William Morgan, responsable de estrategia growth fuera de EEUU de UBS Global AM, cree que los mercados desarrollados, aunque tengan que afrontar problemas estructurales, seguirán ofreciendo cifras positivas, no obstante al mismo nivel histórico o menor. En este caso, cree que la inflación modera y los mercados emergentes generan un crecimiento más fuerte en comparación […]
William Morgan, responsable de estrategia growth fuera de EEUU de UBS Global AM, cree que los mercados desarrollados, aunque tengan que afrontar problemas estructurales, seguirán ofreciendo cifras positivas, no obstante al mismo nivel histórico o menor. En este caso, cree que la inflación modera y los mercados emergentes generan un crecimiento más fuerte en comparación a los mercados desarrollados.
Con esto, una perspectiva importante para la gestión de fondos centrados en el crecimiento en el mundo emergente, en la medida en que todavía no existe un decoupling -la evolución de los mercados en desarrollo aún está ligada a los desarrollados- y también puede que vean moderar su crecimiento. “Si hay recesión en el mundo desarrollado –algo que no cree que ocurra-, anticiparíamos la necesidad de cambiar nuestros carteras ya que están basadas en una continuación de la recuperación global”, comenta.
Y es que, durante el verano, los emergentes han sufrido incluso más que los países originarios de los problemas, algo que Morgan cree injustificado en la medida en que “los mercados emergentes han evolucionado enormemente en los últimos 10 años”, hecho no reflejado en su precio, y en que aunque las expectativas sobre su crecimiento sean a lo mejor demasiado altas, los múltiplos a los que cotizan son demasiado bajos, aún tomando en consideración una declaración modesta de crecimiento.
Aunque ése no haya sido el caso de lo ocurrido hace unos meses, el experto señala que en comparación a la última crisis económica, los mercados emergentes han mostrado una mayor resistencia debido sobre todo a sus beneficios, especialmente en aquellas compañías con exposición al consumo doméstico del mundo emergente en comparación a aquellas con exposición a exportaciones a los mercados desarrollados. “Las economías están cambiando su forma de ser, como ocurre con China, donde los planes gubernamentales quieren orientar su crecimiento desde las exportaciones hasta el consumo interno”, comenta.
Con respecto al problema inflacionista, considera que se moderará en estos mercados y sobre todo en China donde el gobierno se ha mostrado rápido y eficiente con su política de respuestas. Aunque también cree que esto ocurrirá en India y Brasil, la reducción de inflación es más complicada, dada la falta relativa de un acercamiento centralizado. De ahí que considera que “Asia, y particularmente China, es la región más fuerte dentro del mundo emergente”, es decir, aquella con mayor capacidad de crecimiento y en su punto de vista, el motor de la rentabilidad es el crecimiento de los beneficios.
Para aprovecharlo, opta por posicionarse en compañías de tamaño medio y pequeño con una exposición relativamente mayor al mundo emergente, algo que les diferencia de la competencia. De hecho, en su selección, una de las claves es el componente de crecimiento de las compañías –pero no el crecimiento cíclico, sino el secular- pues, “en el mundo emergente el crecimiento de los beneficios es el motor de las rentabilidades en bolsa”.
Con todo, el experto considera que, para que los fundamentales vuelvan a ser la guía del mercado –en vez de la macroeconomía- es clave la solución de la crisis de deuda en Europa y también en EEUU.
Al comparar la actual situación con la crisis de 2008, menciona que los fundamentos son más fuertes ahora que antes, que compañías con un buen crecimiento son atractivas, y que existe un amplio diferencial en valoraciones en cuanto que compañías defensivas aparecen como sobrevaloradas, lo cual abre la puerta a grandes oportunidades a bajos precios en compañías de crecimiento de los mercados emergentes.