Una última lección de Paul Read y Paul Causer

Paul Read y Paul Causer
Paul Read y Paul Causer. Fotos cedidas por Invesco.

Un punto y final a 26 años de relación profesional, con un tono agridulce. Paul Read y Paul Causer, artífices en gran medida del auge del equipo de Renta Fija de Invesco, anunciaban a principios de verano su jubilación. Y lo hacen en probablemente uno de los puntos más delicados para la renta fija de las últimas tres décadas. Con los bancos centrales navegando la delgada línea de la inflación creciente y la recuperación incipiente. Y el futuro cercano del inversor, auguran, será complejo de navegar. “Nos despedimos dejando unos grandes sucesores, pero probablemente también el inicio de un mercado bajista”, vaticinan.

En la que probable fue una de las últimas ponencias de Read y Causer como profesionales de Invesco, los gestores no han querido camuflar sus perspectivas cautas para la renta fija. Tanto por los niveles actuales de las valoraciones como por la complejidad que supone normalizar la política monetaria. “Lo cierto es que no estamos ante un agradable punto de entrada en la renta fija”, reconoce Read.

La transición, eso sí, está yendo mejor de lo esperado. “Tenemos una confianza inmensa en nuestros sucesores. Han entendido que como equipo son muy poderosos”, afirma Read. Y esa es quizás la seña de identidad que debamos esperar de la nueva etapa en el equipo de Renta Fija de Invesco. Como ya comunicaron en su momento, las responsabilidades de gestión de Read y Causer se ha repartido entre talento de la casa. Es una transición que lleva años gestándose pero que se hice especialmente patente con la participación activa de Michael Matthews y Thomas Moore, los nuevos codirectores del equipo. Más allá de eso, business as usual. No habrá grandes cambios en las carteras, sino un alto grado de constancia, defiende Causer. 

El nuevo silencio de los defensores de la inflación transitoria

No hay duda de que el tema del año ha sido la inflación. El debate sobre las subidas de precio ha dado para un viaje de ida y vuelta. Ida, a principios de año, cuando las tires de los bonos subieron ante el temor de una inflación disparada. De vuelta, cuando los bancos centrales aseguraron que no veríamos los precios dispararse. Pero de este camino lo que más ha sorprendido a Matthews es la rapidez con la que los mercados compraron los argumentos de una inflación transitoria. “Da la sensación de que la conversación sobre la reflación se ha apagado por completo”, afirma el gestor.

Y es que precisamente cuando la inflación ya no quita sueño a los inversores, parece que las tornas cambian. “Los bancos centrales comienzan a dar pistas de que quizás no ven la inflación tan transitoria como pensaban”, destaca Matthews. Ve señales de presión en los precios. Por ejemplo, un crecimiento en las rentas en Reino Unido, un componente que pesa un 30% de la cesta de su IPC. “Vamos a ver un verdadero reto para los mercados”, vaticina el gestor. En su visión, las tires de la renta fija deberían estar más altos, con una prima superior a la actual.

Y Thomas Moore coincide. En su opinión, el camino más probable para las tires de los bonos es hacia arriba. “En 2018 vimos al Tesoro americano a 10 años subir hacia el 3%. Eso nos lleva a pensar que el techo de los bonos está muy por encima de los niveles actuales. No se pueden obviar los riesgos a la baja”, advierte.

Una normalización monetaria no es el fin del mundo

Read y Causer reconocen tener un tono más pesimista del habitual. “Otras veces hemos traído una visión más pesimista de la macroeconomía, pero siempre habíamos podido encontrar oportunidades”, recuerda Read. Ahora, escasean las grandes ideas. Como bien resalta Matthews, hemos vivido ya la convergencia en sectores, incluso los directamente tocados por la pandemia. De hecho, más que de oportunidades, los gestores prefieren hablar, por ahora, de refugio.

“La mayoría de la renta fija está valorada a precios muy agresivos”, afirma el gestor. “Por ahora estamos buscando carry relativamente seguro y balances fuertes y combinándolos con emisiones corporativos híbridos o subfinancieras. En crédito apostamos por calidad en emisiones con rating BB o B. En general, evitando riesgos idiosincráticos. Equivocarse en una empresa duele aún más cuando el colchón de las tires es tan limitado como el actual”, afirma. En cuanto a la duración, siguen apostando por plazos más cortos. Las carteras de renta fija de Invesco se están moviendo sobre todo en el rango de 3,5-4 años de duración.

Y dicho todo lo anterior, no obstante, los gestores no se despiden con un mensaje derrotista. Más bien, optimista. “Si los bancos centrales se mueven de manera moderada, el mercado no tiene por qué disgustarse”, defiende Causer. Y si lo logran, una transición hacia tires más altas podría traer al fin la necesaria normalidad a las valoraciones en renta fija.