Las crisis recientes han enseñado a los inversores lo importante que es proteger las carteras ante el riesgo de que se produzca un suceso extremo, ya que este tipo de sucesos pueden ser muy perjudiciales para el conjunto de la cartera.
Las crisis recientes han enseñado a los inversores lo importante que es proteger las carteras ante el riesgo de que se produzca un suceso extremo, ya que este tipo de sucesos pueden ser muy perjudiciales para el conjunto de la cartera. En Pioneer Investments, por ejemplo, aseguran pasar mucho tiempo hablando sobre cómo cubrirse frente a riesgos de cola. “Los movimientos extremos de los mercados empiezan a ser cada vez más habituales. La política del BCE seguirá distorsionando los precios de los activos, afectando a la liquidez, las valoraciones y el riesgo. Por otro lado, al restringir la participación de los bancos como creadores de mercado, indirectamente los reguladores han restringido la liquidez en activos incluso de gran liquidez, como los mercados de deuda soberana –donde los volúmenes de trading son ahora inferiores- o el investment grade, donde estamos en un mercado oficialmente ilíquido”, asegura Francesco Sandrini.
Según explica el director de soluciones multiactivo de Pioneer Investments en una presentación celebrada en Dublín, la liquidez debería ser una consideración importante a la hora de hacer el asset allocation en una estrategia multiactiva. En la entidad entienden que esta labor debe abordarse de forma efectiva mediante tres pasos. Los detalla Matteo Germano, director global de inversiones multiactivo de la entidad. El primero es identificando los riesgos de suceso extremo con arreglo a escenarios macroeconómicos alternativos. El segundo, haciendo un análisis del posible impacto sobre la cartera de los sucesos extremos, es decir, realizar una prueba de resistencia. Y el tercero, identificando posibles coberturas como protección ante los riesgos de suceso extremo.
“Para gestionar los sucesos extremos es importante analizar los escenarios alternativos que podrían generar pérdidas importantes en la cartera e identificar la probabilidad de que se produzcan. Una vez que se han identificado los escenarios alternativos, puede realizarse una prueba de resistencia para el conjunto de la cartera con el fin de definir el alcance de sus pérdidas globales en circunstancias extremas, así como para las clases de activos y posiciones individuales. Esto puede permitir evaluar el modo más eficiente de contribuir a la protección de la cartera ante pérdidas extremas. Gracias al desarrollo de los mercados de derivados, actualmente existen numerosas técnicas de cobertura disponibles para contribuir a proporcionar protección ante los riesgos de suceso extremo”, explican.
En general, en Pioneer Investments consideran que la oportunidad de aplicar estas técnicas debe evaluarse en función de los resultados de la prueba de resistencia y también debe tener en cuenta el coste de la cobertura. “Desde nuestro punto de vista, normalmente tiene sentido cubrir eventos que tienen una escasa probabilidad de producirse, pero cuyas consecuencias son extremas, si el coste no es excesivo. De cara al futuro, creemos que la cobertura irá adquiriendo gradualmente importancia, ya que puede que aumente la volatilidad a consecuencia de los numerosos factores que hemos analizado en el primer apartado”.
Mediante dichas directrices, en la firma creen que es posible abordar las principales inquietudes de los inversores mediante la elaboración de carteras basadas en variables fundamentales sólidas, que cuentan con una diversificación efectiva, ofrecen un mayor potencial de rentabilidad y cierta protección ante el riesgo de suceso extremo. “Mediante la simulación de una cartera elaborada con una serie de estrategias condicionadas por distintos factores de riesgo, observamos una mejora de la rentabilidad ajustada al riesgo de la cartera, según el ratio de Sharpe. Esto implica que es posible elaborar carteras más sólidas y diversificadas mediante estrategias con una escasa correlación” (ver gráfico).
En un esfuerzo por conseguirlo, es importante centrarse en la investigación para comprender los principales temas macroeconómicos y en las habilidades de gestión de cartera para identificar las ideas más atractivas que pueden aportar rentabilidad, al tiempo que se trata de mantener unos niveles razonables de riesgo. “En este nuevo contexto es el momento de diversificar de forma diferente. Esto significa pasar de un enfoque de diversificación por clases de activo a centrarse en los factores de riesgo que condicionan esencialmente las distintas clases de activo y el riesgo –además de identificarlos, medirlos y combinarlos de forma eficaz-. Esto no solo implica maximizar las fuentes de diversificación de beta y gestionarlas de forma dinámica, sino también promover una cultura de generación de alfa que trate de aprovechar todas las fuentes de alfa posibles para mejorar la rentabilidad teniendo presentes los riesgos existentes”.
Además, el concepto de gestión del riesgo incorporaría una nueva connotación en esta nueva situación, menos basada en la evaluación de los riesgos ex post y más en adoptar un planteamiento estructurado para construir ex ante una cartera efectiva al riesgo, que trata de contar con protección ante los sucesos extremos. “Creemos que un planteamiento de inversión multiestrategia bien diseñado puede ser fundamental en los próximos años para gestionar la nueva complejidad de forma que ofrezca soluciones de inversión efectivas al cliente”, concluyen.