) le dice que, para construir esa relación de largo plazo y convertirse en un socio estratégico del cliente, el departamento de Solutions juega un papel decisivo.

“Solutions ha sido fundamental para el desarrollo de nuestro negocio. No solo en España. También en Latinoamérica, donde a lo largo de los últimos años hemos experimentado un gran crecimiento”. Tan es así que, pese a los estragos que ha provocado el COVID-19 en lo que respecta al retraso en la aplicación de los planes estratégicos de muchas compañías, la gestora ha continuado con el suyo de seguir expandiéndose por la región. “No es fácil. Son mercados muy complejos y distintos, con regulaciones cambiantes. Pero este año empezaremos a desarrollar nuestro negocio en Brasil. Era uno de los pocos mercados que no habíamos abordado en la primera fase y 2022 va a ser el año del inicio”, revela. 

Evolución del negocio en Latinoamérica y EE.UU. Offshore

La llegada de Natixis IM al país carioca coincide con un año extraordinario para la gestora en la región, tanto en lo que respecta al negocio latinoamericano como Estados Unidos Offshore. “El riesgo político en países como Chile o Perú ha empujado a muchos inversores a invertir en dólares. Nosotros, que nos dedicamos a ofrecer soluciones en esta divisa, con productos que tienen un depositario que está fuera del país, hemos visto aumentar nuestras ventas. Ha entrado dinero en renta variable y también en productos sostenibles, que están registrando un boom. En Estados Unidos Offshore ya trabajamos con todas las grandes entidades y plataformas americanas locales. En ambos casos, es un éxito que no habríamos logrado sin el equipo local que tenemos sobre el terreno”.

Actualmente, el 50% de los activos que tiene Natixis IM en la región están en offshore y el otro 50% en Latinoamérica. A nivel de cliente, la mitad son institucionales y la otra mitad de distribución. Y por clase de activo, también un reparto al 50% entre estrategias de renta variable y renta fija. “Es la clave del éxito para seguir creciendo de manera sólida”, apunta Del Campo.

ASG: el inversor está perdido

En todos los mercados que están bajo su responsabilidad, la filosofía es la misma: ayudar a los clientes en todo aquello en lo que la gestora pueda echarles una mano. Es el caso, por ejemplo, de todo lo relacionado con la sostenibilidad. “El inversor está muy perdido. El hecho de que el regulador no haya especificado todas las reglas de juego desde el inicio ha derivado en que, en cada país europeo, existan visiones diferentes. En el mundo de los fondos de fondos, dependiendo de si estás en Francia, Italia o España, tienes una manera de funcionar distinta para que tu producto sea artículo 8. ¿Hago como en Francia, donde el 90% de los activos tienen que estar invertidos en producto artículo 8, o como en Italia que es a discreción de las entidades?”, ejemplifica.

Tal y como reconoce, en esta época de transición, hay muchas preguntas por parte de los clientes sobre cómo va a ser el futuro. “Creer que el artículo 6 ya no va a servir ha provocado que muchas gestoras estén convirtiendo sus productos a artículo 8, cuando en realidad la regulación no está hecha con este propósito. Lo que busca la normativa es crear una oferta mucho más gradual y rigurosa de cuáles son los fondos responsables al integrar criterios ASG, los más sostenibles en su propia política de inversión y los que buscan un impacto real, lo que no significa que todo tenga que ser sostenible. En algunos casos, existen activos o maneras de gestionar con derivados que hace que sea casi imposible que el producto sea clasificado como artículo 8 y se tiene que quedar en el 6”.

Los fondos artículo 6 también valen

A su juicio, esto no es algo que deba ser visto de forma negativa. "El mercado se ha marcado unos retos demasiado marketinianos y se ha olvidado de la razón de ser de la regulación en la clasificación de productos. Como sociedad tenemos que ir hacia algo más sostenible, lo que no significa que toda la inversión tenga que ser sostenible, sino mantener siempre un grado de diversificación consecuente con el perfil de riesgo de cada inversor".

Esto lo estamos viendo ahora con el fuerte repunte de sectores como el energético o el armamentístico. "La regulación busca mayor transparencia para el inversor final y que pueda disponer de productos muy verdes, algunos menos verdes, y otros, artículo 6, que pueden invertir en sectores menos sostenibles, pero que siguen siendo importantes a la hora de diversificar una cartera, que es la regla número uno de cualquier inversor, sobre todo cuando gestionas dinero para otros. En definitiva, la razón de ser de la regulación no es que todo tenga que ser artículo 8 o 9, sino que haya mayor transparencia para el inversor final”, subraya.

Del Campo afirma que, en su entidad, han sido muy prudentes a la hora de clasificar sus fondos. “Me consta que no es el caso de todos, por lo que veremos algún tipo de rectificación en los próximos meses. Nosotros no queremos llevar a artículo 8 un producto que al cabo de unos meses hubiese que devolverlo al artículo 6. Cuando hablamos con nuestros clientes, observamos que también se están mostrando más prudentes a la hora de hacer la selección. Ya no te dicen que van a utilizar solamente productos artículo 8 y 9.

Dentro de Natixis IM han constituido un equipo, Task Force, dedicado a hacer advisory con sus propias afiliadas para explicarles cómo implementar la regulación en cada una de las gestoras. Este mismo equipo va a realizar también una labor con sus clientes, enfocada exactamente a lo mismo: analizar la normativa y ayudar a los inversores a entender los cambios que se avecinan para que puedan adaptarse a ellos y saber cuáles son los puntos clave a la hora de montar una cartera sostenible o de impacto. “En ocasiones, el cliente mezcla los dos conceptos. Y son diferentes. Todo esto es el primer punto clave en el desarrollo de la inversión. Es algo que nos parece importantísimo”, reconoce.

Mercados privados: la otra gran tendencia

Otra de las áreas a las que en la casa están dedicando recursos es el de los mercados privados. “El interés por estos productos es un fenómeno global, que comenzó hace un par de años. Con el actual nivel de tipos de interés, existe una clara demanda por parte de las bancas privadas de todo el mundo, también las españolas e italianas, por añadir a las carteras clásicas algo de ilíquidos. La regulación, además, lo está favoreciendo. Cabe recordar que, con los fondos ELTIF, a partir de 15.000 euros ya se puede invertir en ilíquidos. Al mismo tiempo, también existe una necesidad por parte de los clientes en saber cómo construir carteras sólidas incorporando este tipo de activos en las carteras”.

A su entender, los proveedores que han empezado a ofrecer este tipo de soluciones en España lo han hecho partiendo de la base de la venta de producto. Para Del Campo, la estrategia más adecuada es que, primero, los inversores tengan una profunda formación sobre el activo y el producto, para que sepan cómo incorporarlo en las carteras. “En Solutions contamos con un equipo que ha trabajado intensamente con muchos clientes institucionales en construir carteras sólidas incluyendo este tipo de activos. Estamos aprovechando todo ese expertise para ayudar a las bancas privadas a diversificar sus carteras con estrategias ilíquidas. Nuestro objetivo no es solo apoyarles a nivel de producto, sino también trabajar en el asset allocation en su conjunto”.

Anticipando tendencias futuras

También en lo que respecta a la banca privada, en Natixis IM están tratando de anticipar cuáles son las tendencias que marcarán su futuro. Aprecian dos factores interesantes. En primer lugar, una nueva generación de clientes. “Los millenials están experimentando una tasa de crecimiento de la riqueza más elevada que los baby boomers. Como gestora, puedes anticiparte y prepararte para la siguiente generación. Esto supone adecuar tu oferta de producto a quienes van a ser los nuevos interlocutores de los banqueros privados. Es algo que te obliga a pensar más en el largo plazo sobre cuáles son las cosas que realmente mueven y necesita este nuevo cliente”.

Cita, como ejemplo, la digitalización. “Contar con procesos de comunicación más eficientes y, de alguna manera, más digitales es un tema importante. Lo es tanto en lo que respecta al banquero privado con su cliente como al proveedor de soluciones con el banquero”.

El segundo fenómeno que han detectado es un factor de género. “En banca privada, hay cada vez más mujeres que han creado una riqueza importante y toman decisiones. La tasa de crecimiento de la riqueza es 1,5 veces más elevada que la de los hombres. Es un fenómeno relativamente nuevo. Con este público de banca privada el objetivo es el mismo: anticipar cómo vamos a poder adaptar mejor nuestra oferta de producto y la manera de explicársela. De igual modo que cuando tienes 30 años no decides igual que con 60 años, tampoco lo haces si eres hombre o mujer. Das más importancia a cosas diferentes. Son tendencias del sector muy interesantes a las que debemos adelantarnos. En este ámbito, nuestro Global Survey es una gran fuente de información”.

La evolución de la mujer en la industria española

En el mundo de la banca privada, la mujer también ha avanzado mucho y muy rápidamente. “Las bancas privadas también se tienen que adaptar a los clientes finales. El ser mujer banquera tiene su importancia cuando cuentas con clientes más diversos. No todo el mundo funciona y ve las cosas de la misma forma”.

En los 20 años que lleva trabajando en España, Del Campo ha percibido un gran cambio en lo que respecta a la participación de la mujer en la industria española de gestión de activos. “Cuando empecé a trabajar aquí en el año 2000, había algunas mujeres en el sector, pero pocas. En algunas reuniones, era la única. Hoy, el sector financiero español está prácticamente nivelado”.

Dicho esto, la responsable de Natixis IM para Iberia, Italia, Latinoamérica y Estados Unidos Offshore reconoce que, cuando empezó, le llamó mucho la atención la elevada presencia de mujeres en cargos de gran responsabilidad en entidades de gran tamaño como Santander o BBVA. “El mercado español ha sido bastante adelantado frente a otros como el francés, donde históricamente ha habido muchas menos ejecutivas ocupando ese tipo de puestos. Ahora, sigue habiendo muchas cosas que hacer en esta materia. Personalmente, nunca he buscado de manera proactiva tener un cierto número de mujeres en mis equipos. Pero, sin haberlo hecho a propósito, el peso de hombres y mujeres ha estado muy equiparado”.

Según Del Campo, la realidad es que, si seleccionas a los profesionales de la manera más objetiva posible, al final acabas con un porcentaje muy alto de mujeres en tus equipos. “La excusa de que no recibes currículums no es cierta. Tienes candidatos tanto mujeres como hombres. En este sector, no hay excusa para el equilibrio”.

Crisis de mercado actual

Mirando a lo que está sucediendo en los mercados y a los movimientos que está detectando en las carteras de los clientes, Del Campo ha apreciado una tendencia a reducir riesgo. “Están en un momento de esperar y ver. Les preocupa lo que está pasando, pero al mismo tiempo temen un fuerte repunte del mercado. La principal dificultad está en la renta fija. Es extremadamente difícil gestionar con un benchmark de bonos. La mayoría se ha puesto en duraciones cortas y muy cautas en crédito. A este respecto, estamos viendo cada vez más interés por estrategias descorrelacionadas con los tipos de interés, como por ejemplo las de retorno absoluto, que están cogiendo bastante fuerza como alternativas de inversión en renta fija”.

En renta variable, el cambio de growth a value se está pronunciando. “Los inversores lo están viendo, pero con mucha cautela. Dada la situación actual, están infraponderados en el mercado de acciones con respecto a su índice de referencia. Algunos juegan con las materias primas, que ha sido uno de los activos que han podido compensar algunas caídas. Pero hay que tener mucho cuidado con las commodities por su gran volatilidad. Cuando buscas estrategias que puedan salir airosas en periodos de subida de tipos, alza de la inflación y crecimiento plano, que es lo que nos piden, ahí están los fondos de retorno absoluto bien gestionados y los CTA, que lo están haciendo bien. Se venden mucho en EE.UU, pero en España no están teniendo una buena acogida”.

El consejo de Del Campo en este entorno de volatilidad e incertidumbre está muy en línea con lo que ha defendido siempre: mantener los objetivos de rentabilidad-riesgo y construir las carteras de la manera más sólida posible, diversificando y controlando el riesgo en cuanto a los activos que se utilizan. “El entorno actual es difícil, pero nada cambia. Lo importante es asegurarte de que tu cartera es sólida y cuentas con los suficientes factores diversificadores para poder aguantar mejor en las caídas. Es lo que suele pedir el cliente final: ser gestores de activos no solo de retornos, sino que también de riesgos. Esa es la diferencia entre la gestión activa y pasiva. Para mí es lo fundamental”, concluye.