Cinco gráficos para entender el significado del QE anunciado por Mario Draghi

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Rogbu, Flickr, Creative Commons

El QE anunciado por Mario Draghi comenzará en marzo de 2015 y significará la compra por parte del BCE de 60.000 millones de euros al mes de deuda gubernamental de la eurozona y valores corporativos con grado de inversión. Las compras durarán hasta finales de septiembre de 2016, o hasta que la inflación alcance el objetivo de llegar por debajo, pero cerca, del 2% a medio plazo. El programa totalizará 1,14 billones de euros, asumiendo que el plan se aplique durante todo este periodo y que las compras permanezcan al mismo nivel. Estas medidas se espera que empujen el balance del BCE hasta el pico anterior alcanzado. El ratio mensual del QE BCE será más del doble que el QE 1 de EE.UU.

Pero… ¿por qué ahora? ¿Qué es lo que ha impulsado al BCE a actuar que no le hubiese empujado a hacerlo antes? La respuesta parece estar en las perspectivas de inflación y el riesgo, cada vez más elevado, de que la eurozona pudiese entrar en una espiral deflacionista. Es la preocupación clave. Sin embargo, habría un segundo factor: la debilidad económica. El crecimiento económico decepciona. A pesar de que algunas economías como la alemana o la española lo están haciendo bien, se está produciendo un desajuste en el ritmo de recuperación, con Francia estancada o Italia sumida en la recesión. A esto hay que sumar las elevadas tasas de desempleo, que en el caso de la eurozona es del 11,5%, con un paro juvenil (18-25 años) del 23,7%.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La siguiente cuestión es saber qué supone este programa para las diferentes clases de activos. En el caso de la renta variable, la experiencia pasada demuestra que un programa de QE ha resultado positivo para los mercados, aunque existe discrepancias sobre los efectos que ha tenido sobre el crecimiento. Mientras la evidencia de una recuperación económica real por el QE ha sido mixta en otras regiones, la reacción de los mercados de renta variable (en EE.UU, Reino Unido y Japón) ha sido buena. En el siguiente gráfico, por ejemplo, se pone de relieve cómo el programa de flexibilización cuantitativa estadounidense tuvo una respuesta positiva del S&P 500, que subió en los periodos posteriores a la implementación del QE.

Por último está el impacto que el programa del BCE pudiera tener sobre el mercado de renta fija. Los mercados de bonos posiblemente se beneficiarán por el soporte continuo del BCE. En el caso de España, por ejemplo, el ‘plan Draghi’ supondrá la inversión de 100.000 millones de euros en bonos soberanos de España, lo que significará la compra del 10% de toda la deuda emitida por el Estado. La combinación de unas expectativas de inflación a la baja e importantes incrementos de los balances de los bancos centrales han apuntalado los mercados de renta fija, manteniendo las rentabilidades bajo presión, y sin perspectivas de subidas de tipos a la vista, todo parece indicar que las tires permanecerán en niveles bajos.