Tokio 2020: los expertos predicen un efecto más parecido a Londres 2012 que a Río 2016

9063188149_930b52bc28
Danny Choo, Flickr, Creative Commons

Aún faltan tres años para que los próximos Juegos Olímpicos se celebren en Tokio. Sin embargo, varias gestoras internacionales ya vaticinan que el impacto de esta celebración deportiva será notorio y positivo para el PIB nipón. “La política actual del Primer Ministro Abe tiene como objetivo terminar con la deflación y generar crecimiento, y si esta política comienza a dar sus frutos a finales de esta década, entonces los JJ.OO. acelerarán este impulso”, afirma Paul Chesson, gestor de Invesco. En su opinión, los sectores que más podrían beneficiarse serían “aquellos más sensibles al crecimiento y al aumento de la inflación, algunos de los cuales además están en nuestra opinión infravalorados actualmente”.

“El Gobierno está intentando poner dinero en la economía, principalmente mediante el incremento de la inversión en construcción, instalaciones e infraestructuras. Los JJ.OO. también están contribuyendo a aumentar la confianza del consumidor. Todo esto va a tener un efecto multiplicador sobre la economía”, afirma Nathan Gibbs, responsable de producto de renta variable japonesa de Schroders. Éste añade a sus argumentos la baza de la estabilidad política en el país: “Creemos que Abe se ha planteado como objetivo aguantar en el poder hasta que hayan pasado los Juegos, por lo que probablemente siga de primer ministro más allá de 2020”.

Shunsuke Matsushima, gestor de Sumitomo Mitsui AM (socio nipón de BNP Paribas AM), detalla cuatro grandes áreas de impacto de estos Juegos. En primer lugar, comenta que la organización del evento ya está teniendo un impacto actual y directo: “Las inversiones, especialmente en construcción, ya han empezado a demostrar recuperación, con el incremento de la construcción de instalaciones atléticas, residencias para deportistas, carreteras y vías ferroviarias, hoteles e instalaciones comerciales”. El gestor aclara que, “aunque Tokio ya está bien equipada con infraestructuras, hay en marcha una sólida demanda de reconstrucción, porque muchas de las carreteras y de otras infraestructuras fueron construidas entre los sesenta y los setenta”.

El experto de BNP Paribas AM calcula que la cita deportiva traerá “estímulos positivos sobre los sentimientos económicos japoneses”. En particular, afirma que “el sentimiento empresarial, especialmente en torno al capex, se ha dado la vuelta basado en el escenario positivo de que los JJ.OO. podrían impulsar la economía”.

El gestor comenta que el crecimiento del turismo también ayudará a expandir el uso del transporte público y del consumo, al demandar los japoneses “más artículos o servicios relacionados con el deporte y la salud”, ya que considera que los Juegos “no se trataría sólo de entretenimiento para los espectadores, sino también un aliciente para que la gente empiece a practicar deporte”. En este sentido, añade que “el boom del deporte también está apoyado por el envejecimiento de la población en Japón, donde la mayor parte de los usuarios de gimnasios son personas de mediana edad o mayores”.

La gran baza del turismo

El último gran impacto para Matsushima tiene que ver con la expansión del turismo: “Incluso antes de que Tokio fuera seleccionada como la siguiente ciudad olímpica, el número de turistas extranjeros – especialmente de China y otros países asiáticos- se ha estado expandiendo significativamente, debido en parte a la iniciativa del Gobierno japonés de promover el turismo de interés”. De hecho, el experto afirma que las voluminosas compras realizadas por turistas chinos “se convirtieron en un fenómeno social durante el año pasado”.

En este contexto, Matsushima piensa que los JJ.OO. podrían añadir vigor al turismo hacia Japón, que hasta ahora ha experimentado un desarrollo inferior al de otros países: “El archipiélago japonés abarca desde el sur subtropical al norte sub ártico, ofreciendo a los visitantes varias opciones, desde resorts en playas de Okinawa o estaciones de ski en Hokkaido, que son famosas por la calidad de la nieve”, pone como ejemplo.

El equipo de renta variable nipona de Goldman Sachs AM también incide sobre la expansión del turismo. Explican que el país lleva viendo “un incremento sano de los turistas desde 2012”, gracias a la relajación de los requisitos para obtener el visado de turista y a la depreciación del yen. “Asumiendo que el crecimiento de visitantes se mantiene al ritmo actual más allá de 2017, anticipamos que el número total de visitantes anuales podría alcanzar los 40 millones, y que el consumo total de visitantes extranjeros podría alcanzar los ocho billones de yenes en 2020”, detalla el equipo. 

Impacto sobre infraestructuras y construcción

El incremento de la inversión en infraestructuras y construcción suele ser habitualmente el efecto más claro de la celebración de un evento de esta categoría sobre la economía del país anfitrión. En este caso, no obstante, “Japón ya ha conseguido una reputación como uno de los países con mejores infraestructuras del mundo”, indican desde Goldman AM. En su opinión, el incremento de las inversiones en esta área de cara a los JJ.OO estará relacionada con “la renovación de estadios, construcción de la Villa Olímpica, estadios para los juegos y costes adicionales de seguridad y transporte para gestionar el evento”.

Además, en la firma esperan “un incremento en el ritmo de renovaciones pendientes de instalaciones públicas y privadas para turistas”. En particular, se refieren al posible impulso que pueda suponer el incremento del gasto público para renovar “atracciones turísticas, redesarrollo urbano, infraestructuras resistentes a terremotos y infraestructuras del transporte superiores”, así como el aumento de la inversión privada para “modernizar hoteles, restaurantes y otras instalaciones comerciales”.

En último lugar, los expertos de Goldman Sachs AM creen que el desarrollo de esta área de la economía se reflejará a su vez al mercado laboral: “Con la necesidad de disponer de mano de obra cualificada para afrontar una demanda creciente de construcción y servicios, podríamos ver un ajuste mayor del mercado laboral, que debería ser de apoyo para un crecimiento firme de los salarios de aquí en adelante”.

“La construcción asociada con los JJ.OO. incluye no sólo las inversiones directas relacionadas con la construcción de instalaciones deportivas, también inversiones indirectas como la construcción de hoteles y la remodelación de los existentes, desarrollo urbanístico, la construcción de instalaciones comerciales y la mejora de las infraestructuras de transporte”, coinciden los gestores de SNAM, el socio nipón de UBP. “Basándonos en la experiencia de países anfitriones anteriores, se proyecta que la inversión en construcción se incremente sustancialmente en 2018 y marque máximos en 2020”, concluyen.

Captura_de_pantalla_2017-06-08_a_la_s__11