La previsión social cada vez está más presente en los planes a futuro de los españoles. Tanto que se ha convertido, según el Estudio de Preparación para la Jubilación de 2015 elaborado por Aegon, en un factor fundamental para más de la mitad de la población española -un 53%- a la hora de elegir un puesto de trabajo.
Tal y como refleja el estudio, los planes de pensiones con contribución de la empresa serían bienvenidos en cinco de cada 10 casos. Asimismo, indican que los españoles también se muestran interesados en aquellos productos que no cuentan con el apoyo financiero de la compañía. "De hecho, el 42% también valora de forma positiva los planes de pensiones sin contribución cuando optan por una empresa", señalan.
Respecto a este resultado, Jaime Kirkpatrick, consejero delegado de Aegon España, considera que la búsqueda de un empleo es un paso importante para cualquier persona y es capital que se valoren ventajas laborales a corto, medio y largo plazo.
Sin embargo, el análisis extraido de los productos que las empresas ponen a disposición de los empleados presenta un panorama mucho más negativo. Según el estudio, tan sólo el 21% de trabajadores confiesa tener un plan de pensiones con contribución de la empresa. Esta cifra es aún menor (16%) cuando el plan de pensiones no cuenta con el respaldo de la compañía.
En este sentido, añade Kirkpatrick, “existe un claro defícit entre las necesidades de los ciudadanos en materia de previsión social y los beneficios sociales de la empresa. Debemos entender que las compañías tenemos un papel fundamental en la sociedad y no podemos obviarlo. Nuestros trabajadores son activos fundamentales de nuestra actividad empresarial y, por ello, debemos facilitarles todas las herramientas posibles para que puedan planificar correctamente su ahorro a largo plazo”.
Por otro lado, determina que "las empresas son parte importante de la cadena de valor del ahorro, pero no la única". Por ello cree que no se puede dejar el peso de la previsión social sólo en las manos de los actores privados, sino que es una labor de todos. "De las personas, que son las encargadas de dar el paso hacía el ahorro y, de las instituciones, por su capacidad para legislar con el fin último de mejorar los mecanismos de ahorro para favorecer un periodo de jubilación tranquilo y estable”, concluye.