Creen que se jubilarán con mejor salud que sus padres, pero con menos dinero. Así lo pone de manifiesto el último estudio del Instituto Santalucía.
Los millennials quieren lo mismo que sus padres y siguen teniendo las mismas metas vitales, pero se diferencian de ellos en un aspecto importante: creen que se jubilarán con mejor salud, pero con menos dinero. Así lo pone de manifiesto el último estudio sobre Jubilación y Hábitos de Ahorro de los Españoles-Millennials elaborado por el Instituto Santalucía, sobre la generación de españoles comprendida entre los 18 y los 34 años.
Según se desprende del barómetro, la compra de una casa (el 61,2% de los encuestados respondió así) es la principal preocupación financiera de esta generación, a la que, en segundo lugar, le preocupa la jubilación (45,8%), por delante de otros aspectos como la emancipación, el nacimiento de su primer hijo o el pagar sus estudios.
En cuanto a la jubilación, una preocupación de primer orden social dada la insuficiencia actual del sistema público de pensiones, el 36,5% de los jóvenes afirma estar ahorrando en estos momentos para su retiro, siendo su principal motivación la creencia de que la pensión pública que percibirán será insuficiente. Por su parte, entre aquellos que no están ahorrando, la principal razón que aluden es que no se lo pueden permitir económicamente. Es más, a la mayoría de la población millennial (86,4%) le preocupa no ganar lo suficiente como para ahorrar para la jubilación.
Estas preocupaciones sobre el momento de dejar el mercado laboral han llevado a esta generación a no ser muy optimista sobre su etapa como jubilado. Y es que, aunque uno de cada dos millennials cree que gozará de mejor salud que sus padres durante la jubilación, apenas un 33,7% está convencido de que disfrutará de mejor bienestar económico.
Para José Manuel Jiménez, director del Instituto Santalucía, “nunca es demasiado pronto para plantearse ahorrar pensando en el largo plazo”. El experto pone un ejemplo muy básico que no tiene en cuenta un incremento en las aportaciones o las posibles rentabilidades obtenidas: “Un joven que empieza a los 30 años a ahorrar una media de 1.500 euros anuales hasta los 67 años que se jubile, podría tener un colchón de más de 55.000 euros en el momento del retiro. Contar con una previsión y asesoramiento supone ganar en tranquilidad de cara al futuro”, anima a esta generación de españoles.
