Por qué ni los fondos más flexibles de renta fija evitan las caídas

Amanda_Stitt
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La receta para un mercado más complejo tradicionalmente ha sido la flexiblidad. Alejarse del índice de referencia para captar oportunidades menos explotadas y a la vez poder servirse de los instrumentos necesarios para mitigar la volatilidad. Pero 2018 ha sido un año para romper los esquemas de la renta fija. Tanto las estrategias más conservadores como las más arriesgadas nadan en números rojos. ¿Por qué?, si las estrategias unconstrained pueden moverse en todo el universo. La clave se resume en el siguiente gráfico:

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Durante este ejercicio tanto los activos de riesgo –en este caso los emergentes- como los refugios se han movido a la par. Es decir, que una estrategia que antes ofrecía descorrelación, este año no ha ayudado a diversificar. Esto ha sido el talón de Aquiles incluso de los fondos más flexibles, como el Legg Mason Western Asset Macro Opportunities, fondo con triple sello Funds People. 

El fondo combina posiciones de fuerte convicción con la gestión estratégica de los tipos de interés. Y este año se ha creado el cóctel perfecto en tanto en cuanto las dos patas han sufrido. Sus principales apuestas, en los mercados emergentes y en la estrategia de rates con el Tesoro americano aún no se han materializado.

No es un vehículo apto para cardiacos ya que los drawdowns pueden ser fuertes, pero durante esos periodos el equipo gestor ha demostrado la habilidad para recuperarse y generar valor

Razones para mantenerse firmes

Lo peor que puedes hacer durante un drawdown es vender todas las posiciones en las que tienes una convicción fuerte, ya que así solo aseguras no recuperar ese dinero”, defiende Amanda Stitt, directora de inversiones de Legg Mason, en una visita reciente a Madrid. Reconoce que el fondo ha estado trabajando para reducir la volatilidad con medidas como deshacer posiciones en crédito y moviendo su exposición en mercados emergentes hacia opciones de call. Pero el núcleo de su apuesta se mantiene intacta

El comportamiento de la renta fija este año se entiende por la importante divergencia entre el crecimiento de Estados Unidos y el resto del mundo. Esto ha empujado a una Reserva Federal bastante hawkish en comparación con los demás bancos centrales, lo que a su vez presiona al Tesoro americano. Es una situación que Stitt prevé que se revierta. 

“Es muy raro que Estados Unidos pueda prolongar ese ritmo de crecimiento mientras el resto del mundo se queda atrás. El motor habitual de su economía, el consumo, este año ha sido benigno”, afirma. 

Una explicación para la resistencia de la economía americana se encuentra en el sector manufacturero. En opinión de la experta, muchos de los exportadores americanos han adelantado sus operaciones en previsión de un aumento de los costes si China contraataca en la guerra comercial. Es un empuje que en los próximos meses se calmará, pero cuyos efectos se notarán en las bolsas. Como recuerda Stitt, las manufactureras representan un 40% del S&P 500. 

Y esto, en último término, llevará a una Fed menos restrictiva de lo que espera el mercado. La economía americana no da señales de inflación, ni siquiera con la presión salarial. “No son necesarias cuatro subidas de tipos de aquí a 2020”, defiende. Por eso están posicionados tácticamente en la curva del Tesoro americano. Concretamente, en el tramo de 2 años, donde esperan una corrección a medida que las expectativas con la Fed se templen.