Aunque las técnicas de perforación hidráulica para la extracción de gas y petróleo de esquisto ya llevan años desarrollándose, no ha sido hasta principios de 2013 cuando en los medios de comunicación se ha empezado a hablar con asiduidad del fracking y su papel en la revolución energética que se está gestando en Estados Unidos, cada vez más cerca de alcanzar la independencia energética. Según datos del departamento de energía de Estados Unidos, el país bombeará cerca de 10 millones de barriles de petróleo al día en 2016, igualando la producción de Arabia Saudí y rozando el ritmo de producción ruso (10,5 millones de barriles al día). Esto permitirá a Estados Unidos convertirse en exportador de energía hacia 2018, según datos de este organismo. Un año después del pistoletazo de salida de la revolución del shale gas, varios expertos del grupo Natixis Global AM hacen balance de los últimos 12 meses y examinan sus implicaciones económicas y geopolíticas.
Año II de la revolución del fracking: implicaciones para las economías de EE.UU, México, China y Rusia

London Commodity Markets, Flickr, Creative Commons
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