Carta anual de Larry Fink (BlackRock): “El colapso de SVB es el precio a pagar por años de dinero fácil”

Larry Fink. Foto cedida (BlackRock)

La carta de Larry Fink a los inversores de este año llega en un momento extremadamente difícil para los mercados financieros, golpeados en los últimos días por la ventisca sobre los valores bancarios por la quiebra de Silicon Valley Bank. Y a la luz de esto, las veinte páginas con las que el CEO de BlackRock comenta el escenario actual y sus dinámicas clave son de gran interés.

Son muchos los problemas a los que se enfrentan los clientes y otras partes interesadas del gigante financiero mundial: la evolución de la inflación, la subida de tipos y las tensiones en el sector bancario, pero también el desarrollo de economías cada vez más fragmentadas, el aumento del proteccionismo y la polarización. Estas son las cuestiones que, en opinión de Fink, junto con las crecientes tensiones geopolíticas, han puesto en primer plano la seguridad nacional y económica y tendrán importantes repercusiones en la forma en que los propietarios de activos decidan asignar el capital y diseñar carteras duraderas.

El caso SVB, el precio a pagar por años de dinero fácil

En el centro del análisis de Fink están las agresivas subidas de tipos por parte de la Reserva Federal, que ha aumentado los tipos en casi 500 puntos básicos en el último año para tener en cuenta la galopante inflación. También el colapso la semana pasada del Silicon Valley Bank. "La mayor quiebra bancaria en 15 años", según recuerda Fink. Para el fundador y consejero delegado de BlakRock, el caso SVB es un ejemplo del precio potencial que hay que pagar por años de dinero fácil.

Según Fink, la primera ficha de dominó que cayó tras años de políticas monetarias expansivas fue la subida de tipos. Mientras que los desajustes entre los activos y pasivos de los bancos pueden ser la segunda. "El caso del Silicon Valley Bank representa un clásico desajuste entre activos y pasivos", escribe Fink.

Y añade que aún no está claro si se trata de un hecho puntual o habrá un efecto dominó. "La semana pasada también quebraron dos bancos más pequeños", prosigue. "Es demasiado pronto para saber la magnitud de los daños. Hasta ahora, la respuesta reguladora ha sido rápida y las medidas decisivas han ayudado a evitar el riesgo de contagio. Pero los mercados siguen tensos", escribe. "El año pasado, los mercados de renta fija cayeron un 15%, pero tenía que pasar algo más, ya que el ritmo más rápido de subidas de tipos desde los años 80 dejó al descubierto las grietas del sistema financiero", afirma Fink.

Bancos, en el pasado fue una crisis lenta

"Anteriores ciclos de endurecimiento han conducido a menudo a quiebras financieras espectaculares, como la crisis de las cajas de ahorro y préstamos (S&L) que se vivió en los años 80 y principios de los 90 o la quiebra del condado de Orange, California, en 1994", escribe Fink. "En el caso de la crisis de las S&L, fue una crisis lenta que se prolongó. Al final, duró cerca de una década y quebraron más de mil bancos", prosigue. "Aún no sabemos si las consecuencias del dinero fácil y los cambios regulatorios se extenderán en cascada por todo el sector bancario regional estadounidense (como en el caso de la crisis de S&L) con nuevos embargos y cierres", advierte el número uno de BlackRock.

Inflación difícil de domar

En su carta a los inversores, Fink explicaba cómo los responsables del sector público y privado están “canjeando" la eficiencia y la reducción de costes por la resistencia de la cadena de suministro y la seguridad nacional. Este equilibrio entre precios y seguridad es una de las razones por las que cree que la inflación persistirá y que será más difícil para los banqueros centrales domarla.  “En consecuencia, creo que es más probable que la inflación se acerque al 3,5% o al 4% en los próximos años", concluye Fink.