Tres cosas que la industria de fondos puede hacer para seguir creciendo en un entorno hostil

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Ankush Minda, Unsplash

Queda menos de un mes para que finalice un año que ha ido de menos a más en lo que a mercado se refiere. Empezó con mucho miedo inversor que temía que los efectos de la guerra comercial que tanto había sacudido a los mercados en el último trimestre de 2018 se prorrogara durante todo 2019. Y aunque ese temor se cumplió hubo algo que consiguió disipar su efecto en el mercado. Lo mismo que ha movido a la renta variable y renta fija en los últimos años: los bancos centrales.

En apenas 12 meses se ha pasado de hablar de normalización monetaria a nueva ronda de estímulos y eso no solo ha impulsado la cotización de la renta fija y la variable provocando que 2019 pueda cerrar como uno de los mejores años para los inversores en la última década (solo en España más del 90% de los fondos registran rentabilidad positivas) sino que ha logrado mantener en positivos los flujos con una especial predilección por los productos de renta fija. La revalorización del mercado unido a la entrada de dinero ha conseguido compensar la bajada de márgenes a la que se enfrenta la industria en un contexto de tipos bajos, rentabilidades esperadas inferiores a las vistas en el pasado y comisiones en descenso, pero... ¿qué más puede hacer la industria europea para seguir creciendo en un entorno que será mucho más hostil que el del pasado?

“No creemos que haya solo una o dos fórmulas ganadoras; sin embargo, lograr un crecimiento desproporcionado requerirá que los gestores de activos tomen medidas proactivas y audaces en respuesta a las fuerzas que continúan remodelando el ecosistema de la industria”, afirma McKinsey & Company en un reciente estudio titulado State of European asset management: Adapting to a new normal. En él recuerda que si bien en la última década se ha conseguido que en Europa se alcance un récord en el número de activos bajo gestión y un flujo constante de nuevo dinero hacia los fondos de inversión, no se ha logrado un récord de ingresos (pronostica que incluso con el buen año de mercado que ha supuesto 2019 los ingresos se mantengan sin cambios con respecto a los de 2018).

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Sin embargo, desde la consultora identifican tres cosas que pueden hacer las gestoras de activos europeas para salir airosas durante la próxima década en un contexto de aumento de la competencia, rentabilidades esperadas bajas e incremento de guerra de comisiones.

La primera de ellas es la de repensar cómo seguir ofreciendo valor a los clientes institucionales en un contexto de low and longer return. Desde la consultora proponen la inclusión de fuentes alternativas de rendimiento, acceso a mercados privados…. “Se trata de convertirse en un proveedor de servicios”, afirman y ya no solo en el caso de los inversores institucionales si no también de los retail, a los que proponen “institucionalizar” la oferta de servicios que les dan más allá de la pura venta de productos que se ha producido hasta ahora.

En ese cambio en la oferta de producto incluyen también desde la consultora la gran megatendencia del mercado, la inversión con criterios sostenibles, ya sea integrando los criterios ESG en todo su proceso de inversión, buscando alianzas con distribuidores para fomentar en el negocio del asesoramiento la cultura de la ISR o abrazar la inversión de impacto como una nueva vía de diversificación de las carteras. Y por supuesto, todo ello integrado en mejorar la satisfacción del inversor y su experiencia de usuario.

La segunda vía de crecimiento pasa por la innovación pero siendo selectivos. Se trata, dicen desde la consultora, de repensar los modelos de negocios para conseguir capturar crecimiento de lo que llaman los “hot spots” así como de desbloquear el gran espacio que se abierto en lo que respecta a los activos que no han sido tan gestionados en el pasado como es el caso de la gestión de la liquidez, la inversión en activos reales como pueden ser el inmobiliario… De ahí que cada vez se ven más operaciones corporativas, ya sean adquisiciones o alianzas, entre gestoras de activos más tradicionales y aquellas más especializadas en mercados privados como el de infraestructuras, el capital riesgo o el real estate.

En cuanto a la tercera opción que defiende la consultora, versa sobre la necesidad de convertirse en jugadores disruptivos. “Se trata de ir más allá de la gestión de activos creando una plataforma o ecosistema aprovechando el acceso que ya se tiene a los clientes (por ejemplo, una plataforma de selección y distribución de fondos, gestor patrimonial / proveedor de crédito, creador de mercado, proveedor de tecnología o mercado B2B)”, recomiendan.

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