Tratando de arrojar visibilidad sobre el mercado de materias primas y el suministro de petróleo y gas

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Foto: Rodadas.net (Álvaro & Alicia), Flickr, Creative Commons

Los mercados mundiales no estaban descontado un escenario de guerra y ahora los precios se están ajustando ante lo que significa un conflicto armado de esta magnitud en Europa. Todo apunta a que la situación tardará en estabilizarse y que, por tanto, la volatilidad persistirá. Por ahora, el mercado está recalibrando el impacto del choque geopolítico y asumiendo los efectos de las decisiones políticas que se van adoptando tanto por parte de Rusia como de Occidente. En el punto de mira está lo que ocurra con el suministro de petróleo y gas, un asunto de vital importancia.

Por lo pronto, la decisión del Kremlin de invadir Ucrania ha provocado que los precios de las materias primas alcancen nuevos máximos. Ya en el período previo a la crisis, las commodities estaban descontando una prima de riesgo geopolítico que no hizo nada más que aumentar con el estallido de la guerra. El índice Bloomberg Commodity (BCOM) ha subido un 20% en lo que va de año. El petróleo WTI se revalorizó ayer un 8%, mientras que el Brent cotiza por encima de los 100 dólares, el nivel más alto desde 2014.

La escasez de gas en Europa se ha agravado porque Alemania ya había bloqueado el lunes la apertura del gasoducto Nordstream 2, lo que hace probable que se produzcan más problemas en los suministros de gas tan necesarios. Como resultado, el gas comercializado en los Países Bajos ha subido un 50% desde el lunes. “La guerra ha aumentado considerablemente los riesgos de interrupción del suministro de petróleo y gas, pero cabe suponer que Rusia cumplirá sus contratos de suministro de energía a largo plazo, como hizo en el pasado”, apunta Michel Salden.

Los inventarios en Europa, en niveles por debajo de la media

Sin embargo, el responsable de Commodities en Vontobel AM cree poco probable que el país envíe gas adicional para reponer los inventarios europeos en verano, que ahora están un 20% por debajo de sus medias de cinco años. “Esto podría ser un problema importante el próximo invierno”, advierte. Coincide en este punto con Benjamin Melman, director global de Inversiones en Edmond de Rothschild AM, para quien la dificultad será reconstruir los inventarios de cara al próximo invierno. “Europa depende de Rusia y las entregas ya se habían reducido en 2020”.

Tal y como explica, el paso al gas licuado solo podría ser limitado, ya que no hay suficientes terminales de licuefacción y regasificación, lo que deja la oferta desajustada a la demanda. “Habrá que buscar otras fuentes de energía y eso plantea otro problema, sobre todo si se trata de carbón. También habría que pensar en medidas de ahorro energético”, señala.

Otro ingrediente que añadir a la ecuación será la tan debatida sanción de excluir a Rusia del sistema de pagos SWIFT será complicada. “Si Rusia no puede recibir pagos por sus entregas de petróleo y gas, restringirá o incluso interrumpirá el suministro. Para aliviar la situación, Europa y Estados Unidos podrían recurrir a un acuerdo inmediato sobre un nuevo pacto petrolero con Irán. Aunque dicho acuerdo contribuiría a aportar nuevos barriles de petróleo al mercado -hasta un millón diarios en seis meses-, crearía nuevos riesgos geopolíticos en Oriente Medio”, subraya Salden.

Mercado de cereales

Sin embargo, la crisis repercute más allá del suministro de energía, ya que los inventarios de las principales materias primas han caído a sus niveles más bajos en 20 años. Ucrania es responsable del 12% y el 16% de las exportaciones mundiales de trigo y maíz, respectivamente, y aún no se sabe hasta qué punto los puertos ucranianos y la infraestructura de transporte se verán dañados por el conflicto militar. Además, Ucrania y Rusia son dos de los mayores exportadores de fertilizantes, lo que introduce riesgos en torno a la seguridad alimentaria mundial.

“Mientras esto ocurre, todos los cereales de Estados Unidos han empezado a cotizar con fuertes subidas, lo que ha provocado importantes alteraciones en el comercio. El trigo francés se disparó ayer un 17%. El panorama en los mercados de metales, marcados por el dominio ruso, es similar: el aluminio ha subido un 4%, el níquel un 5% y el paladio un 7%”, subraya el responsable de Commodities en Vontobel AM. Habrá que ver cómo esta fulgurante subida de los precios afecta a la inflación y, por extensión, a las políticas monetarias que apliquen los distintos bancos centrales.

“Sus agendas podrían cambiar en caso de que aumenten los efectos sobre las perspectivas de crecimiento”, indica Pascal Blanqué. El que fuera director de Inversiones en Amundi y ahora responsable del Amundi Institute recuerda que la guerra añade incertidumbre al panorama mundial en un momento en que los bancos centrales estaban actuando para combatir las presiones inflacionistas en un entorno que ya estaba caliente. “El riesgo de estanflación a nivel mundial es ahora mayor. El factor inflación se refuerza mientras el factor crecimiento se debilita”, asevera. El entorno actual es ciertamente complejo, intrincado, y la visibilidad muy escasa.