Tras sacar la artillería en una sucesión de movimientos sorpresa, las últimas citas con los bancos centrales se han centrado más en analizar el mensaje. Estas son las claves.
El apoyo de los bancos centrales a los mercados y la economía ha sido continuo desde que estallara la crisis por el COVID-19. Tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo han demostrado con acciones que están preparados para actuar cómo y cuando sea necesario. “En dos meses, han tomado más medidas que durante la crisis financiera mundial de 2008-2009. Han demostrado que su lo que sea necesario era ilimitado”, afirma Franck Dixmier, director global de renta fija en Allianz Global Investors. Tal es así que cuando ha llegado el momento de las reuniones fijadas oficialmente en el calendario el mercado no ha reclamado grandes gestos. Para las gestoras, estas dos últimas citas han sido clave para analizar el lenguaje, el mensaje que han querido transmitir y su valoración de la salud económica global.
La única gran novedad ha llegado de la mano del BCE. La entidad ha suavizado aún más los términos de sus operaciones de refinanciamiento específicas a largo plazo existentes (TLTRO III) y e introducido una nueva serie de operaciones de refinanciación de emergencia a largo plazo no selectivas (PELTRO). Estos nuevos PELTROs son más cortos que los TLTRO, que vencen en poco más de un año y tienen un tipo del -0,25%. Pero a diferencia del TLTRO no viene con letra pequeña; los bancos pueden usar esa liquidez para lo que quiera, incluyendo participar en operaciones carry con bonos periféricos de corta duración (algo que no se puede hacer bajo las condiciones de TLTRO), por ejemplo comprando BTPS italianos, como bien señala Andrew Mulliner, gestor del equipo de renta fija de Janus Henderson.
Como valora Konstantin Veit, gestor senior de PIMCO, no sorprende que esté muy centrado en proporcionar a los bancos toda la liquidez necesaria para apoyar la economía real durante el período de crisis dada la naturaleza bancaria de la economía de la zona del euro.
Christine Lagarde no ha tocado los tipos de interés, pero no por ello es una medida sin relevancia. Paul Diggle, economista principal de Aberdeen Standard Investments, destaca el hecho de que ha ampliado el tamaño de su programa de préstamos baratos al sector bancario, y ha bajado la tasa de interés a la que los bancos pueden pedir prestado a -1%.“Si se piensa, este último dato es realmente notable, los bancos de la eurozona están recibiendo un 1% por tomar dinero del BCE y prestarlo a empresas y hogares. El BCE podría seguir bajando esa tasa de interés si quisiera. En realidad, este tipo negativo es un subsidio directo a los bancos en lugar de una medida que genere consecuencias adversas para el sector bancario que muchos temen".
Y aun así ha habido espacio para la decepción. Se había especulado mucho con la posibilidad de que el BCE añadiese a los ángeles caídos (emisores que caen desde rating de grado de inversión) a su lista de activos elegibles para sus compras de bonos corporativos, tal y como ha hecho la Fed. "Para los inversores, es menos que nada, pero también menos de lo esperado", comenta Mulliner.
Interpretando a Jerome Powell
Es posible que no veamos más grandes movimientos por parte de los bancos centrales en las próximas semanas. En opinión de los expertos de AXA IM, la Fed ha llevado a los tipos de interés tan bajo como es posible, tiene alcance para comprar activos ilimitados a largo plazo y está variando las compras casi semanalmente, al tiempo que frena la liquidez a corto plazo con un repositorio a gran escala y muchos mercados de crédito. “Hay poco más que la Fed pueda o necesite hacer por ahora”.
Se esperaba poco de la Fed y aun así no ha saciado las expectativas de algunos. O como lo pone Christian Scherrmann, economista para EE.UU. en DWS: “La declaración del FOMC de abril nos ha proporcionado lo que esperábamos pero no lo que buscábamos”. Para el experto, ha habido menos información sobre cuestiones como cuánto planean comprar y a qué ritmo.
Del discurso de Jerome Powell tras la reunión, desde AXA IM se quedarían con un punto importante. “Es revelador que Powell se refiriera constantemente a la necesidad de proporcionar un estímulo adicional (monetario y fiscal) para asegurar una recuperación sólida. Nuestra opinión es que gran parte del estímulo proporcionado hasta la fecha solo satisfará la caída de la actividad esperada en los próximos meses”, apuntan.
Porque algunas gestoras coinciden en que Powell ha dado un paso atrás, pero para analizar la situación. Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM, siente que lo que más les preocupa es que el gobierno no cumple plenamente su función, por lo que los hogares pierden la confianza en el futuro que afecta el equilibrio. De ahí su perspectiva bajista y su comentario sobre los diferentes caminos que podría tomar la economía. “Observe la sutil diferencia del modelo de equilibrio DGSE con un equilibrio único respecto al análisis de escenarios (juegos de rol o juegos de guerra), lejos del campo aún esotérico del análisis dinámico”, apunta.
Estamos ante un punto y seguido. Según estimaciones de BlackRock, para finales de año, el balance de la Fed habrá crecido en la asombrosa cantidad de 7 billones de dólares en un esfuerzo por lidiar con las consecuencias de la crisis de Coronavirus. Eso es un un ritmo de casi 26.000 millones por día durante un período de 270 días. De hecho estiman que comprará aproximadamente el equivalente a al menos 1,5 billones en bonos del Tesoro durante el resto del año (unos 200.000 millones por mes).
Anna Stupnytska coincide. Con las medidas de distanciamiento social potencialmente vigentes durante otros 12-18 meses, la responsable global de macroeconomía de Fidelity International cree que será necesario tomar medidas adicionales durante las próximas semanas. Esto incluiría aumentar el tamaño de algunas facilidades al crédito, cambiar sus términos y posiblemente crear nuevas medidas que brindan asistencia a sectores específicos como la vivienda.