El comportamiento registrado en el pasado reciente por las distintas clases de activos puede conducir al inversor a hacerse falsas ilusiones de cara al futuro. Según Didier Saint-Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac, a veces los inversores son prisioneros de sus costumbres. Les cuesta renunciar a estrategias que les han funcionado bien durante mucho tiempo cuando, en realidad, esto no tiene por qué ser así. “En este momento, estamos convencidos de que hay motivos para poner en entredicho la tendencia de mercado de los últimos siete años”, asegura el experto. Los expertos han venido insistiendo últimamente en tres ilusiones que deberían quitarse de la cabeza, lo cual se pueden interpretar como claras advertencias a tener en cuenta de cara al próximo año.
Ilusión # 1: Pensar que como la volatilidad ha sido baja en los últimos años se mantendrá baja en los próximos. Lo cierto es que este año ya hemos asistido a importantes episodios de volatilidad. “Primero la volatilidad se atribuyó a la crisis de deuda griega, luego a la crisis china, posteriormente al último discurso de Janet Yellen… Lo que vamos a tener en 2016 es volatilidad en niveles comparables a los de 2015”, augura Sebastián Velasco, director general de Fidelity para España y Portugal. Estamos en un entorno de tipos de interés bajos que se van a quedar aquí durante mucho tiempo y esto se debe a que hay demasiado dinero persiguiendo demasiadas pocas oportunidades. Dicho de otra forma, hay exceso de oferta de dinero e insuficiente demanda de dinero.
“Los tipos de interés ultra bajos han animado a los participantes del mercado a acumular más deuda, lo que probablemente haga insostenible el crecimiento económico generado”, asegura Aron Pataki, gestor de Newton, filial de BNY Mellon. “Es difícil saber cuáles serán las consecuencias últimas de los tipos de interés bajos, pero es muy probable que su impacto se vea amplificado por un incremento en el apalancamiento y por el peligroso desajuste existente entre los activos de riesgo y los titulares de estos activos de riesgo. Esto causará volatilidad en lugares inesperados”, afirma. Ese menor crecimiento económico, la efectividad de los bancos centrales y el desapalancamiento que aún está por venir son factores que podrían derivar en un aumento de la volatilidad.
Ilusión # 2: Creer en la persistencia del retorno. Según explican en Pioneer Investments, el retorno anualizado generado entre 1985 y 2015 por una cartera tradicional equilibrada (50% bonos estadounidenses y 50% renta variable estadounidense) ha sido del 7,9%. Prácticamente la mitad de esa rentabilidad vino por la parte de renta variable (crecimiento del BPA y expansión de múltiplos). La otra mitad la generó la renta fija (carry y compresión de los spreads). El contexto de mercado actual hace que, de cara al futuro, obtener esa misma rentabilidad sea muy difícil. En este sentido, los expertos de la gestora calculan que el retorno anualizado de esa misma cartera tradicional equilibrada sería del 4%. La brecha podría ser de hasta 400 puntos básicos.
Ilusión # 3: Pensar que la rentabilidad de la inversión sigue una distribución normal. “Los eventos extremos pasan más frecuentemente de lo previsto”, indican en Pioneer Investments. “Por un lado, las rentabilidades reales se concentran alrededor de la mediana. Tienen picos más altos. Las rentabilidades reales tienen colas más gruesas que los obtenidos con una distribución normal. Por el otro, las implicaciones son significativas: los llamados eventos extremos o de cola son más frecuentes de lo previsto. Por ejemplo: a lo largo de los últimos cinco años, el índice MSCI World ha caído un 3% o más en cuatro ocasiones. Esto se traduce en veinticinco veces el valor de su incidencia teórica prevista por una distribución normal de rentabilidades”, indican desde la gestora.
Fuente: Pioneer Investments.