Para González Gómez, el ETF de gestión activa ofrece dos ventajas: la liquidez del producto y la gestión de la cartera que realizan unos profesionales con una alta experiencia en la materia. Pone el ejemplo de David Zahn, gestor del Franklin Euro Short Term Duration Bond Fund. “Conoces su forma de gestionar y te gusta. Si a todo ello le añades que esa gestión la aplica a través de un vehículo que te aporta liquidez constante, se juntan las dos ventajas. De cara a nuestro trabajo, es cierto que implica una mayor labor de análisis e investigación que la que hay que realizar sobre un producto indexado, que en la práctica supone hacer una due diligence más exhaustiva, pero de lo que no hay ninguna duda es que el ETF de gestión activa es un buen complemento para las carteras”.
A la hora de seleccionar un ETF concreto, Aza reconoce que les ayuda mucho el hecho de tener la cartera y poder machearla con el proceso, con el objetivo de poder comprobar que se ajusta exactamente a lo que dice que hace. “Desde el punto de vista del análisis y la gestión del riesgo, esto es una gran ventaja”. Tal y como explica, la due diligence la realizan en dos partes: por un lado, haciendo un análisis de la casa, del equipo gestor, del proceso… Y, por el otro, de la vehiculización (estudiando al creador de mercado, a quien está dando precio, a quien aporta la liquidez…). “El check tiene que estar en todos los pasos del proceso. Para entrar en la cartera, tiene que sacar un 10 en todo: contar con un buen equipo, con buenos procesos y estar vehiculizado de forma correcta y eficiente”, concluye.
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