Ana Gil, directora de inversión del equipo de renta fija de M&G Investments, revela a Funds People las últimas novedades relativas a la visión y posicionamiento actual de Richard Woolnough en el fondo.
El M&G (Lux) Optimal Income acumula una rentabilidad en lo que va de año de casi el 5% (4,9% concretamente en su clase cubierta a euros a cierre de agosto). Richard Woolnough se ha movido en 2019 de manera muy oportunista… y por ahora le ha salido bien.
Tal y como explica a Funds People Ana Gil, directora de inversión del equipo de renta fija de M&G Investments, Woolnough aprovechó el buen momento de valoraciones que dejó el último tramo de 2018 para construir posiciones en crédito en dos áreas. En primer lugar en telecos, un sector que históricamente le ha interesado a Woolnough por ser un nicho de mercado donde existen muchas operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A) y más emisiones a largo plazo, área donde le gusta bucear para pescar oportunidades. En segundo, en el segmento BBB, donde –según Gil- las valoraciones les parecen más atractivas. Eso hasta mayo.
A partir de ese mes, Woolnough comenzó a reducir riesgo. Su objetivo: aumentar la calidad del crédito que tenía en la cartera. Para ello, el gestor empezó a vender las áreas de más beta, fundamentalmente los bonos de entidades financieras y de mercados emergentes. “En financieras, iniciamos el año con un 25% del NAV del fondo y ahora estamos en el 16%. Mantenemos exposición principalmente a deuda subordinada, mayoritariamente de bancos americanos e ingleses. En lo que respecta a las entidades financieras europeas, nuestra asignación la hacemos a través de deuda senior”, explica.
En lo referente a renta fija emergente hay novedades importantes. “El sentimiento del gestor se ha vuelto muy pesimista, hasta el punto de que se ha puesto corto (-3%). A Woolnough le preocupa el mercado por motivos técnicos y valoraciones. Únicamente invierte si considera que está muy barato y ahora lo ve por encima del fair value. Por esa razón se ha puesto corto”, revela Gil.
Preparados para un posible hard Brexit
En el equipo no son de la opinión de que la economía global vaya a entrar en recesión. Consideran que la inversión de la curva de rendimiento americana –una señal que históricamente ha anticipado situaciones económicas de este tipo- tan solo responde a las guerras comerciales y al propio temor que tienen los inversores a la recesión. “Los datos macro siguen mostrando crecimiento económico, más lento, pero positivo. A nuestro juicio, tanto el mercado como la Reserva Federal han sobrerreaccionado”, afirma.
En lo que respecta al Brexit, en el equipo creen estar bien preparados para una posible salida sin acuerdo de Reino Unido de la UE. “Los tres riesgos de un hard Brexit están cubiertos. El de la divisa (al estar cubierto a euros), el de tipos (en caso de salida abrupta a corto plazo es previsible que las tires bajen, aunque a largo puedan subir por el debilitamiento de la economía o la rebaja de rating por parte de las agencias de calificación) y el de spread de crédito, el cual creemos que está puesto en precio. Además, hay que tener en cuenta que muchos bonos corporativos británicos que tenemos en cartera son de empresas con un negocio global y muy diversificado”.
Duración y composición de la cartera
En duración continúan mostrándose muy prudentes. Actualmente, la duración total de la cartera del fondo es de 1,7 años, frente a los seis años que representa la neutralidad. Prácticamente toda viene del Reino Unido. La contribución de treasuries y bunds a la duración es muy escasa. Sí tienen duración de spread, la cual se sitúa en torno a los seis años.
Con las curvas invertidas, en deuda pública no encuentran tanto valor. Tienen el 26,8% en bonos gubernamentales, la mayor parte de países del núcleo de Europa (Alemania y Francia, principalmente). Es deuda de tramos muy cortos, con vencimientos a uno y dos años. “Es el reflejo de haber estado reduciendo el riesgo en cartera, esto es, de haber vendido crédito para reinvertirlo en deuda a corto plazo. La liquidez es muy cara. Cuando reducimos riesgo en cartera, utilizamos estos bonos para posicionarnos en liquidez. Son instrumentos que te permiten mantenerte en un activo que puedes vender rápidamente cuando aparecen buenas oportunidades en el mercado”, revela. Les fue muy bien con un trade en bonos franceses a 30 y 40 años, posición que finalmente cerraron al contraerse los spreads.
La mayor parte de la cartera está invertida en deuda con grado de inversión. Concretamente, el 50,5% de los casi 20.000 millones que gestiona el fondo es investment grade. De ella, la mitad corresponde a Estados Unidos, mercado que ven más atractivo al encontrar mejores valoraciones. Tan sólo el 3% está invertido en Europa. Woolnough siempre analiza el mercado en función del valor relativo y, en estos momentos, piensa que los bonos con grado de inversión son una mejor apuesta que el high yield, segmento que –en su opinión- ofrece una prima muy pequeña que no compensa el mayor riesgo que se asume al invertir en él.
La posición en renta variable -en laque el gestor invierte con un límite solo cuando la valoración le parece más atractiva que la del bono- apenas se ha movido en los últimos meses. Se mantiene en el 4,6%. La mitad está en acciones de entidades financieras europeas.