“Todavía es posible obtener rentabilidades reales elevadas en renta fija”

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En un mercado de bonos que se ha encarecido notablemente a lo largo de los últimos años, ¿es posible obtener rentabilidades reales elevadas? Según Brandywine, especialista de renta fija de Legg Mason Global Asset Management, la respuesta es sí. “Aún existen oportunidades de obtener rendimientos reales elevados en países como Portugal, Chile o Brasil, lo que ofrece a los inversores la posibilidad de beneficiarse de una apreciación del capital en un momento en el que los mayores costes de financiación están ralentizando la actividad económica y reduciendo las expectativas de inflación”. 

Para Jack McIntyre, co gestor de los fondos Legg Mason Brandywine Global Fixed Income y Global Opportunistic Fixed Income, si nos fijamos en los bonos a 10 años en varios países del mundo, podemos comprobar que todavía existen algunos mercados capaces de ofrecer rendimientos reales relativamente altos. “Con el tiempo, esta elevada rentabilidad real debería tener un impacto negativo sobre la actividad económica general y reducir las expectativas de inflación. Esto, a su vez, traerá consigo una contracción de la rentabilidad nominal y un aumento de los precios de los bonos”, afirma. 

Por el contrario, en Brandywine reconocen estar evitando los mercados con rendimientos reales muy bajos o negativos, puesto que unos costes de financiación bajos tenderán a estimular la actividad económica. “Queremos aprovechar las situaciones en las que vemos potencial de ralentización para beneficiarnos de un incremento en los precios”, indica McIntyre. “Para nuestra cartera, esto se traduce en una posición infraponderada en aquellos mercados considerados refugio, en los que la rentabilidad de los bonos es baja o negativa en relación con la inflación”. 

Sin embargo, en 2012 Brandywine compró cantidades significativas de deuda pública periférica de la eurozona cuando sus rentabilidades alcanzaron un nivel considerablemente elevado durante el verano. “Las declaraciones de Mario Draghi afirmando que el Banco Central Europeo haría ‘todo lo que fuera necesario’ para preservar el euro supuso un punto de inflexión”, señala. “Nosotros siempre valoramos la situación en función de los riesgos de precio y de información y, en este caso, el aumento de la rentabilidad unido al soporte del Banco Central en la periferia de la eurozona resultaba muy atractivo”. 

Los fondos no tienen exposición a Japón, ya que el equipo ve poco valor en la deuda pública japonesa o el yen. Sí que cuentan con posiciones importantes en deuda emitida por organismos semipúblicos de Australia como Queensland Treasury Corporation y New South Wales. Además, el equipo ha reducido la exposición a las divisas de Asia-Pacífico y ha vuelto a invertir en Latinoamérica basándose en las valoraciones. Asimismo, mantienen una exposición significativa al dólar estadounidense, al entender que la divisa “tiende a comportarse bien en un entorno de aversión al riesgo”.

A pesar de la reciente corrección en los mercados de bonos, Brandywine no espera que se produzca un periodo bajista importante en renta fija, ya que aún quedan muchas cuestiones económicas por resolver. “En estos momentos, seguimos creyendo que las políticas monetarias expansivas serán la fuerza dominante. Puesto que la política monetaria está orientada al crecimiento, queremos estar presentes en las divisas pro-cíclicas con potencial de crecimiento y capturar la prima de rentabilidad cuando la haya”. McIntyre considera, sin embargo, que sigue habiendo peligros, como la escalada de la tensión entre China y Japón o los problemas de la eurozona.

Considerando la situación macroeconómica en su conjunto, el gestor cree que el objetivo de la política de la Fed es incrementar la riqueza mediante la apreciación del valor de los activos de renta variable y de las viviendas, mientras que lo peor de la crisis de la eurozona parece haber quedado atrás. “Las guerras de divisas están aumentando porque el mundo desarrollado está demasiado endeudado y no crece lo suficiente para hacer frente a esa deuda”, asevera el experto. “Parte del problema es que ningún país quiere una divisa fuerte en estos momentos. Todos están buscando mecanismos para lograr un crecimiento nominal, y la debilitación de las monedas es una forma de conseguirlo”, indica.