BlackRock: tres opciones para los inversores en el caso de una rebaja de rating en EEUU

El acuerdo sobre la ampliación del techo de deuda en EEUU ha reducido el riesgo de una suspensión de pagos pero la posibilidad de una rebaja de rating por parte de alguna de las agencias de rating “no está a cero”. De hecho, según Peter R. Fisher, gestor senior y responsable de la gestión de carteras de renta fija en BlackRock, la reversión de la tendencia de alivio en los mercados se debe al escaso impacto en la confianza de los hogares y los negocios, las dudas sobre la composición y el timing de los recortes del gasto público y también al continuo riesgo de rebaja de calificación en un contexto de debilidad económica y en el que la Fed debería plantearse tomar nuevas medidas.

“La economía no es tan fuerte como pensábamos y creo que la Fed debería cambiar su actitud y plantearse un mayor compromiso para dejar los tipos en los niveles actuales o buscar un plan si la economía no mejora”, comenta, algo que no significa lanzar un nuevo programa de relajación cuantitativa, sino “determinar una forma de impulsar la economía”, dice en un informe publicado por BlackRock.

En cualquier caso, la amenaza de rebaja de rating a la deuda estadounidense podría tener implicaciones en todo el mercado de renta fija, algo que obligará a los inversores a reexaminar su apetito por el riesgo y su asignación de activos. Según el experto hay tres actitudes que los inversores pueden adoptar.

1.     Sin cambios en sus puntos principales.  Si no se cambia la asignación del riesgo, la decisión causaría una disminución del rating crediticio de la cartera. Por ello, si se mantienen sin cambios las claves de inversión, el inversor tendría que deshacerse de valores con mayor riesgo para mantener la calidad de su cartera. Irónicamente, esta decisión podría implicar la venta de activos de peor calidad, como high yield o bonos corporativos, y la compra de más bonos del Tesoro en EEUU y otros valores respaldados por instituciones públicas. Y es que “no hay suficientes valores con rating AAA para reemplazar a los bonos del Tesoro”.

2.     Movimiento hacia una mayor calidad. La segunda solución sería considerar la rebaja como un riesgo y una señal que justifica el hecho de elevar la calidad crediticia media de sus carteras, debido a su vinculación con la debilidad económica y la incertidumbre regulatoria. Ello podría resultar en una mayor venta de activos de menor calidad.

3.     Bajada en la calidad. Como tercera solución, los inversores podrían ajustar el rating medio de sus carteras para reflejar la bajada de calificación, es decir, que las carteras verían disminuir sus ratings crediticios a la vez que la deuda de EEUU y otros valores también rebajados en paralelo, pero reteniendo la asignación de activos existente. Esta decisión supondría un cambio en el universo de inversión.