¿Y si la bolsa china es terreno abonado para los stock pickers?

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Pelo Panton, Flickr, Creative Commons

Tras la espectacular corrección de las bolsas chinas entre junio y julio, es muy probable que una buena parte de los inversores hayan dirigido su búsqueda de retornos a otras partes del planeta. Ahora bien, ¿y si la oportunidad estuviera precisamente en China? “La exposición a las bolsas de China y Hong Kong no es algo a lo que tener miedo siempre que sea resultado de un stockpicking selectivo y de la due dilligence”, comentan desde el equipo de renta variable emergente y asiática de Newton, parte de BNY Mellon IM

Desde la firma insisten mucho en la necesidad de ser muy cuidadosos con la selección de valores, dado que “las autoridades chinas han respondido (a la corrección del mercado) incrementando la intervención en un esfuerzo por estabilizar los mercados, pero estos se mantienen significativamente por encima de donde estaban al comienzo del año”. Indican además que “dado el hecho de que los beneficios subyacentes todavía se están deteriorando, hay un margen razonable para que sigan cayendo” (hasta el 12 de junio, cuando comenzó el selloff, la Bolsa de Shanghai había subido un 75% y la de Shenzhen, un 111%). 

Newton sigue sobreponderando China y Hong Kong (de forma conjunta) en su estrategia growth de renta variable emergente global (GEM por sus siglas en inglés), fruto de la exposición a sectores y compañías – como consumo, saludo o negocios basados en internet- donde ve un auténtico potencial de crecimiento. El equipo ha aprovechado la corrección para comprar algunos valores en la bolsa de Hong Kong, que experimentó un comportamiento menos frenético que el de los mercados de China continental. “Todavía no nos sentimos cómodos invirtiendo en acciones clase A debido a preocupaciones de tipo administrativo, como los términos del acuerdo”, indica el equipo. 

En cambio, alertan de la vulnerabilidad de los segmentos bancario, inmobiliario y de industria pesada, “al reequilibrarse la economía desde la inversión intensiva basada en crédito”. De hecho, el equipo – liderado por Rob Marshall-Lee- declara: “No vemos ningún valor en esas compañías al estar bajo amenaza sus beneficios e ingresos. Los bancos no tienen suficiente capital ni provisiones, por lo que es muy probable que se haya sobreestimado los beneficios. Adicionalmente, creemos que la necesidad de ampliar capital y convertir deuda en acciones puede haber influenciado los esfuerzos de las autoridades para estimular las bolsas a principios de año”. 

El colapso chino, a través de los ojos de BNY Mellon IM

En opinión de Simon Cox, estratega de inversión para Asia-Pacífico de BNY Mellon IM, la intervención de las autoridades chinas para frenar la corrección podría explicarse como un acto de pánico: “Les dio miedo la cólera de los millones de inversores minoristas del mercado doméstico, muchos de los cuales habían comprado acciones con dinero prestado, así como de un círculo más estrecho de insiders de empresas que habían ofrecido acciones de sus propias compañías como colateral para préstamos”. Cox cree que las autoridades “también se preocuparon por el impacto sobre la economía en general, todavía debilitada por la ralentización del mercado inmobiliario y la exposición de China a los bancos más intrépidos”. (consulte aquí las medidas de las autoridades chinas). 

“Durante unos pocos y brutales días, ninguno de estos esfuerzos pudo parar la presión vendedora. Demasiados valores estaban sobrevalorados; demasiados accionistas con el agua al cuello. La intervención del Estado fue vista como una oportunidad para salir del mercado, no como una razón para quedarse”, continúa Cox. 

¿Qué esperar de aquí en adelante?

Desde Newton, Marshall-Lee afirma que “la bolsa no es la economía y mucho menos en China y Hong Kong que en la mayoría de economías, aunque haya algunos vínculos. La confianza del consumidor puede estar impactada, pero probablemente menos de lo que puedas pensar al no ser las bolsas un gran constitutivo de los ahorros en conjunto, en relación con los mercados desarrollados”.

El experto añade que “una enorme pila de suspensiones a lo largo de un mercado usualmente tiene el efecto opuesto de la pretendida estabilización. Felizmente, podemos utilizar la oportunidad para seleccionar acciones de buenas compañías a un precio muy atractivo al haberse visto atrapadas en este fuego cruzado”. También se muestra muy claro con los valores que hay que sortear: “Ciertamente, los bancos chinos no están en esta wish list. No vemos la derrota de las acciones clase A como la señal del colapso del sistema financiero chino, como han especulado algunos comentaristas, aunque ciertamente vemos la necesidad de mayor progreso en las reformas económicas y del reequilibrio de la economía hacia una huella más sostenible”. “Esto no excluye a las oportunidades atractivas de crecimiento en ciertas acciones”, sentencia Marshall-Lee.