De cotizar en negativo durante lo peor de la pandemia a acompañar el rally de los precios de la energía apenas meses más tarde. Repasamos el viaje del crudo en este año.
Año dulce para el petróleo. Hace poco más de año y medio uno de los futuros del crudo llegó a cotizar en negativo; en octubre el Brent volvió a los 80 dólares por primera vez en dos años. De descontar lo peor de la pandemia a capturar la reapertura y normalización.
Los precios del petróleo están siendo impulsados por la recuperación de la demanda posterior a la pandemia y una oferta insuficiente, explica Rebecca Chesworth, jefa de Estrategia de Renta Variable y Sectores de SPDR ETF EMEA. La producción restringida es el resultado de años de gasto de capital mucho menor, en parte por motivos políticos, las interrupciones del año pasado por la pandemia y los huracanes, y unas compañías petroleras que están priorizando las recompras de acciones.
Y es poco probable que la tendencia del crudo cambie de manera significativa en opinión de la experta. Son importantes dos factores que destaca Chesworth. Uno, la decisión de la OPEP + de no incrementar los planes de producción (por encima de los previamente acordados de agregar 400.000 barriles al día de suministro cada mes) a pesar del estímulo estadounidense. Dos, la falta de respuesta de los productores estadounidenses de gas esquisto (fossil fuel) a los precios más altos, ya que están priorizando la disciplina de capital para mejorar sus rendimientos.
El regreso de los beneficios a las productoras
De los precios de las materias primas a los beneficios de las productoras. Los resultados del tercer trimestre de las empresas de energía muestran el impacto beneficioso de los mayores precios del petróleo y de esa la disciplina de capital que menciona Chesworth. Según sus cálculos, aproximadamente tres cuartas partes de las que cotizadas anunciaron ganancias por encima de las expectativas. Ha sido un trimestre récord para el flujo de caja libre, con un retorno a los niveles previos a la pandemia.
Esto se ha traducido en un aumento de la retribución para los accionistas. “Los dividendos siempre han sido un gran atractivo para invertir en este sector. Ahora eso se combina con ganancias, flujo de caja y valoraciones del valor contable muy bajos. Como resultado de todo esto, el sector energético sigue siendo nuestra selección de sector SPDR favorita según nos adentramos en 2022”, explica la experta.
La ola ASG es un motor para los precios del crudo
Y a esto se suma otro factor estructuralmente inflacionista para la energía: la ASG. “Durante demasiado tiempo, los precios de la energía se han mantenido artificialmente bajos”, afirma Paul Flood, gestor de Newton (parte de BNY Mellon IM). Flood espera que la introducción de un nuevo régimen de precios aborde este problema, además de alentar una mayor expansión de las energías renovables. Con el tiempo, esto debería tener el efecto de alejar a la sociedad de su actual dependencia del petróleo y el gas como su principal fuente de energía. También puede resultar en otros efectos secundarios positivos, como alentar a los dueños de casa a invertir en el aislamiento del hogar. “La pandemia ha movido la aguja en términos de alentar el cambio de comportamiento, pero con demasiada frecuencia ha sido una lucha ver cómo podemos hacer los cambios que los científicos necesitan que hagamos”, afirma el experto.
Pero no necesariamente llevará a precios desbocados. Flood no descarta que los gobiernos desempeñen un papel en la reducción de los aumentos de precios si el coste de la energía comienza a absorber una proporción demasiado grande de los ingresos de las personas, especialmente para los hogares de bajos ingresos. “La prioridad, como siempre, es equilibrar lo que necesitamos desde un punto de vista medioambiental con lo que se puede lograr, especialmente si queremos mantener la economía en marcha”, defiende el gestor.
¿Podrá la nueva variante con el crudo?
Pero no está todo escrito en el mercado de las materias primas. Cuando apenas quedan días para cerrar el año, una nueva ola del coronavirus tambalea de nuevo los precios del crudo.
Ahora, Chesworth reconoce que hemos visto una cierta reversión de las tendencias de compra en las últimas dos semanas debido al sentimiento de riesgo ausente engendrado por la variante COVID de Omicron. A principios de diciembre, los temores de una menor demanda de combustible de la industria del transporte hicieron que el precio del petróleo crudo Brent cayera por debajo de los 70 dólares. Desde entonces ha retrocedido un tercio de esa caída hacia el precio máximo de 86 dólares este año. En opinión de la experta, esta sigue siendo una oportunidad interesante como parte de la estrategia comprar la caída. “Si bien la recuperación de la demanda posterior a la pandemia puede desacelerarse ahora, los precios del petróleo crudo aún podrían verse impulsados por una oferta insuficiente”, argumenta.