La COVID-19 ha acelerado la tendencia a utilizar otros medios de pago. Sin embargo, en la zona euro el efectivo sigue siendo el instrumento de pago predominante para los pagos en los puntos de venta y para los pagos entre particulares.
La crisis de la COVID-19 ha acelerado muchos procesos que estaban ya en camino. Uno de ellos el uso de otros medios digitales como instrumento de pago en detrimento del efectivo. Sin embargo, tampoco estamos ante un cambio radical. Los consumidores siguen utilizando predominantemente el efectivo para realizar pagos en los puntos de venta y entre particulares.
Si se analiza el número de operaciones, el 73 % de los pagos en puntos de venta y entre particulares se efectuaron utilizando efectivo y el 27 % mediante otros instrumentos distintos del efectivo. Es uno de los datos que muestra el estudio elaborado por el Banco Central Europeo sobre los hábitos de pago de los consumidores en la zona euro (SPACE, por sus siglas en inglés). No obstante, en estos datos se observa una tendencia a la baja en el uso del efectivo como medio de pago si lo contrastamos con el estudio anterior (SUCH) realizado en 2016, en el que el uso del efectivo aumentaba al 79% de las operaciones y el de las tarjetas llegaba al 19%.
Efecto COVID-19
Si bien es cierto que el informe publicado en diciembre se basa en datos recopilados en 2019, el organismo realizó una encuesta adicional para abordar el impacto de la pandemia en las tendencias del uso del efectivo. En este aspecto, es verdad que el coronavirus habría acelerado la tendencia al uso de otros pagos electrónicos frente al efectivo al menos para algunos consumidores. El 40% de los encuestados indicó que utilizaba menos efectivo desde que comenzó la pandemia, y casi el 90% señaló que seguiría utilizando menos efectivo (el 46% sin dudarlo y el 41% probablemente) cuando termine.
El estudio resalta en este aspecto que el motivo mencionado con más frecuencia para este cambio de percepción es que los pagos electrónicos se han facilitado durante la pandemia (Ver gráfico). Un ejemplo ha sido la medida de aumentar el umbral a partir del cual el titular de una tarjeta sin contacto debe introducir su número de identificación personal (PIN) para autorizar el pago en el terminal.

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the euro area (SPACE)'
El efectivo para compras pequeñas
Aunque sigue siendo el instrumento más utilizado para el pago, el estudio revela que las operaciones en efectivo representaron el 48% del valor de todas las operaciones, frente al 41% de las operaciones con tarjeta.
Si nos fijamos por países, España se encuentra entre los países que más utilizó el efectivo en sus operaciones (un 83%), solo superado por Malta (88%) y en los mismos niveles que Chipre. Contrastan con los datos ofrecidos en Finlandia y Países bajos donde solo el 35% y el 34%, respectivamente, de los pagos se efectuaron en efectivo. Sin embargo, si nos fijamos en el valor de estas operaciones en efectivo, en España solo fueron el 66% del total de los pagos. En Chipre, por ejemplo, supuso el 73% y en Finlandia el 25%. El caso curioso es Estonia donde tarjetas y efectivo tienen una participación casi igual en número de transacciones, 47% y 48%, respectivamente. Y también en el valor de los pagos, el dinero en efectivo y las tarjetas de débito representaban el 41% cada uno. (Ver gráfico)

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¿Desaparecerá el efectivo?
Si bien es cierto que la tendencia es a una menor utilización de este medio de pago, no está tampoco en la hoja de ruta del BCE que llegue a desaparecer. Así lo recalca Christine Lagarde, presidenta del BCE: “los billetes forman parte de nuestra economía, de nuestra identidad y de nuestra cultura, y en el BCE tenemos la enorme responsabilidad de asegurar que las personas sigan confiando en ellos”.
Entre los consumidores se observa una dicotomía cuanto menos interesante entre expectativas y realidad. Aunque la empírica muestra aún un uso predominante del efectivo, parece que las preferencias se decantan por utilizar instrumentos distintos a este. Casi la mitad (49%) de los encuestados señaló que prefería las tarjetas u otros (frente al 43% del estudio SUCH), mientras que el 27% indicó que prefería el efectivo (frente al 32% de 2016. No obstante, a la hora de valorar la importancia del efectivo el 55% de los encuestados respondió que consideraba importante o muy importante seguir teniendo la posibilidad de pagar en efectivo en el futuro. Ese porcentaje en España disminuye hasta el 43%. (Ver gráfico)

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Un dato interesante que revela el informe es que los encuestados utilizan efectivo para llevarlo en la cartera, como forma alternativa de ahorro por motivo precaución (por ejemplo, por seguridad frente a caídas de los sistemas de pago electrónico o crisis). Guardar dinero en casa todavía es un acto que realizan un 34% de los participantes en el estudio.