Analizamos cuál es la probabilidad de que la renta variable sufra en 2020 un fuerte descalabro, uno de los grandes miedos que en muchas ocasiones atenazan a los inversores a la hora de realizar su asignación de activos.
El temor a otro 2008 sigue latente. El impacto psicológico que ha dejado en la mente de los inversores la fuerte corrección registrada por la renta variable hace ya más de una década sigue siendo muy importante. Está ahí. Por ese motivo el dinero continúa mostrándose timorato en las bolsas. Cuando se producen episodios de volatilidad, el inversor se asusta y vende ante el miedo a otra debacle. Pero… ¿cuál es la probabilidad real de que la bolsa caiga más de un 30% en 2020?
Si analizamos los retornos generados por el S&P 500 desde el año 1872, se puede decir con total rotundidad que lo sucedido en 2008 fue algo excepcional y que la probabilidad de que vuelva a ocurrir es muy baja, concretamente del 2%. En toda su historia, la renta variable estadounidense solo ha sufrido un retroceso anual superior al 30% en tres ocasiones: en 1931, en 1937 y en 2008. Y, cuando ocurrió, al año siguiente registró subidas superiores al 20% (en el caso de las caídas de 1937 y 2008; en la de 1931 volvió a caer en 1932, pero en 1933 registró la que hoy es una de las dos subidas anuales más fuertes del S&P 500 en toda su historia).
Caídas tan fuertes de la bolsa es lo que en la industria se denomina como eventos de cola, episodios extremos con una probabilidad de que sucedan muy escasa. Lo más habitual es que la bolsa americana ofrezca rentabilidades anuales que se sitúen en algún punto entre el 0% y el 30%. Es lo más probable. El 2019, sin embargo, fue un año que podría catalogarse como excepcional, ya que el índice terminó el año con una subida que superó el 30%. Estos también son episodios relativamente infrecuentes.
“El inversor tiende a creer que después de un mercado alcista como el que hemos vivido viene una fuerte corrección, pero en los últimos 19 años sólo hemos tenido dos. El riesgo de asistir a otro 2008 es limitado. Quizás vengan nuevas caídas que permitan comprar más. No es una cuestión de tratar de hacer market timing, sino de ser paciente y mantenerse invertido”, explica David Polak, director de Inversiones en Capital Group.
Eso no quiere decir que durante las recesiones económicas los mercados no caigan. De hecho, suelen hacerlo. El gráfico presentado por J.P.Morgan AM en su Guía de Mercados muestra que históricamente esto ha sido así. Han sido altos en el camino que, posteriormente, han tenido continuidad con nuevas fases alcistas. En el caso de las caídas que se produjeron en 1931, 1937 y 2008, además, tuvieron como detonante crisis económicas de primer nivel (la Gran Depresión y la crisis financiera), que amenazaban con poner en jaque la supervivencia del propio sistema capitalista.
En esta ocasión, sin embargo, las perspectivas apuntan en un sentido diferente. Por ahora, el crecimiento económico global se mantiene, las tensiones comerciales se relajan y los bancos centrales mantienen una política acomodaticia. Es lo que apunta el consenso de especialistas consultados por Funds People en sus perspectivas anuales para 2020.