Timothée Jauli, de Amundi, habla con FundsPeople sobre la inversión sostenible destacando que, a pesar de los desafíos crecientes, tendencias como la regulación, energías renovables y adaptación al cambio climático serán claves para estos próximos años.
Repasar para mirar adelante. Así comienza Timothée Jaulin, responsable de ESG Development, Advocacy y Special Opps en Amundi, la entrevista que ha concedido a FundsPeople. Tras dos años complicados para la inversión sostenible, Jaulin repasa cifras e indicadores antes de enfocarse hacia las últimas tendencias en la inversión ASG.
Flujos, índices y compromiso real
“En diciembre de 2023 cuando ya era bastante patente que estaba habiendo una cierta revuelta contra la ASG, para nosotros el panorama no era tan sombrío”, asegura. Ese juicio estaba basado en tres tipos de indicadores. “El primero eran los flujos de fondos, el segundo el comportamiento de los índices ASG y el tercero el continuo aumento del compromiso”.
La realidad de 2024 se ha plasmado en un MSCI SRI que lo ha hecho algo peor que el índice MSCI World que, sin embargo, ha quedado por debajo del MSCI Climate Change que ha obtenido un retorno superior al 30%. Para Jaulin esta dispersión debe animar a los inversores a entender lo que supone cada categoría: “A 10 años casi todos los índices sostenibles superan a los que no lo son, pero en el corto plazo pueden haber tracking error más elevados”.
Los flujos sí que han reflejado ese menor tirón de la sostenibilidad, aunque para Jaulin se puede explicar “por la normalización de un mercado ya que ya hay mucha penetración de los fondos sostenibles, hay mucha más proporción de vehículos acogidos a los artículos 8 y 9”. Además, añade que ha sido un año en el que los principales motores han sido la deuda soberana y la renta variable americana, activos en los que hay menos estrategias sostenibles.
Tendencias en 2025
De cara a 2025 para el experto es importante insistir en las tres tendencias seculares de fondo que siguen existiendo. “La primera es la regulación. Las políticas verdes como la IRA en EE.UU. o la normativa Net Zero Industry en la UE, pero también el impulso en China o el compromiso de financiación de hasta un billón de dólares en Japón destinados al desarrollo e innovación verdes. Es una fuerza de fondo seguirá siendo un impulso porque los gobiernos quieren ser competitivos”, afirma. En su opinión a pesar de la victoria de Trump, “EE.UU. va a seguir siendo líder en baterías y en vehículos eléctricos, creemos que estos temas seguirán siendo parte del consenso”.
En esa línea, la segunda tendencia secular es el avance de las energías renovables y las tecnologías verdes. “Siguen teniendo mucho sentido por su competitividad en precios. El problema de su intermitencia se va a ir viendo compensada cada vez más por el aumento de capacidad de las baterías. Es un fenómeno global”. La innegable evidencia de que el cambio climático es una realidad sería la tercera gran tendencia. “Es inevitable que afecte a los planes estratégicos a largo plazo de muchas compañías”, recalca.
Regulación y temas
En 2025 también llegará la nueva SFDR. Esta normativa tenía según Jaulin dos objetivos: “El primero era subrayar el liderazgo de la UE en materia de regulación de la sostenibilidad y el segundo movilizar el capital. El primero se ha conseguido en parte, pero el problema es que hay muchos conceptos que son muy complejos, sobre todo para el intermediario y el cliente final. En cuanto al segundo, sigue siendo insuficiente. Creemos que una normativa simplificada podría apoyar más la movilización de capital”.
Como tendencias de inversión en sostenibilidad, Jaulin menciona en primer lugar el potencial de la inversión de impacto. “Hay muchos inversores con una fuerte preferencia por la sostenibilidad que buscan su traslado a decisiones de inversión”. Entre los planes de Amundi está el de alcanzar un volumen de 20.000 millones de euros en este segmento a través de una plataforma de inversión con activos líquidos y reales. En su opinión, la adicionalidad en caso de compañías cotizadas puede venir del lado del acceso a la financiación y el engagement efectivo. “Otro tema clave a destacar es la creciente importancia de la inversión en capital natural y blended finance, que se espera que desempeñen un papel cada vez más importante en los próximos años”, añade.
Para concluir, Jaulin recalca la idea de que la inversión sostenible ha entrado en una fase de normalización lo que para él significa “que está funcionando”.