El Trea Iberia Equity y el Iberia Renta Fija Selección cuentan con una nueva clase destinada para servicios de gestión discrecional, altos patrimonios y otras IIC.
Si hay algo que MiFID II está marcando en la industria de gestión de activos española es el lanzamiento de clases cartera. Prácticamente no hay semana que la Comisión Nacional del Mercado de Valores registre nuevas clases limpias, destinadas la mayoría de ellas a un servicio de gestión discrecional, servicio por el que gran parte de las entidades nacionales van apostar en esta nueva etapa.
Ahora es el turno de Trea Asset Management, quien acaba de inscribir para sus fondos bandera, el Trea Iberia Equity, gestionado por Alfonso de Gregorio, y el Iberia Renta Fija Selección, gestionado por Ascensión Gómez, la clase B.
Esta clase se caracteriza por dirigirse a “clientes con elevada capacidad económica o que suscriban mediante contratos de gestión discrecional de carteras, gestionados o no por Trea AM, todas las instituciones de inversión colectiva y empleados/familiares del Grupo Trea”, tal y como describe el folleto informativo del fondo. En este sentido, se refieren a clientes con elevada capacidad económica aquellos que realicen una inversión mínima inicial de 300.000 euros. Para el resto de colectivos previstos anteriormente solo se contempla una participación.
La diferencia de comisiones de estas clases frente a la otra disponible, la A, es de hasta un 25% más barata en el caso del fondo de Gregorio y de un 28% en el caso de Gómez.
Por el momento, la firma no ha informado a la CNMV de que vaya a registrar una clase B para su otro fondo español, el Trea Rentas Emergentes, así como para el catálogo de fondos distribuido por Cajamar, donde la firma atesora en torno a 2.000 millones de euros.