BBVA: “El mercado está nervioso, pero los indicadores muestran que el riesgo sistémico es bajo”

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Roller Coaster Philosophy, Flickr, Creative Commons

Europa destila confianza para 2015. Esto se desprende del análisis realizado por el Servicio de Estudios de BBVA Corporate & Investment Banking, que se muestra optimista sobre la recuperación de la economía europea, “siempre que el BCE siga el modelo marcado por Estados Unidos”, puntualiza. Además, se apoya en la reciente caída del precio del crudo, que, según la unidad de análisis de la firma, podría haber hecho suelo, niveles muy altos de liquidez y tipos en mínimos históricos.

Según Antonio Pulido, director de BBVA Global Markets Research, existe cierta percepción de riesgo por los inversores, principalmente por la caída del precio del petróleo y la alta volatilidad generada, lo cual ha provocado momentos de tensión en los mercados. Sin embargo, tranquiliza Pulido, “aunque el mercado está nervioso, los indicadores muestran que el riesgo sistémico está en niveles bajos”. Respecto a la volatilidad, Ana Munuera, directora de Global Equity en BBVA Global Markets Research, señala que “nos hemos acostumbrado a una volatilidad baja, pero no siempre tiene por qué ser así. En este caso”, prosigue, “la volatilidad se debe a un proceso de relocalización de los flujos de inversión a nivel global”.

Pulido destaca como fundamental que el BCE siga la hoja de ruta marcada por la Fed, implementando unas medidas expansivas más agresivas. El experto de BBVA Global Markets Research prevé que “Europa, como ya está haciendo EE. UU., será capaz de canalizar el exceso de liquidez hacia la economía real, con un mayor protagonismo en los mercados de capitales y, por tanto, reflacionar su economía”.

En este contexto, España seguirá siendo un asset class atractivo, defiende Pulido, quien considera que “la economía española seguirá creciendo por encima de la media comunitaria, el sistema financiero ha completado el proceso de saneamiento, las reformas estructurales implementadas están permitiendo crear ya empleo, los costes de financiación se mantendrán en niveles mínimos y se observa una cierta recuperación en la riqueza financiera neta de las familias”.

En renta variable española, el equipo de Global Markets Research de BBVA se muestra optimista de cara a 2015, con un Ibex 35 que podría marcar los 12.000 puntos a finales del próximo año y un escenario de revalorización esperada en los próximos dos ejercicios superior al 20% o el 25%.

Esta revalorización potencial podría darse gracias a la perspectiva de mejora del ciclo económico y de los beneficios de las compañías, soportado por una política monetaria más expansiva y con varios factores de impulso adicional, como la debilidad del euro y unos precios del crudo más bajos.

Después de dos años marcados por un mejor comportamiento de sectores más defensivos, la firma prefiere ahora moverse hacia sectores con un perfil algo más cíclico pero donde las expectativas de crecimiento a largo plazo sean mayores y más sostenibles.

A la hora de escoger entre grandes y pequeñas compañías donde invertir, el universo de small caps españolas sigue teniendo para BBVA un mayor atractivo relativo por tres razones básicas: el desapalancamiento que ya han realizado las compañías se traducirá en un mayor enfoque en la generación de caja en los próximos ejercicios, su acceso a la financiación ha mejorado y la consolidación gradual del ciclo de demanda en España tendrá su impacto positivo en volúmenes. Es más, “la discrepancia que sigue existiendo entre precio y valor fundamental es clave en este segmento de empresas y hace especialmente probable que, en 2015, continúe el ciclo de operaciones corporativas”, adelantan desde BBVA Global Markets Research.

En renta fija pública española, los analistas de BBVA esperan nuevos estrechamientos en el diferencial del bono a diez años entre España y Alemania y no descartan una ruptura de los 100 puntos básicos con un siguiente objetivo en los 70 puntos básicos. En los últimos meses, se ha percibido un mayor apetito de los inversores por los tramos más largos de la curva, especialmente a diez años, así como un renovado interés por bonos ligados a inflación. En renta fija privada española, destacan el valor de los actuales niveles de spread en los bonos high yield españoles y en la deuda híbrida tanto financiera como no financiera.