¿Quo vadis, armonización?

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Tribuna de Fernando García Rojo, responsable de Ventas y Relación con Clientes, BBVA Global Securities Services. Comentario patrocinado por BBVA.

Siempre que hablamos sobre la armonización de los mercados de valores en Europa, a muchos de nosotros nos vuelven a la memoria las barreras Giovannini.

Para los que no estén muy familiarizados con ellas, solo recordar que en 1996 se constituyó el Grupo Giovannini, formado por expertos del sector para asesorar a la Comisión Europea sobre determinadas cuestiones del mercado financiero. Su trabajo se centró, fundamentalmente, en la identificación de ineficiencias en los mercados financieros de la UE con el fin de proponer soluciones prácticas para mejorar la integración de los mercados.

El resultado fueron dos informes, uno de 2001 y otro de 2003, que identificaron un total de 15 barreras específicas conocidas desde ese momento como barreras Giovannini, que impedían la eficaz actividad financiera transfronteriza en la UE en el ámbito de la poscontratación.

Aunque en 2017 estas barreras fueron sustituidas o refundidas por las recogidas en el informe del EPTF (European Post Trade Forum), algunas de ellas siguen sin estar resueltas a día de hoy. En concreto, me gustaría mencionar dos de ellas:

  • Barrera 3: diferente normativa nacional con relación a las acciones corporativas, beneficiario último y custodia.
  • Barrera 11: problemas con la retención de los impuestos.

De plena actualidad 20 años después, ¿no? Es evidente que la entrada en vigor de T2S ha sido un revulsivo y un catalizador de la armonización en Europa. Como consecuencia de su puesta en marcha se han estandarizado, entre otros, sistemas de liquidación, ciclos de liquidación y campos de case.

En España, incluso desencadenó un profundo cambio legislativo que modificó el criterio sobre la firmeza de las operaciones, eliminó las Referencias de Registro, e introdujo el PTI que precisamente ahora vuelve a estar en revisión, después del enorme esfuerzo que la industria española empleó en su implementación hace tan solo unos pocos años. 

Aunque T2S no haya logrado en su totalidad uno de sus objetivos principales que era impulsar la liquidación cross-border en Europa, es cierto que se ha conseguido muchísimo y, por fin, tenemos un campo de juego uniforme sobre el que seguir construyendo. La evolución lógica, y quizá el siguiente paso, sería precisamente trabajar en la armonización de los eventos corporativos para ir minimizando parte de la fragmentación que todavía existe en Europa.

Por tanto, en mi opinión, los trabajos que se están realizando en el ámbito de la armonización de la gestión del colateral bajo SCoRE (Single Collateral Management Rulebook for Europe) son claves para conseguir por fin un mercado único real. Los beneficios esperados son claros:

  • Hacer más rápido, seguro y eficiente el movimiento de valores y colateral entre países de la UE.
  • Permitir a los inversores comprar valores en cualquier mercado de la UE y poder usarlo como colateral en el mismo mercado o en otro de la UE, sin restricciones.
  • Mejorar la eficiencia, y reducir costes y riesgos. Al haber un conjunto de normas comunes, también se estandarizan los procedimientos relacionados, independientemente del mercado.
  • Lograr la interoperabilidad real, por lo menos en lo relativo a la gestión de colateral.

ECMS (Eurosystem Collateral Management System) es otro ejemplo clave de la necesidad de armonizar procesos. Ya se intentó en el pasado con proyectos como el CCBM2, pero no ha sido hasta 2017 cuando el BCE ha decidido implementar un sistema único de gestión de colateral, estandarizado y armonizado, capaz de gestionar activos utilizados como colateral en todas las jurisdicciones del Eurosistema, eliminando los distintos sistemas locales.

En este caso, al unificar los procedimientos y tratamientos del colateral en las operaciones de crédito del Eurosistema, lo que se consigue de facto es gestionar toda la posición de colateral y crédito de forma íntegra. Este hecho es clave, tanto para los tesoreros como para los departamentos de operaciones que están detrás de esta operativa.

Para finalizar, creo que la potencia del cañón armonizador que está desplegando el Eurosistema va a ser determinante  para avanzar en la consecución del mercado único. Estas dos iniciativas (ECMS & SCoRE),que son todavía más potentes si se ven en conjunto, y los grupos de trabajo que dependen del AMI-SeCo (Advisory Group on Market Infrastructures for Securities and Collateral) y cubren estos temas, van a conseguir que, después de muchos años, podamos decir que la barrera Giovannini relacionada con los eventos corporativos está en vías de ser solucionada. La siguiente barrera, que no es otra que la 11, referida a la reclamación de impuestos, es un hueso duro de roer.