El gestor de Insight Investment aplica un enfoque disciplinado y metódico en la inversión en renta fija de alto rendimiento, priorizando compañías con flujos de caja estables y evitando sectores con riesgos difíciles de evaluar, como banca e inmobiliario.
En un entorno de mercado en el que la renta fija de alto rendimiento sigue ganando protagonismo entre aquellos inversores que buscan aumentar su exposición al riesgo sin irse directamente a la renta variable, Ulrich Gerhard, gestor en Insight Investment (filial de BNY Investments), comparte con FundsPeople su visión sobre la importancia de un análisis exhaustivo de las compañías basado en la estabilidad del flujo de caja. Su formación como doctor en química le enseñó la importancia del método científico y del rigor en la toma de decisiones, algo que ha trasladado a su estrategia de inversión, como es el BNY Mellon Global Short-Dated High Yield Bond Fund, fondo con Rating FundsPeople en 2025. Resalta que si bien el entorno sigue siendo complicado, es relevante mantener un enfoque disciplinado y un proceso de inversión consistente.
Un mercado estable, pero sin crecimiento significativo
Gerhard destaca que, a pesar de un volumen sólido de nuevas emisiones, el mercado de alto rendimiento no está creciendo de manera significativa. En los últimos años, especialmente tras el impacto del COVID-19, muchas empresas han optado por reducir su nivel de endeudamiento, priorizando la refinanciación de su deuda existente en lugar de recurrir a nuevas emisiones. Este comportamiento responde a una mayor prudencia financiera por parte de los emisores, que buscan fortalecer sus balances y limitar su exposición a condiciones crediticias más restrictivas.
Además, subraya que el riesgo de recesión es un factor determinante en su estrategia de inversión. Insight Investment evita exponerse a regiones con alta probabilidad de contracción económica, ya que esto podría traducirse en un mayor riesgo de impago dentro del segmento de alto rendimiento. En este contexto, la selección de emisores con flujos de caja predecibles y estructuras de deuda sostenibles se ha vuelto aún más crucial para minimizar riesgos y garantizar la estabilidad de la cartera.
Asignación geográfica y control del riesgo
Gerhard mantiene un enfoque global, aunque limita la inversión en mercados emergentes a un máximo del 20 %. Es cauteloso con países con riesgo macro excesivo, ya que "si el país entra en recesión o crisis profunda, la empresa acaba sufriendo igualmente”.
Para las economías desarrolladas, el equipo de economía de la gestora ofrece una perspectiva top-down. Este análisis identifica zonas proclives a la recesión, donde el peligro de impagos aumenta. “No buscamos beta; buscamos alpha a través de la selección de activos”, señala Gerhard. Enfatiza que la clave radica en evaluar emisores con rigor y no en fiarse solo de los movimientos generales del mercado.
En cuanto al control de riesgos, la cartera de alto rendimiento a corto plazo suele albergar unos 100 nombres. Esto facilita un seguimiento cercano de cada firma. El equipo mantiene conversaciones frecuentes con la dirección de las compañías para detectar posibles desviaciones. El gestor atribuye este logro a un proceso disciplinado en el análisis de flujos de caja y a una rotación moderada. “Compramos, cobramos el cupón y, si la compañía cumple sus objetivos, mantenemos la posición hasta el vencimiento o el rescate (call) anticipado”, puntualiza.
Dos fondos con objetivos complementarios
El equipo de gestión de fondos de alto rendimiento de Gerhard ofrece dos estrategias a través de BNY Investments. Cada una tiene objetivos diferentes pero comparten los mismos principios de selección rigurosa y un equipo experimentado de analistas.
La primera estrategia es el BNY Mellon Global Short-Dated High Yield Bond Fund, fondo con Rating FundsPeople en 2025. Su duración media ronda los dos años y su vencimiento medio se sitúa cerca de los tres. El enfoque de Gerhard es mantener la volatilidad dentro de la estructura en niveles moderados. Se centra en generar un flujo de ingresos sólido con la oportunidad de ganancias de capital si la empresa emisora amortiza el bono anticipadamente.
Gerhard explica que el fondo se centra en empresas con flujos de caja estables y cobra cupones de manera recurrente. Aprovecha la prima de llamada cuando hay amortización anticipada. También destaca la baja tasa de impagos, fruto de un análisis exhaustivo y de un seguimiento continuo. Señala, además, que el actual entorno de tipos vuelve más interesante la inversión en bonos de corta duración, pues pueden ofrecer un carry atractivo sin exponerse en exceso a la volatilidad de la curva. De esta manera, el inversor logra un equilibrio entre rentabilidad y protección, sobre todo en un escenario de crecimiento moderado y alta sensibilidad macroeconómica.
La segunda estrategia es el BNY Mellon Floating Rate Credit Fund, orientado a quienes desean reducir su exposición a las variaciones de los tipos de interés. En este caso, el pago se vincula a un índice de referencia (por ejemplo, el Euríbor), al que se añade un spread adicional. Este mecanismo minimiza el riesgo de duración, ya que el cupón se ajusta de forma automática si cambian los tipos. Gerhard subraya que esta estrategia comparte la misma filosofía de su contraparte a corto plazo. Prioriza balances sólidos y recurre a coberturas para evitar sorpresas. Se lanzó en 2023 y es menos sensible a los tipos de interés. Por lo tanto, es una opción atractiva para los inversores que buscan rentabilidad en el crédito sin asumir toda la volatilidad de la renta fija tradicional.
Un recorrido singular y su traducción en inversión
Gerhard posee un doctorado en química orgánica sintética, formación que lo entrenó para abordar problemas con rigor analítico. Sus inicios como analista lo llevaron a “escuchar a los expertos” y a valorar la especialización sectorial. Hoy, su función consiste en coordinar la estrategia, revisar recomendaciones de operaciones y vigilar las directrices de cada cartera. Confía en la información que genera el equipo de analistas de Insight, quienes tienen dilatada experiencia en mercados de crédito.
Basándose en ese enfoque metódico, el gestor prioriza compañías con flujos de caja fiables. Según el gestor, esto reduce la probabilidad de impago. Por ello, evita por lo general los sectores con ingresos excesivamente volátiles, como la tecnología, y los expuestos a alta ciclicidad, como el petróleo y el gas (a menos que se hayan cubierto).
También excluye banca e inmobiliario. En el primer caso, por los riesgos fuera de balance difíciles de evaluar. En el segundo, por su elevada exposición al coste de financiación, la falta de generación de flujo de caja libre y la incertidumbre de las valoraciones.