Niall Gallagher es el responsable de la gestión de fondos de renta variable europea en GAM y, por ello, está a cargo del GAM Star Continental European Equity, fondo con Rating FundsPeople 2023. Este fondo y su versión que incluye Reino Unido en el universo de inversión -el GAM Star European Equity- fueron el centro de una conversación entre el especialista y clientes portugueses en una visita reciente. Para Gallagher, al igual que para Warren Buffett, tanto el value como el growth forman parte de la decisión de inversión. Si una empresa crece o no crece es importante y algo que hay que saber". Por eso clasifica su proceso como agnóstico al estilo, flexible o “all weather” (para todas las condiciones meteorológicas).
"Nunca he creído en el crecimiento y el valor. Creo que son conceptos imperfectos. Si una empresa es cara o no es algo que hay que saber", afirma. Y lo que es más importante, considera que el ciclo es favorable en este sentido: "Estamos encontrando muchos valores baratos que muestran un muy buen crecimiento de los beneficios, una buena generación de efectivo y buenos niveles de rentabilidad del capital. En algunos aspectos, nos parecen notables algunas de las valoraciones que vemos ante nosotros."
El mundo ha cambiado
Pero más allá de esta visión más micro de la renta variable europea, el mensaje clave que el experto viene transmitiendo desde hace dos o tres años es que el mundo ha cambiado fundamentalmente desde la pandemia. Al igual que "el gran Ray Dalio de Bridgewater", como le llama Gallagher, también le gusta pensar en los mercados en términos de eras. "Normalmente, cada era dura entre 10 y 15 años y tiene características distintas", explica. "La que duró de 2008 a 2021, tras la gran crisis financiera, se caracterizó por la deflación, rendimientos muy bajos, bajos precios de la energía y escaso crecimiento nominal del PIB. Este entorno era muy bueno para la inversión en calidad y crecimiento. Fue malo para los bancos y la energía", recuerda.
Ahora, desde la pandemia, el gestor cree que el mercado ha entrado en una era diferente, más inflacionista. "Hay varias razones para creerlo. Por un lado, el aumento de los costes energéticos, debido a la falta de inversión en energía. Por otro lado, la transición energética no va a reducir los costes de la energía, sino todo lo contrario. Creará escasez de muchas materias primas y el propio proceso de descarbonización creará fricciones que serán inflacionistas", afirma.
En tercer lugar, apunta a la demografía. "Después de 40 ó 50 años de demografía favorable, con la apertura de China, la caída del telón de acero y la entrada en el mercado laboral de los baby boomers, la situación se ha invertido. Los boomers se han jubilado, tenemos menos población joven, y el efecto positivo de China ya es pasado, y asistimos a un movimiento de desglobalización. El mercado laboral se está ralentizando, lo que es positivo para los salarios y el poder adquisitivo de la mano de obra, pero también inflacionista", explica Gallagher.
Cinco motores estructurales marcados
Ante esta situación, el gestor y su equipo ven cinco motores estructurales marcados, que él sistematiza. Aunque las carteras no se construyen en torno a estos motores, son muy importantes, matiza.
- Vuelta a tipos de interés y rendimientos normales: "Los tipos y rendimientos bajos no son positivos para la rentabilidad del sector bancario europeo y una vuelta a un contexto de rendimientos normales es transformador para los beneficios y el ROE del sector bancario". Por otro lado, unos tipos y rendimientos normales pueden poner en peligro los nuevos modelos de negocio basados en la hipótesis de tipos cero, afirma.
- Una era de precios más altos para los recursos naturales: "Los sectores de las materias primas, especialmente la energía, han sufrido una fuerte caída de la inversión en la última década. El crecimiento de la oferta está siendo más rápido que el de la demanda de energía, lo que está haciendo subir los precios", afirma el gestor. Además, la inversión en el sector minero es insuficiente para satisfacer las necesidades de la transición energética. “Es probable que el encarecimiento de los recursos continúe durante un largo periodo como consecuencia de graves fallos políticos”, apunta.
- Descarbonización y superciclo de capex: Según el directivo, el capex debe aumentar significativamente en el mundo desarrollado. "La descarbonización es una prioridad clave en Europa y EE.UU., y el gasto en inversión en energía y otros recursos también debe aumentar significativamente, de lo contrario es probable que se produzca una grave escasez", afirma. Basándose en este motor, ve interesantes las inversiones en infraestructuras, edificios, movilidad, electrificación y procesos industriales.
- Ascenso de la clase media asiática: "El ascenso de la clase media asiática es una tendencia mundial clave", apunta el gestor. En 2030 se habrán incorporado mil millones de nuevos consumidores a la clase media mundial y Asia será el epicentro de este crecimiento. "Asia representará dos tercios del consumo mundial en 2030 y probablemente será la región dominante", añade. Para Gallagher, las empresas cotizadas de Europa dominan el consumo de alto valor y son las mejor situadas para captar las fuerzas de este motor.
- Transformación digital: En este nivel, el experto destaca múltiples facetas como el Digital 4.0, el internet de las cosas, el 5G, la automatización o la computación en la nube, así como el comercio digital, impulsado por la pandemia, y el enfoque de los pagos hacia lo digital. "Europa tiene facilitadores globales y campeones regionales en estos temas", afirma.
Y Gallagher concluye: "Los dos primeros impulsores nos empujarían hacia lo que podríamos llamar valores value, el tercero es más bien una mezcla entre los estilos, y el cuarto y el quinto son lo que normalmente clasificaríamos como inversiones de tipo más de crecimiento, y todos tienen cabida en nuestras carteras de renta variable europea all weather".