Las gestoras emiten sus primeros análisis sobre qué segmentos del universo de renta fija podrían experimentar una revalorización al calor de los nuevos estímulos cuantitativos anunciados por Mario Draghi.
Una vez asimiladas todas las novedades de la reunión de marzo del BCE –especialmente las que han sorprendido al consenso-, es hora de emitir las primeras valoraciones sobre los activos que van a salir ganando del cambio de statu quo. Varias gestoras de fondos apuntan hacia los nichos con mayores oportunidades.
“El mercado de renta fija ha tenido un rally en 2016, debido a las expectativas de futuras medidas que serían anunciadas por el BCE, y Mario Draghi ha dado más información de la que el mercado esperaba”, afirma Tanguy Le Saout, responsable de renta fija europea de Pioneer Investments. Éste aporta más detalles sobre el comportamiento de la deuda europea: “El tramo corto de la curva alemana tiene más presión, principalmente, por el rally experimentado. El mercado ya lo había descontado ya que algunos expertos esperaban un recorte en la tasa de depósito de 20 puntos básicos. Sin embargo, los vencimientos a más largo plazo se han comportado bien, con los mercados periféricos teniendo unos resultados superiores. La duración de este comportamiento es discutible, y nuestra visión bajista sobre Italia no ha cambiado con el anuncio”.
“Las perspectivas para el crédito europeo son sin lugar a dudas más positivas ahora que antes de la rueda de prensa”, concluye Le Saout. A falta de más detalles sobre la cuantía de las compras, “el hecho de que haya adquisiciones de bonos corporativos cada mes apoyará los diferenciales”. Dado que una de las medidas anunciadas por el BCE fue añadir bonos corporativos con grado de inversión -excluyendo bancos- denominados en euros a su programa de compras de QE, el impacto sobre este segmento de mercado podría ser importante. Según explican en J.P.Morgan AM, el mercado de bonos corporativos con grado de inversión es mucho más pequeño que el de deuda soberana, así que las compras deberían ayudar a reducir los costes de financiación de las empresas de la eurozona y servir de apoyo al crédito europeo investment grade. "La deuda de alto rendimiento debería verse beneficiada, ya que los inversores se moverán hasta los mercados más pequeños de high yield, en búsqueda de rentabilidades como resultado de las caídas de los diferenciales de grado de inversión".
Igual de claros se muestran desde Muzinich: “Las decisiones del BCE son positivas para los diferenciales del crédito corporativo, tanto financiero como no financiero, neutrales para la deuda soberana europea ‘core’, más positivas para la deuda periférica y moderadamente negativas para el euro”. Sobre los TLTRO, desde la firma neoyorkina estiman que “deberían tener un poderoso impacto sobre los bancos, eliminando los riesgos de liquidez que pudieran haber afrontado los bancos de la zona euro dado el fuerte programa de refinanciación previsto para los próximos dos años y que llegará a vencimiento el viejo LTRO/TLTRO”.
Sobre el nuevo programa de adquisición de deuda corporativa, los expertos de Muzinich consideran que “es un progreso positivo para la deuda corporativa” y observan una reacción inmediata, pues ayer se estrecharon los diferenciales tanto de la deuda con grado de inversion como del high yield. “Aunque sólo serán elegibles las compañías con grado de inversión, la reducción esperada del diferencial en el espacio IG, la proporción todavía más negativa de deuda soberana europea y la búsqueda de rentabilidad apoyarán los flujos de entrada hacia el universo high yield, que ahora está afrontando un desequilibrio todavía más estructural entre la oferta y la demanda potencial”, detallan.
La conclusión de los analistas es que “favorece tácticamente al mercado de crédito europeo porque el impacto de los flujos inmediatos debería apoyar a los bonos denominados en euros de emisores con domicilio en la zona euro”. Asimismo, creen que esta nueva batería de medidas “es un fuerte incentivo para tener bonos periféricos, porque la eliminación del límite del 33% de las emisiones de deuda viva favorecerán los mercados de menor tamaño donde la demanda de inversiores internacionales y patrios sea estable”.
Finalmente, los representantes de Muzinich creen que “el impacto sobre la renta variable europea podría ser moderadamente positivo en términos absolutos y más positivo en términos relativos frente a otros mercados desarrollados”. Su argumento es que “el entorno global está lejos de estabilizarse y todavía prevalecerán algunas incertidumbres sobre la economía estadounidense y el ciclo de crédito, así como sobre las economías emergentes”. No obstante, el punto de vista de la firma es que el high yield debería registrar este año un comportamiento superior al de la renta variable.
La banca gana
“Desde que el Banco de Japón introdujo tipos de interés negativos mediante la adopción de un sistema de tres niveles a principios de año, los inversores europeos estaban preocupados con la posible adopción de un esquema similar que comprimiría aún más los márgenes netos de interés para los bancos europeos, impactando así sus beneficios pero también su capacidad de incrementar la concesión de préstamos y asumir riesgos” recuerda George Efstathopoulos, gestor de fondos multiactivos en Fidelity International. “Sin embargo”, añade, “mediante la nueva serie de LTROs los bancos básicamente van a verse subsidiados para prestar. Esto es muy positivo para el sector bancario, que ha estado sobrevendido y bajo presión en los últimos meses”.
Una postura similar es la que muestra Yves Maillot, responsable de renta variable europea de NAM (filial de Natixis Global AM). “Un argumento en contra de estímulos adicionales del BCE ha sido que unos tipos todavía más negativos podrían dañar a los bancos. Con la nueva ronda de LTROs y el recorte de los tipos de interés a los que pueden pedir prestado los bancos regularmente, el BCE está aliviando la carga de los bancos”.
“El paquete de medidas de Draghi intenta por todos los medios hacer frente al problema. El nuevo programa TLTRO II es probable que vaya a tener mayor impacto porque puede incentivar realmente a los bancos a conceder financiación más barata de lo que ellos la obtienen del banco central”, coincide Patrick O’Donnell, gestor de Aberdeen. Se muestra más crítico con el resto de medidas: “La decisión de comprar bonos corporativos no financieros podría ser una medida interesante, pero no sabemos exactamente qué es lo que comprarán y qué cantidad. El riesgo es que el BCE decida comprar menos de los que el mercado espera actualmente”.