“Ya no puedes tener una visión a largo plazo sobre activos de renta fija nunca más”

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Foto cedida

“El inversor observa que las tires en el mercado de bonos están subiendo y cree automáticamente que tiene que salir de la renta fija. Es una conclusión equivocada. Se puede hacer dinero en este mercado, si bien para ello necesitas apostar por un fondo diversificado que siga una estrategia global y flexible”. Así lo cree Adrian Bender, especialista de producto senior de renta fija global y divisas de Amundi Londres, quien considera que hacer lo contrario es arriesgado. “Si compras y mantienes un segmento muy concreto del mercado de renta fija puedes ganar o perder. El riesgo que corres  puede ser elevado”.

En una presentación celebrada en Madrid, Bender recuerda que los últimos seis años han sido los de mayor riesgo desde un punto de vista  económico, algo que no ha sido excusa para que el Amundi Funds Bond Global Aggregate haya conseguido, con la excepción de 2011, retornos positivos todos los años. “Nuestro objetivo es generar una rentabilidad 3,5 puntos por encima del índice de referencia. Este año lo batimos en casi seis puntos. La rentabilidad ha sido muy sólida. Los últimos seis años han sido de riesgo elevado a nivel económico y, sin embargo, hemos sido capaces de ofrecer retornos positivos a los inversores”, explica.

Según Bender, el ciclo económico está mejorando. “Sin embargo, ir del punto A al punto B no será un camino en línea recta,  habrá volatilidad”. Pero al experto esto no le asusta. Todo lo contrario. “Nos gusta la volatilidad. Cuando aparece surgen ineficiencias y también oportunidades. Que exista volatilidad significa que hay oportunidades. Uno de los secretos de nuestro éxito es ser capaz de mover rápidamente la cartera para aprovecharnos tácticamente de esa volatilidad. Lo que hemos visto durante los últimos años es que los mercados se pueden dislocar de los fundamentales  macroeconómicos por la aversión al riesgo”, afirma.

En el equipo hacen en primer lugar un análisis top-down, para saber en qué punto del ciclo nos encontramos. “En primer lugar definimos la estrategia desde el punto de vista macroeconómico; la segunda parte es encontrar el mejor valor relativo entre los distintos países, identificar con qué parte de la curva te quieres quedar. Ya no puedes tener una visión a largo plazo sobre ninguna clase de activo nunca más. Tienes que ser táctico. Para ello es importante evaluar cuánta confianza o visibilidad tienes en tus ideas. Hay ocasiones en las que tienes convicciones muy fuertes y otras en las que prefieres ser precavido”.

En este sentido, Bender explica que “no es un ordenador el que dictamina las ideas, sino un equipo de especialistas muy cualificados el que se encarga de indicar cuánta duración quieres tener o en qué parte de la curva quieres estar. El equipo está en la misma planta, misma sala y se sientan en torno a la misma mesa. Cada miembro está especializado en una determinada clase de activo. Es muy importante tener a los especialistas juntos para saber cuál es la temática predominante en cada clase de activo. Conocer las temáticas es fundamental a la hora de crear la cartera”. A final de septiembre, su duración era de 5,4 años, frente a los 6,2 del índice, dadas las incertidumbres acerca del cierre de gobierno en Estados Unidos. La duración se ha reducido a 2 con la confirmación de Yellen al frente de la Reserva Federal y cuando el acuerdo sobre el techo de la deuda parecía probable.

Herramientas que ayudan a gestionar

Para saber dónde están las mejores oportunidades el equipo se apoya en diferentes metodologías, entre ellas el Global Financial Stress Indicator, recientemente desarrollado. “Es una herramienta que nos permite comprender mejor el panorama de riesgos y el ánimo de los mercados. Por ejemplo, la evolución de los spreads o la dirección de los flujos. “Esto es high frecuency. Es un buen indicador de risk on/risk off, que nos permite averiguar cómo está reaccionando el mercado. Nos ayuda a tomar decisiones. En renta fija, ya no puedes tener una visión a largo plazo sobre ninguna clase de activo nunca más. Lo que hacemos hoy puede ser diferente de lo que hagamos mañana”.

Cómo han movido la cartera

La mejor manera de definir la forma que tienen de gestionar el fondo es ver cómo han movido la cartera durante los últimos meses. En mayo cortaron su exposición al riesgo al encontrar el mercado muy caro. El equipo redujo sus posiciones en divisas emergentes del 20% al 3%. Durante julio y agosto incrementaron ligeramente el riesgo para en septiembre reducirlo. Últimamente han recortado la duración de la cartera ante las discusiones sobre el techo de deuda en Estados Unidos a la vez que han vuelto a construir algunas posiciones en el rublo y el peso mexicano, descartando al mismo tiempo volver a India, Turquía e Indonesia. “El uso de derivados “plain vanilla” nos permiten cambiar muy rápidamente las estrategias”.

El objetivo del fondo es generar retornos positivos independientemente de cuál sea el entorno de mercado, moviendo la cartera a allí donde consideren existan oportunidades y evitando aquello que no les gusta. Dos tercios al menos de la cartera  invierte  en mercados desarrollados y un tercio máximo en emergentes (cerca de un 15% de exposición actual, principalmente a través de deuda corporativa emergente). Esto se va reequilibrando según sea el entorno. “Tradicionalmente, cuando la volatilidad en renta fija aumenta no es buen momento para estar en bonos emergentes, high yield o deuda periférica. Cuando desciende aprovechamos para volver a esta clase de activos de manera táctica”, indica.

Preferencia por el crédito europeo

Bender se muestra convencido de que por fundamentales no hay ningún factor que haga pensar en un aumento rápido y acusado de las tires de deuda pública. Las posiciones se toman siguiendo un análisis top-down que es completado por la visión bottom-up que aporta el equipo de analistas. Aunque Estados Unidos ofrece un mejor perfil macroeconómico, al equipo del Amundi Funds Global Aggregate le gusta especialmente el crédito europeo, al ser un mercado menos volátil y de menor duración. “Actualmente, Europa nos ofrece una mayor protección desde el punto de vista del spread de crédito que Estados Unidos”, afirma. El experto destaca el atractivo de la deuda financiera europea, por el proceso de desapalancamiento y capitalización en el que está sumido el sector. También mantenemos una posición larga en dólares frente a divisas de mercados desarrollados y preferimos divisas emergentes a divisas vinculadas a materias primas.

El Amundi Funds Bond Global Aggregate es un fondo con cinco estrellas Morningstar que en los últimos cinco años ha conseguido ofrecer una rentabilidad anualizada del 14,7%, 9,1 puntos por encima del índice de referencia. Sin embargo, este no es el único fondo que Bender presentó en su reciente visita a Madrid. Bajo el brazo trajo el Amundi Funds Absolute Forex, un fondo 100% invertido en el mercado de divisas que trata de aprovechar la volatilidad para, siguiendo un análisis cuantitativo y cualitativo, batir al mercado. “Es un producto muy interesante para inversores que están en liquidez o con un perfil muy defensivo”, concluye.