La alta volatilidad ha reactivado la demanda de oro, que sube en torno a un 17% en el año. Para Steve Land, gestor de Franklin Templeton, la commodity experimentó un punto de inflexión en febrero.
El precio de la onza de oro ha remontado cerca de un 17% en lo que va de año. La subida ha sido especialmente llamativa por su fortaleza en un momento en que la inmensa mayoría de clases de activos han flojeado, pero también porque el metal había perdido brillo de forma notable desde mediados de 2013 hasta finales de 2015. Es bien sabido que el oro es el refugio por excelencia en momentos de incertidumbre como el actual, y que está correlacionado de forma inversa con el dólar, que recientemente se ha abaratado. La clave es: si siguen estos vientos a favor, ¿cuánto más podrá durar el rally?
Es la pregunta que también ocupa a Steve Land, analista y gestor de Franklin Templeton Investments. Éste observa que la racha alcista del metal precioso ha beneficiado al sector de mineras, especialmente después de que esta clase de compañías hubieran realizado en los últimos años un importante ajuste en sus costes y márgenes para afrontar los precios bajos de años anteriores. Esta mejoría se ha podido constatar por ejemplo en el ranking de los 25 fondos de renta variable más rentables en el trimestre, con una importante presencia de productos que invierten en mineras. Aun así, el analista y gestor recuerda que el índice FTSE Gold Mines todavía cotiza más de un 65% por debajo de sus máximos de 2011.
“Los inversores han citado una serie de razones para justificar su regreso al mercado del metal después de una interrupción de varios años. Aunque el oro es visto tradicionalmente como una protección contra la inflación, no parece ser el ímpetu primario, aunque hayamos visto algunos signos nacientes de inflación en EE.UU. y otras partes del mundo”, explica Land. Este opina, en cambio, que el imán que ha atraído a los inversores de vuelta ha sido el aumento de la volatilidad generada por las preocupaciones en torno al crecimiento global y por la perspectiva de una nueva era monetaria regida por los tipos negativos “Los tipos negativos implican que los inversores están en realidad pagando a los bancos por guardar su efectivo, por lo que tiene sentido para los inversores buscar un retorno potencial de inversión en otra parte”, asevera el gestor.
Para Land, el auténtico punto de inflexión se ha podido ver en febrero: “Claramente trajo un tono muy diferente para la industria del oro del que habíamos visto en los últimos años, al regresar un significativo interés inversor no sólo por el metal físico, también por los valores y fondos del sector”. El experto considera que un buen indicador de este interés ha sido el incremento del 16% entre enero y febrero del oro físico replicado por ETF, frente a la reducción de 4,4 millones de onzas de oro presentes en estos productos de 2015. Otro factor a tener en cuenta ha sido que, “al subir el precio del oro, muchos inversores previamente bajistas salieron en desbandada para cubrir sus posiciones cortas y reconstruir las posiciones que habían estado infraponderadas”.
“Seguimos esperando que las acciones de mineras sigan siendo más volátiles que el oro físico, porque los precios del metal siguen cerca del coste total por onza de muchos productores, por lo que incluso un pequeño movimiento del precio del oro físico puede impulsar un cambio significativo de los flujos de caja para una compañía”, advierte el gestor.
Desde PIMCO, Nicholas J. Johnson coincide con Land sobre los factores técnicos: “Pensamos que ha habido grandes compras de asesores en commodities y fondos que siguen la tendencia, al cruzar el precio del oro muchas medias móviles por análisis técnico. También ha habido grandes compras de inversores minoristas, con activos en ETF como el SPDR Gold Shares subiendo rápidamente en lo que va de año”. No obstante, recuerda Johnson, “estos flujos tienden a buscar retornos, y no los vemos como un indicador adelantado de los movimientos futuros de los precios”. En cambio, considera que “estos flujos dan a los inversores tácticos la oportunidad de volar hacia activos de mayor calidad valorados de forma más atractiva, como los bonos ligados a la inflación de EE.UU. o los treasuries”.
De hecho, el experto atribuye un 10% del rally del oro en el año a la caída de alrededor de 35 puntos básicos de la rentabilidad real de los treasuries en el mismo tiempo, así como a la caída de un 3% en el valor del Dollar Index. En todo caso, el experto considera que el valor de la materia prima ya se ha puesto totalmente en precio, y recuerda que sólo debería ser utilizada con un horizonte temporal de largo plazo: “Si las rentabilidades reales en el largo plazo siguen yendo a la baja, entonces probablemente se beneficie el oro. Sin embargo, es probable que se muevan menos que los treasuries, dadas sus valoraciones iniciales”. Por este motivo, en PIMCO han optado por incluir en los fondos de su gama que admitan exposición a materias primas posiciones cortas en oro y largas en bonos estadounidenses, y recomiendan a quienes busquen activos refugio que inviertan en platino antes que en oro.
Espere una caída de la oferta
El gestor de Franklin Templeton recuerda que el gasto de capital se redujo sustancialmente durante 2015 en todo el sector de metales y minería, y que se esperan más recortes en 2016 de acuerdo con la previsión del consenso. “Creemos que la carencia resultante de inversión y expansión es apropiada para promover una producción más baja de oro en los próximos años”, indica el gestor. Basándose en el análisis publicado en febrero por el Consejo Mundial de Oro, el gestor observa que la producción minera se incrementó tan sólo un 1% en 2015, y que de hecho la producción del cuarto trimestre del año se redujo un 2% frente a la del tercer trimestre. Se trata de la primera caída trimestral desde el tercer trimestre de 2008. Adicionalmente, indica que la oferta total de oro en 2015 cayó un 4% debido al reciclaje de metales preciosos.
El diagnóstico de Land es que “incluso aunque mejore el precio del oro, pensamos que los altos niveles de deuda de muchas de las mayores mineras de oro vuelven improbables que impulsen agresivamente nuevos proyectos, porque se centrarán en la reparación de sus balances”. Con todo, el experto afirma que hay oportunidades en los proyectos de alta calidad y con un coste moderado de capital.